Pues la incógnita que tengo es saber cómo será mi hija, no solo de mayor, sino en los próximos años que vienen. Todo el mundo me dice que se parece mucho a mí, y si bien el que se parezca físicamente no quiere decir que se vaya a parecer en la personalidad, tengo ese comecome de curiosidad y cotilleo por ver si le irán surgiendo los mismos problemas que me surgieron a mí. Desde luego considero que esos problemas, dudas, incomprensiones que fui teniendo son normales en un niño y supongo que por eso
Por ejemplo, yo he tenido lo que yo llamo dislexia de objetos. Servidora no distinguía de pequeña una rosa de un clavel. Me costó saber cuál era cuál. Ni un tornillo de un clavo. Ni aceite de vinagre. Ni un cocodrilo de un tiburón. Ni un tigre de un león. Que sí, que será fácil, pero oye, yo me hacía un lío de aúpa.
Luego tuve otra de ese tipo pero a la hora de teclear en el ordenador, así que me surgió ya en la veintena. ¡La de veces que confundí A con 4! Y todavía me pasa, no se vayan ustedes a creer. Espero que ningún psicólogo lea esto, porque seguro que saca alguna conclusión que miedo me daría oírla.
Otra cosa que me pasaba, me pasa aún y me pasará, es esa manía de mirar dentro antes de subirme al ascensor ¡por si me encuentro un muerto! Yo no sé si eso vendrá de mi padre, que me confesó, porque yo no lo sabía, que él hace lo mismo. Sí, lo sé. Somos una familia de desequilibrados. Pero oye, estamos muy felices. El caso, que viendo que esto pasa de padres a hijos, tengo la duda de si Mollete me vendrá con la misma historia. Por supuesto no le diré nunca que lo hago, por no influirla y ¡¡porque va a pensar que estoy loca!!, jajaja.
Por otro lado, nunca fui marisabidilla, pero me comentan que a veces soltaba frases demoledoras siendo ya una mico. Cuando empecé a ir al colegio alguien me preguntó que qué estudiaba yo en el cole, a lo que respondí muy seria: Yo no estudio, aprendo.
Otra grande fue el día en que me enteré de que mi abuelo paterno era del Barça. Para mí eso fue tremendo porque él era de Madrid y siempre había creído que había que animar al equipo de tu ciudad y porque, para más inri, el Barcelona es el eterno rival del Real Madrid. Bien, pues cuando me enteré, me acerqué a él y le dije:
- ¿Abuelo, tú de qué equipo eres?
- Del Barcelona, hija.
A lo que yo respondí:
-Venga, abuelo. Te lo estoy preguntando en serio.
Supongo que todos tenemos anécdotas como estas de cuando éramos pequeñajos. Y nos morimos de ganas de ver por dónde saldrán nuestros enanos, porque seguro que no harán lo que esperamos que hagan y no dejarán nunca de sorprendernos.