Era una mañana lluviosa de vacaciones. La humedad
flotaba en el aire y su olor relajaba a Sofía, que caminaba entre las encinas.
Se resguardó bajo una. En un agujero en el tronco dormitaba un búho, el animal
más sabio del mundo. Sofía no quería molestarle, pero al pisar las hojas secas,
se despertó.
-Buenas tardes, Señor Búho. Soy Sofía. Estoy aquí pasando las vacaciones.
-Buenas tardes, Señor Búho. Soy Sofía. Estoy aquí pasando las vacaciones.
-Hola Sofía. ¡Qué bien! ¿Descansando del colegio?
-Sí, Señor Búho. Es que estoy trabajando muy
duro, ¿sabe?.
-Eso está bien – respondió el búho -. Cada niño
es un genio en potencia. Todos debéis tener la
oportunidad de ir a la escuela, poder estudiar y formaros. ¡Quizá llegues a ser un genio de la
investigación y puedas ayudar a muchos niños valientes que sufren enfermedades
raras! Sois la esperanza del futuro. ¿Lo sabías?