¿Y qué tiene esto que ver con la maternidad?
Venga, va... lo sabes de sobra. ¿O acaso no necesitas, por lo menos de vez en cuando, ese café que te salve el día después de una noche toledana?
Si eres madre, el café es uno de tus grandes aliados para poder tirar palante y llegar, aunque sea medio zombi, al final del día, en vez de quedarte dormida en la mesa de la oficina. Eso no es nada recomendable, que me pasó una vez y me levanté con el dibujo del jersey marcado en la frente. Y eso no es cool :P ¡Y además te pilla el jefe!
La verdad que las maquinitas estas de Nespresso a mí me parecen un inventazo porque te haces el café en un pispás. Que yo por la mañana voy como loca. Ya, ya lo sé. El desayuno es la comida más importante del día y esas cosas... pero no, yo no tengo tiempo. Si quiero llegar pronto al trabajo para salir a una hora decente para recoger a las enanas no puedo entretenerme a desayunar. Pues madruga más, ¿no? - estaréis pensando. Pero es que resulta que ya me levanto a las 6:15, y no me seduce demasiado la idea de que el desayuno se me junte con la cena, sinceramente... así que por la mañana no me queda otra que tomarme un café deprisa y corriendo y ya me como algo más sólido delante del ordenador mientras me pongo al día con los correos del trabajo y los informes que más prisa corren.
Así que esto de la capsulilla a mí me ha dado la vida. Peeeero, reconozco que yo para los cafés tengo mis gustos. Y tampoco me gusta tomar café todos los días, sino que me enganchan mucho más los tés. Y eso sí que es un rollete ponerte a calentar el agua para hacerte el te.
¡Usa el microondas, petarda! - estaréis pensando de nuevo. Bueno, pues yo digo (y varios amantes del té coinciden en lo mismo) que los tés cuando se hacen en el microondas quedan como aguachirri, agua sucia, como quien mete un calcetín sucio y lo deja colorear el agua un rato. Tal cual. Así que yo, siempre que puedo, hiervo el agua. En el trabajo ya me compré mi kettel de 12€ hace 4 años, y ahí sigue dándome vida a media mañana.
Pero a lo que íbamos: no tengo tiempo por las mañanas de ponerme a hervir agua para el té. Y el aguachirri (o agua-chai-rri, en este caso, ya que está de moda decir eso de té chai, que es una redundancia, por cierto) mi cuerpo no lo soporta.
Todos estos problemas matutinos han quedado resueltos estas navidades pasadas cuando mi santo esposo me regaló una cápsula reutilizable. Y ahora que llevo ya un tiempo usándola puedo decir: ¡¡¡QUÉ INVENTAZO!!!
Si la uso con café, soy feliz, porque puedo poner el café molido que más me guste. Además yo creo que al final sale más económico, aunque no he echado la cuenta, si os digo la verdad... Pero lo mejor de todo ¡¡es que puedo poner mi té!! Soy adicta al Earl Grey Cream del Tea Shop. Aunque de esa tienda me gustan muchos otros. Es cierto que hay marcas que venden otras cápsulas para las Nespresso y no son de Nestlé (al margen de las de marca blanca, me refiero), en las que puedes encontrar muchísima variedad e incluso tés e infusiones. Si queréis probar cosas ricas y nuevas os recomiendo visitar la tienda The Capsoul. Pero bueno, salvo este honroso caso y alguno más suelto por ahí, no es fácil encontrar cápsulas de té.
Es cierto que el té tampoco queda como hecho con agua caliente en cazo (que no hirviendo, ya sabéis, que cada té tiene una temperatura óptima), pero para mi gusto queda mucho mejor que calentado al microondas. Y con la rapidez de la Nespresso. Para preparar un té de la mejor manera posible con esta máquina conviene leer la entrada del blog de The Capsoul al respecto, en la que dice que conviene dar un primer pase corto, dejar un minuto parado de modo que las hierbas absorban agua, y luego dar un pase largo. Otro detalle importante es que, como ya sabréis, al hacerse la infusión el té engorda y se expande. Por eso es importante no meter el té a presión en la cápsula, al contrario de como se hace con el café. Siguiendo estas pautas, conseguiréis una rica taza de té.
Supongo que hay varias marcas de cápsulas recargables, pero la mía es Sealpod. Me gusta que tienes diferente tapa si estás recargando café (tapa plateada, como las originales de Nespresso) o té (tapa marrón, como si fuera papel). ¿Y esto por qué? El principio de estas máquinas de café es hacer que el café pase por los agujeritos que hace la cafetera en la tapa (os habéis fijado cuando tiráis la cápsula a la basura, ¿no?). La presión ejercida sobre la cápsula es la responsable de la crema que se obtiene al preparar el café (a más presión, más crema), pero esto no es lo que queremos en un té. Así que las tapas para el té son diferentes, para obtener un té como dios manda. Y por tanto estas tapas no deben ser usadas para preparar café, porque entonces no obtendríamos crema.
Mi marido me regaló un kit de iniciación con una cápsula y 24 tapas de café. Y yo me compré a parte las tapas de té en un paquete de 100, que me van a durar algo más de 3 meses. Y ya os digo: me dan la vida por las mañanas. Aunque cuando tengo tiempo, preparo el té como debe ser.
Y algo que me parece fundamental: con esta cápsula rellenable te evitas crear desechos. Ya sé que se pueden llevar las cápsulas usadas de Nespresso a la tienda y ellos las reciclan, pero no sucede esto con las de marca blanca y otras marcas (que yo sepa), de modo que al fina se genera una cantidad ingente de residuos. Así que con estas cápsulas contribuimos al cuidado del planeta, que nos tiene que durar aún mucho tiempo.
