Hoy es la última edición
de este diccionario de la maternidad promovido por nuestra querida
Trimadre. Y he querido cerrarlo con la letra española por
excelencia: nuestra Ñ. ¿Y qué palabra he escogido para ello? Pues
la palabra ñapa.
Una ñapa es, según la
Real Academia de la Lengua española,lo siguiente:
ñapa.
(Del quechua yapa 'ayuda,
aumento').
Pero yo esta palabra la
conozco con otra acepción, que es con la que al final la uso.
Digamos que una ñapa es más un arreglo chapucero que se hace
deprisa y corriendo, para salir del paso.
A mí siempre me ha
gustado hacer las cosas a conciencia. Dejarlas a la mitad, o mal
hechas, puffff, no iba conmigo. No me importaba el tiempo que hubiera
que dedicar para que todo quedara como debe ser. Pero esta claro que
cuando pones un hijo en tu vida una de las primeras cosas que ves
recortado es el tiempo que tenías para hacer las cosas. Y que no se
malinterprete, que no me quejo en absoluto. Yo elegí tener un hijo y
es lo que hay. Estoy encantada. Pero dispongo de menos tiempo para
otras cosas, en general.
La consecuencia principal
de esta falta de tiempo es que las cosas hay que hacerlas ahora
prácticas y efectivas, pero rápido. Nada de entretenerse para
tenerlo perfecto. Bueno, en realidad he de matizar una cosa: si es
algo para mi hija, ahí invierto todo el tiempo del mundo para que
quede bien. Pero si es algo para mí es cuando las ñapas hacen su
estelar aparición.
Por ejemplo, nunca me ha
gustado comer cosas de bote o congeladas. Los congelados los sigo
evitando, pero no puedo evitar tener unos botes con judías o
guisantes para cuando no puedo cocinar y quiero tomar un poco de
verdura. Intento que sean en frasco de cristal y ecológicos, pero no
siempre se puede. Así que mi despensa tiene algunas cosas de este
tipo para, en el último momento de un día que se ha torcido, hacer
una ñapa y poder cenar.
Otra ñapa habitual es en
la ropa. Tiendo a hacer bastante agujeros en la parte de la sobaquera
de las chaquetas. Debo de ser muy bruta y además la calidad de las
prendas deja bastante que desear, así que suelo ir acompañada de
una tomatera bajo el brazo. Antes me sentaba en el salón y lo zurcía
(¡cómo me gusta esta palabra!) y hacía un apaño tan mono. Ahora
es habitual ir con ventilación acompañada en la chaqueta.
O cuando se cae un botón
de un pantalón. Pues ahora no me importa apañarlo un día con un
imperdible si en ese momento no puedo coser el botón. Antes ¡cómo
iba a ir yo con un imperdible ahí puesto! Los imperdibles son un
imprescindible en el mundo de las ñapas. Sirven para todo,
apuntadlo. ;)
Pero bienvenidas sean las ñapas, porque eso es que estamos disfrutando de un rato con nuestros hijos, que son nuestro mayor tesoro.
Y así nos despedimos de este carnaval en el que nos ha encantado participar, tanto a Mollete como a mí. Hemos conocido gente estupenda, nos hemos reído y hemos profundizado en este mundo de la maternidad. Descansaremos un poco y cogeremos fuerzas para seguir porque ahora ¡¡¡TOCA ELEGIR LAS ENTRADAS QUE CONFORMARÁN EL DICCIONARIO DEFINITIVO entre todos los participantes!!! No os perdáis el resultado final, que seguro que es estupendo. Para saber más sobre todo esto pasaos a ver a Trimadre.
Y así nos despedimos de este carnaval en el que nos ha encantado participar, tanto a Mollete como a mí. Hemos conocido gente estupenda, nos hemos reído y hemos profundizado en este mundo de la maternidad. Descansaremos un poco y cogeremos fuerzas para seguir porque ahora ¡¡¡TOCA ELEGIR LAS ENTRADAS QUE CONFORMARÁN EL DICCIONARIO DEFINITIVO entre todos los participantes!!! No os perdáis el resultado final, que seguro que es estupendo. Para saber más sobre todo esto pasaos a ver a Trimadre.