¿Qué maleficio había conseguido que las flores dejaran de oler? Ni siquiera la
lavanda que Sofía guardaba en un sobre conservaba su aroma de verano. Sabía que los indios tenían un baile con el que conseguían que comenzara a llover. ¿Habría también
un baile para recuperar el olor de las flores?
Hizo una corona de flores que se
puso en la cabeza, y comenzó a bailar entorno al rosal de su abuela Consuelo.
Le ofreció el baile a Flora, la diosa romana de las flores, porque pensó que
era la única capaz de arreglar el problema. Tarareaba una melodía alegre y
suave que incitara a las flores a perfumar de nuevo el aire. Bailaba dando
ligeros saltos, moviendo los brazos de un lado para otro. Daba vueltas sin
parar, totalmente entregada al baile. De pronto un suave olor a azahar vino
flotando en la brisa. Flora había recibido el recado.