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El búho sabio tenía razón...

domingo, 31 de marzo de 2013

Era una mañana lluviosa de vacaciones. La humedad flotaba en el aire y su olor relajaba a Sofía, que caminaba entre las encinas. Se resguardó bajo una. En un agujero en el tronco dormitaba un búho, el animal más sabio del mundo. Sofía no quería molestarle, pero al pisar las hojas secas, se despertó.

-Buenas tardes, Señor Búho. Soy Sofía. Estoy aquí pasando las vacaciones.

-Hola Sofía. ¡Qué bien! ¿Descansando del colegio?

-Sí, Señor Búho. Es que estoy trabajando muy duro, ¿sabe?.

-Eso está bien – respondió el búho -. Cada niño es un genio en potencia. Todos debéis tener la oportunidad de ir a la escuela, poder estudiar y formaros. ¡Quizá llegues a ser un genio de la investigación y puedas ayudar a muchos niños valientes que sufren enfermedades raras! Sois la esperanza del futuro. ¿Lo sabías?

¡Y Sofía pensó que cuánta razón tenía el búho! Estudiaría mucho para lograrlo.




Las #150palabras de hoy son una colaboración con el movimiento #mareafucsia, que esta semana está dedicado a las enfermedades raras.

Una sesión de fotos con Sara (I)

viernes, 29 de marzo de 2013

Si hay algo que me gusta, eso es la fotografía. No soy buena fotógrafa ni por asomo, pero me gusta intentarlo, aunque de teoría y de práctica no sé nada. Pero sí sé qué fotos me conmueven, y cuáles no. Cuáles me dicen algo, y cuáles están vacías. Por eso quería para mi boda algo diferente y no las clásicas (y típicas) fotos. Además, seamos sinceros, yo en los posados esos de familia siempre salgo fatal. Coqueta que es una, aunque no lo parezca...

Así que lo primero que decidí al empezar a planear la boda (cosa que tampoco me apetecía, todo hay que decirlo) fue elegir el día, el mismo que mis padres, en homenaje a mi madre, que había fallecido un año antes; el sitio de celebración, que también fue fácil porque el primero que vimos nos gustó tanto que decidimos no mirar más (¿queréis saber dónde? Aquí); y el fotógrafo. Esto me llevó más tiempo porque buscaba algo muy concreto. Y eso siempre es un peligro, porque cuando vas con las ideas fijas sueles llevarte un chasco. Pero esta vez no fue así: ¡¡allí estaba ella!! En aquel momento eran "ellas", pero el equipo se transformó en Sara para el día de la boda. Y eso no supuso ningún problema para mí.

Como persona Sara es todo un hallazgo. ¡Quién me iba a decir a mí que casi 2 años después de la boda iba a seguir en contacto con ella! Pero es que es una persona de las buenas de verdad. Dulce, simpática, repito que buena (es que tiene un corazón que no sé cómo le entra en el pecho). Es de esas personas que transmite paz y cuando estás con ella parece que todo está en orden. En serio, es un lujazo poder haberla conocido.


Profesionalmente, a mí me parece fantástica. Sus fotos, como ya digo, me parecen diferentes, y a mí me transmiten magia, sensaciones. Mucha calidez. Y todas, absolutamente todas, me dicen algo. Al margen de eso, gracias a su simpatía, es muy agradable tenerla trabajando en tu boda. Recuerdo que la gente, al acabar, me decía: "Oye, un sitio precioso, la comida muy rica y la fotógrafa un encanto". ¿Habíais oído antes que los invitados dijeran eso? Yo no. Y desde luego eso es un lujo, porque no es agradable tener a alguien ajeno a ti, en tu boda, todo el rato por en medio, ¿no? Pues Sara es una mezcla entre que ni te enteras de que está, porque es muy discreta, pero a la vez es agradable que esté. Vamos, el binomio perfecto.

Como es así de simpática y repito, buena gente, se ofreció a hacerle unas fotos a Mollete. ¡Qué  suerte que tenemos! Así que ayer, por fin, llegó el día. Vino a casa y estuvimos juntos todos un par de horas mientras Mollete hacía monerías. Mollete no es tonta, y cala muy bien a la gente. Con deciros que a los 10 minutos ya no se quería separar de Sara, y que lloraba a moco tendido si ella salía de la habitación o nos la llevábamos a cambiar el pañal. ¡Menuda tragedia griega! Esa complicidad fue genial, porque facilitó mucho el poder hacer la sesión. Nos lo pasamos muy bien, reímos y también filosofamos y hablamos de cosas importantes. Fueron dos horas intensas. A ver si a la próxima podemos verla con su pequeño retoño. Un niño precioso de ya dos añazos.

Las fotos todavía tardarán un poco, porque Sara tiene mucho trabajo editando las fotos de sus prebodas. Seguro que son una maravilla, como siempre. Ya os enseñaré algo. Por el momento aquí os dejo un par de fotos de la tarde de ayer, y otra de nuestra boda, para que veáis las cosas preciosas que hace. Si os gusta la fotografía, os invito a pasaros por la página web de Sara Lobla. Y si no, pasaros también, que seguro que ahora os empieza a gustar.

¿Alimentación ecológica?

martes, 26 de marzo de 2013

Uno de los temas que más me ha ocupado la mente ha sido la de la alimentación de Mollete. La verdad es que hasta los 6 meses no fue así, porque ella tomaba lactancia exclusiva a demanda y crecía estupendamente, así que nada. Ella pedía, yo le daba, y aquí paz y después gloria.

La cosa comenzó a partir de los 6 meses, cuando introdujimos la alimentación complementaria. Lo que me hacía runrun en la cabeza no era tanto qué hacerle a mi hija (que si la receta del puré de verduras, que si la receta del puré de pescado, etc) sino qué tipo de alimentación le iba a dar. Cuando mi madre comenzó con su cáncer, buscamos cómo ayudar a su cuerpo a curarse (al margen de todos los tratamientos convencionales), ya que un cuerpo bien alimentado está en mejores condiciones de curarse (dejando al margen el estado de la mente, que creo que es también fundamental para alcanzar el éxito, pero este es otro tema). Y andando andando llegamos a la alimentación sana, variada y ecológica. Lo de variada es de cajón, ¿no? No me voy a detener en eso. Sana... ¡pues claro! Todos sabemos que es mejor tomar más pescado que hartarse a carne roja, más verduras y menos grasas animales, etc. Y ¿realmente merece la pena que sea ecológico? Yo creo que, realmente, sí. Partamos de la base de que, de entrada, es más caro, y mucha gente no puede permitírselo. Es una pena: bastaría con que en España hubiera más tirón, porque somos uno de los mayores productores de alimentos ecológicos de Europa, pero la gran mayoría de nuestros productos se van fuera, donde sí los consumen.

El debate de ecológico sí o no no solo implica que los alimentos sean mejores o peores. Es una filosofía que engloba más cosas. Es un planteamiento de la utilización óptima de los recursos naturales.  Conlleva la ausencia de agentes químicos y de alimentos modificados genéticamente. La agricultura ecológica es un sistema que respeta la tierra y sus ritmos biológicos (¿recordáis lo que se estudiaba en el cole sobre el barbecho?) y la de los alimentos (rotación de cultivos) : naranjas hay en invierno, y cerezas en verano. Y punto. Además se busca que sea un sistema autosostenible y equilibrado. En definitiva, es una filosofía de vida, con la que yo, personalmente, estoy de acuerdo.


Pero al margen de esto, ¿qué pasa con la calidad de los alimentos? Bueno, parece ser que hay muchos estudios al respecto, y que no se aclaran sobre si son más nutritivos los alimentos ecológicos que los que no. Parece ser que sí. Lo que está claro es que lo importante es, por ejemplo, comer verdura, aunque no sea ecológica. Pero si podemos elegir la ecológica, mejor que mejor. Quizá más que la calidad nutritiva de estos alimentos a mí me preocupa más la cantidad de pesticidas y químicos que llevan los que no lo son. Hay estudios (aquí, uno) que muestran que, sobre todo en niños, la diferencia de cantidad de pesticidas en sangre entre personas que llevan una dieta ecológica y las que no, es grande. Hombre, nos dirán siempre que estamos dentro de los límites admisibles de seguridad. Pero por un lado ¿creéis de verdad que nos dirían lo contrario, viendo cómo funciona, desgraciadamente, el mundo? Además, eso está dentro de los límites. La contaminación del aire, también. La de elementos malos dentro de los jabones, también... pero si juntamos todas esas porquerías que están dentro de los límites, resulta que nos estamos llevando para el cuerpo una cantidad de guarradas para alucinar a cuadros, en colores y en estéreo.

Así que, aunque solo sea por eso, yo he decidido darle a Mollete todo lo ecológico que pueda. Lo que siempre suelo encontrar, de manera más o menos independiente de la época del año, son patatas, puerros, zanahorias y calabacines. Y con eso soy feliz, porque me encantan, y cuando no es uno es el otro el que va a la cazuela. A veces hay manzanas, a veces hay kiwis, brócoli, coliflor, lechuga... hay variedad. Pero vamos, que si un día necesito zanahorias y no hay, las compro normales porque lo principal es una alimentación sana y variada.

Yo soy de las de hacer la comida casera, pero claro está que a veces no hay tiempo, o surgen situaciones que requieren tirar de potito. Los Hipp nos encantan. Además de ecológicos, están ricos. Vamos, que yo les echo un poco de sal y me los zampo, porque realmente me saben a lo que dicen que llevan. También tienen cereales, leche de continuación y zumos. Para mí es importante que los cereales sean ecológicos, porque es muy habitual que el maíz esté modificado genéticamente. Por ejemplo, Nestlé no garantiza la ausencia de alimentos transgénicos. No se pronuncia al respecto. Si no los usara ¿qué les costaría decir que es así? Aquí os dejo la lista que periódicamente renueva Green Peace sobre las marcas que usan o no productos modificados genéticamente.



También hemos probado los biológicos de Carrefour, que aunque están bien, me disgusta un poco más su sabor. Este supermercado tiene muchos productos ecológicos de marca propia. Supongo que es por el hecho de ser franceses, ya que en Francia el consumo de este tipo de consumo es mucho más habitual. Tienen jabones, cremas, detergentes, rollos de papel higiénico...

Y bueno, esta es mi opinión sobre este tema. ¿Conocéis alguna otra marca que merezca la pena? Y ya sé que para gustos los colores, así que sois libres de aportar cosas a favor y en contra. ¡El equilibro está en el justo medio, como decía Aristóteles!

Voy a viajar en cometa

domingo, 24 de marzo de 2013

Era una noche de verano, de esas en las que el cielo es como mirar por un colador grande de cocina: todo lleno de puntitos, muy luminosos. No hacía frío, el aire olía a estío y Sofía estaba sentada en el jardín jugando a las 3 en raya con su amigo el topo. Normalmente jugaban al veo veo, pero de noche no era fácil jugar a eso. Parecía increíble, pero el pequeño topo era un genio a las 3 en raya, y ganaba a Sofía una y otra vez. Con esto, ella había aprendido que no hay que menospreciar a nadie por su aspecto, pues el topo parecía, a priori, un rival fácil de batir. Mientras jugaban, Sofía reparó en el cometa que brillaba en el cielo. Se imaginó que montaba en él, viajando por el universo y conociendo otros planetas. ¿Habría topos extraterrestres con los que jugar al escondite?



150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una micro-historia o micro-relato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Cada domingo, a partir de 3 palabras que iré indicando por twitter (@MartikasPrez) durante la semana, habrá que  crear un cuento ¡de 150 palabras! (incluyendo las tres anteriores).

Se ha ampliado el plazo inicial de 24 horas, a 36 horas. A partir de ahora, desde la 1 de la mañana del domingo, y hasta las 11 de la mañana del lunes, se podrán enlazar los mini-cuentos. Después no hay más  que añadir tu micro-relato en el enlace del post y si quieres ver los demás relatos participantes, basta con que visites los enlaces que se vayan añadiendo. También puedes dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar.

Si no quieres enlazarlo con el programa, puedes subirlo al post como comentario.

Gracias por participar en el reto de #150palabras.


El cuidado del culete: cremas y pañales.

sábado, 23 de marzo de 2013

El cuidado del culete, pandero o trasero de nuestros pequeños es de esas cosas importantes, que se puede torcer y que no hay manera de enderezar, ¿verdad? Es muy común oír a las mamás decir que a su peque se le ha puesto el culete muy rojo y que no hay manera de calmarlo. Nosotros hemos tenido mucha suerte con esta niña, como en todo. La verdad es que es buena y no le suele pasar nada de nada... como tengamos otro que sea un poco normal, nos va a parecer un infierno  :)  Además, por lo que veo por ahí, es el típico tema en el que lo que da muy buenos resultados a unos no les sirve para nada a otros... yo voy a contar mi experiencia por si le sirve a alguien... nunca se sabe.

Con el tema del culete sufrimos un poco al principio y luego, salvo casos puntuales, no ha vuelto a pasar nada. A la semana o 10 días a Mollete se le puso el trasero coloradísimo y muy irritado. La pobre no decía ni mu. Es que esta niña no se queja nunca, y lo que puede parecer una bendición, es un lastre en muchos casos, porque cuesta darse cuenta de que le pasa algo. Nosotros, aunque novatos, íbamos con la lección bien aprendida, ya que unos amigos, padres de dos niñas y con un gran sentido didáctico-paternal, nos llevaron al hospital el kit de iniciación a la paternidad : Purelán para los pezones de la mamá, ciruelas pasas para que mami fuera al baño y no tener que quedarnos en el hospital porque el Señor Roca no nos había recibido, y pasta al agua para evitar de entrada rojeces en el pandero del bebé. Mejor prevenir que curar, nos dijeron. Y nosotros, como alumnos aplicados, así lo hicimos. Bueno, pues de nada sirvió untarle el culo en pasta al agua, porque se le puso que parecía fuego. La pediatra, viendo esto, pensó que podría ser una reacción alérgica a algún material del pañal, así que nos recomendó cambiar de marca. Pero nada de nada... Total, que nos propuso probar limpiarle el culete en el grifo del lavabo con agua y un pelín de jabón, y echarle, en vez de crema o pasta al agua, aceite de oliva. ¡Y mano de santo! El culo de Mollete, además de oler a ensalada, se puso de nuevo precioso. Aunque Mollete ya tiene un año, su padre la sigue lavando así. Yo hace mucho que lo dejé porque no podía con ese cuerpo serrano sobre una mano, y la limpio con una palangana y esponja.


Mollete ha tenido casos puntuales de rojeces extremas, que han coincidido con la salida de los dientes. Creo que son muchos los pediatras que dicen que eso es un mito, y que los dientes no provocan un enrojecimiento del pandero. Yo, como física experimental que soy, creo, tras varias observaciones, que sí que tiene que ver. Pero esto es una valoración personal. En estos casos le damos un par de veces un poco de crema Natusán, para ayudar a regenerar el culete, y en seguida se recupera. Y vuelta al aceite.

En nuestro periplo inicial, en busca del pañal adecuado por si se trataba de un caso de alergia, fuimos probando varias marcas. Como novatos caímos en Dodot. Con tus hijos no te la quieres jugar, y menos si eres novato... pero ante la necesidad de probar otras marcas pasamos por Mercadona, Carrefour y LIDL. La gente habla maravillas de Mercadona, que es mucho más barato que Dodot. Sí, absorben bien, pero para mi gusto es un ladrillaco considerable. No me gustaría llevar una compresa equivalente a ese pañal. ¡Antes muerta! Carrefour nos ha ido muy bien. Ahora ha cambiado el modelo y me da la sensación de que absorben menos que el modelo anterior... Pero tengo que observarlo un poco más. Además son un poco más baratos que los de Mercadona. Y ante la insistencia de la gente, que también habla maravilla de los Toujours de LIDL pues nos lanzamos a probarlos. Y son del estilo a los de Carrefour. También nos van bien. Y creo que son aún un pelín más baratos que los de Carrefour. En cuanto a la adaptación al cuerpo del bebé, yo no he notado mucha diferencia de unos a otros, y tampoco respecto al enganche de las cintas de cierre.


A la izquierda modelo antiguo de los pañales Carrefour. A la derecha, el modelo nuevo.

No me decanto por uno en particular. Sí descarto Dodot, por el precio. Y Mercadona, porque me parecen muy aparatosos. Entre Carrefour y LIDL, para gustos, los colores. Me quedan muchas marcas por probar, que quizá funcionen muy bien, pero como estamos contentos con lo que conocemos, creo que no arriesgaremos más y nos quedaremos como estamos.

¿Y vosotros? ¿Cómo les cuidáis el trasero? ¿Y qué pañales os van mejor?

Premios dardo

viernes, 22 de marzo de 2013

Bueno bueno bueno... Cuestión de madres, que es más maja que las pesetas, me concedió hace ya unas semanas, más concretamente el 7 de marzo, un Premio Dardo. ¡Hurra, mil gracias! Os preguntaréis en qué consisten los premios dardo. A mí me suenan a la espada de Frodo en El Señor de los anillos, pero no, no tienen nada que ver. Son premios que se dan en reconocimiento a la dedicación, creatividad y esfuerzo por mantener un blog. Como todos sabéis, yo llevo muy poco en este mundo, pero el tiempo me ha cundido mucho y he visitado bastantes blogs, que me han encantado, todo hay que decirlo. ¡Todos tenéis mil cosas muy interesantes que contar! Y de entre estos elegiré algunos porque creo que han hecho últimamente un esfuerzo extra.



Los afortunados soooooon... ¡tachán, tachán!

Por un lado, Aidixy y sus cosas y Diario de algo especial, por haber renovado la imagen de sus blogs. Que parece fácil, pero para mí no lo es. No hay nada peor que reordenar tooodo lo que ya se tiene en la plantilla o cambiar el diseño. Así que olé por ellas (a parte de por sus contenidos, obviamente), y un premio dardo para cada una.

Otro premio más para La cueva de los patitos, porque se ha animado a escribir un blog, y el 11 de marzo publicó su primera entrada. Es muy fácil hablar con ella de todos los temas, así da gusto. Y porque oye, las cosas como son, me ha caído estupendamente  :D

También para Uno más en la familia, que es un blog diferente. Nos cuenta las historias y peripecias de una familia de acogida. Hay muchas cosas que vamos a aprender con ellos. ¡Animaos a echarle un vistazo!

Y por último, pero no menos importante, a ¡Mamá qué sabe!, porque consigue mantenerme siempre interesada con sus entradas y me sube mucho la moral, que eso siempre viene bien.

Esos son mis premios de hoy. ¡Que paséis todos muy buen fin de semana!