Llevo mucho tiempo tratando de volver a encontrar mi hueco para escribir, pero no es fácil. No.
Hoy he sentido la necesidad de vomitar, porque además de la falta de tiempo creo que había algo en el subconsciente que no me animaba a darle a la tecla de nuevo. Y he pensado que, quizá, si lo echaba fuera, (pa fuera telarañas, que diría Bebe) encontrara de nuevo el impulso para retomar el blog.
Hace no mucho le leía a Cata de Mama también sabe que notaba que el ambiente de la blogosfera maternal había cambiado mucho. Y yo también lo creo. Esto no es lo que era. ¿Y esta es una buena o una mala noticia? Pues ni lo uno ni lo otro. Simplemente es diferente y, o te gusta, o te disgusta. Y a mí, definitivamente, me disgusta.