Llegó
el día. Muchos ya conocéis mis desventuras con los viajes a El Hierro; mi
relación de amor-odio con esta afortunada
isla. Cuando comenzó el proceso volcánico, allá por julio de 2011 –unos 3 meses
antes de la erupción de octubre-, yo ya estaba embarazada, con lo que no pude
viajar a El Hierro: había mucho trabajo de campo y mucho estrés y mi jefa
consideró que era más prudente que me quedara en Madrid para no llevarnos
ningún susto. Y a pesar de la ilusión que me hacía vivir el proceso en primera
persona desde la isla, agradecí este gesto, que en el fondo consideré también
como lo más adecuado.
Más
tarde, cuando nació Mollete en febrero de 2012, la erupción ya había pasado
pero el proceso magmático seguía en marcha, como ahora, con lo que los viajes a
la isla eran imprescindibles. Pero tras mi baja de maternidad, una vez reincorporada a mi puesto de trabajo, yo estaba con la lactancia. Pedí permiso
para no tener que viajar ya que la OMS recomienda mantener la lactancia hasta
los 2 años de edad y yo quería intentarlo mientras Mollete quisiera. La verdad
es que desconozco si hay una ley o algo que proteja la lactancia una vez
reincorporada a tu trabajo, además de la reducción de jornada del permiso de
lactancia, que solo dura hasta que el niño tiene 1 año. Así que si alguna sabe
algo de esto le estaría muy agradecida si me lo comentase. Porque aunque mi
jefa no me puso ningún impedimento para no viajar, quisiera tener las espaldas
cubiertas de alguna manera, porque ya sabéis que a la gente le gusta hablar. Y
si bien es cierto que con el permiso de la jefa yo ya no tengo que darle
explicaciones a nadie, siempre me gusta tener argumentos en la mano. Yo
entiendo perfectamente que algunos de mis compañero estén hartos de viajar a El
Hierro, quemados incluso, y que el hecho de que participe más gente en estos
viajes hace que te toque menos veces al cabo del año y descarga un poquito esta
rutina viajera. Aunque creo que el hecho de que yo entre a esta rueda no va a
ayudar demasiado a liberar de viajes al resto… Pero, como decía, a la gente
le gusta hablar, opinar y malmeter porque yo no he ido a El Hierro, muchos sin
conocer mis motivos, y muchos de los que los conocen, sin comprenderlos
realmente.
El
caso es que Mollete el mes que viene cumplirá 2 años y ante la posibilidad de
quedarme de nuevo embarazada (cruzamos todos los dedos, ¿eh?), pienso que ahora
es el momento ideal para que yo pueda incorporarme, por lo menos por una vez, a esta rutina. Creo que con un sacaleches puedo mantener la lactancia y a la
vuelta retomarla, a no ser que sea Mollete la que decida que no
quiere seguir. En ese caso habremos cumplido prácticamente con los 2 años
recomendados por la OMS y bueno, para mí es una satisfacción. Pero no solo
porque lo diga la OMS, claro. Sino porque yo también lo estoy disfrutando.
Habrá
que ver cómo lo lleva ella. Creo que muchas veces pide teta porque yo estoy
con ella y quizá en estos días en que no esté yo delante, aunque haya momentos
en que de verdad lo quiera, habrá otros muchos en que se le olvide porque esté
a otras cosas. En realidad no van a ser 5 días completos, porque el lunes por
la mañana tendrá su toma, como cada día, y el viernes por la tarde ya estaré de
nuevo con ella.
Así
que el lunes pondré rumbo a las islas con la esperanza de ser capaz de
mantener la lactancia y de que Mollete no decida poner punto y final a esta
relación. Sé que tiene que llegar en algún momento, pero me hago la remolona y
espero poder alargarla un poquito más. Esta es mi carta para los
Reyes Magos aunque ya hayan venido hace unos días. A ver si me pueden mandar
esto por mensajero o algo.
Hasta finales de la semana que viene tendremos la duda de si podremos mantener la lactancia o no.
Hasta finales de la semana que viene tendremos la duda de si podremos mantener la lactancia o no.