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Vegetaciones

lunes, 9 de mayo de 2016

Cuando yo era pequeña, hace ya unos días, era bastante común oir que habían operado a algún niño del cole de vegetaciones. Casi tan común como la operación de anginas. Hoy por hoy la tasa de estas intervenciones ha disminuido y se tiende a no operar a no ser que haya razones de peso, así que es menos frecuente encontrarse con estos casos. Pero los sigue habiendo.

Dentro de poco operarán a Mollete de vegetaciones. Siempre ha sido una niña que iba con la boca abierta por la vida. En un principio no le di mayor importancia porque es verdad que en mi familia somos muy de ir así, como alelados, pero no nos pasa absolutamente nada salvo que parece que estamos en las nubes. Pero llegó un momento en que la peque roncaba frecuentemente y era incapaz de respirar si yo le cerraba la boca al dormir. También observé que le costaba mucho sonarse los mocos, y pensé que simplemente aún no tenía maña, porque a todo se aprende en esta vida, y hombre, nosotros ya estamos acostumbrados, pero de entrada eso de soplar por la nariz con fuerza tampoco es algo que salga bien a la primera de cambio. Y es cierto que me parecía que hablaba demasiado nasalmente. Pero como rara vez se ponía enferma su pediatra no le dio más importancia que seguir observando.

Pero ya sabéis cómo somos las madres y ese sexto sentido. Me funcionó con el frenillo y la alergia de Punkita, y una vez más me ha vuelto a funcionar con Mollete: decidí llevarla directamente y por mi cuenta al otorrino porque, si no eran vegetaciones, algo teníal aniña que no entraba dentro de la normalidad. Así que nos fuimos a un otorrino de confianza que nos dijo que por lo que contaba sí que tenía muchas papeletas para tener vegetaciones, pero que si así fuera había que valorar si hacía falta operar o no. Salimos de dudas con una radiografía, para no tener que usar una prueba invasiva, que iba a ser mucho más duro para la peque: tocaba operar.

¿Pero qué son exactamente las vegetaciones?

operacion-vegetacionesLas vegetaciones o adenoides son un tejido linfoide con forma de esponja que se sitúan en la parte superior de la garganta, más o menos detrás de la nariz. Son las amígdalas faríngeas. Tiene una función de protección, para filtrar todo tipo de bacterias, virus, polvo, etc y ayudan a desarrollar anticuerpos contra los gérmenes. Es frecuente que en los niños sean de mayor tamaño ya que estos están expuestos por primera vez a un montón de agentes patógenos nuevos, de modo que esta función de protección cobra más importancia. Lo habitual es que a partir de los 4 años, aproximadamente, se reduzca su tamaño porque esa función deja de ser tan importante. Así que, en principio ese aumento de tamaño es normal y útil, porque es una barrera protectora. El problema llega cuando empiezan a aparecer los síntomas por la obstrucción de las vías altas: la fosa nasal y las trompas de Eustaquio.

¿Y cuáles son esos síntomas?

Pues por ejemplo: respiración por la boca, mocos, ronquidos e incluso apneas del sueño, tos nocturna, más infecciones, dificultades para tragar, catarros e infecciones respiratorias de repetición (otitis, faringitis, sinusitis).

Como os dije, para determinar su tamaño se hace una radiografía lateral de la faringe. En algunas ocasiones se puede realizar también una endoscopia nasal, pero es una prueba invasiva en la que introducen por la nariz una cánula conectada a una cámara, y así puede observar directamente el tamaño de las vegetaciones. Pero si esta prueba puede resultar muy desagradable para un adulto, ¡imaginaos para un niño!

Cuando los padres refieren que el niño tiene apneas del sueño se puede hacer también una prueba para detectar estos episodios y su intensidad: una polisomnografía.

En algunas ocasiones se recomienda hacer lavados con suero frecuentemente para arrastrar el moco y aliviar los síntomas incluso con antihistanmínicos y descongestionantes. Cuando hay una infección de por medio muchos médicos dan antibióticos, pero lo recomendable llegados a este punto suele ser la intervención para aliminarlas o reducirlas. Este aumento de las vegetaciones puede ir acompañado frecuentemente de problemas con las amígdalas, y se puede aprovechar la misma intervención para extirparlas. Nuestro médico nos dijo que se suele recomendar la intervención cuando hay una obstrucción de más del 70% o cuando hay muchos síntomas recurrentes. En nuestro caso recomendaba la operación ya que la obstrucción era prácticamente absoluta. Además nos comentó que las vegetaciones podían repercutir negativamente en la formación de la cavidad oral: en el paladar duro y la arcada dentaria, ya que el suelo de la fosa nasal es el techo de la cavidad oral. Así que no lo dudamos ni un momento.

Es una intervención sencilla, que dura unos 15-20 minutos, pero requiere anestesia general. Se realiza por la boca. El niño puede estar un poco molestos los días siguentes, pero nada que un poco de analgésico doméstico no quite. Produce menos molestias que la extirpación de las amígdalas, básicamente por la zona en la que están situadas. Rara vez hay que repetir esta intervención porque las vagetaciones hayan vuelto a incrementar su tamaño. Es frecuente que el niño se vaya a casa el mismo día de la operación. En nuestro aso pasaremos una noche en el hospital, pero casi que me quedo más tranquila. Se quedará en casa 2-3 días para evitar posibles infecciones, pero luego estará listo para volver al cole. En nuestro caso sí nos han recomendado una dieta blanda aunque es cierto que la zona en la que se sitúan no influye en la deglución. Pero bueno, no va a pasar nada por comer unos días cosas más blanditas. ¡Que hay cosas muy rocas!

En nuestro caso no tuvimos más síntomas que los que os cuento. De hecho Mollete ha sido una niña que prácticamente no se ha puesto mala nunca, y cuando lo ha hecho ha sido fiebrón un día y al siguiente como una rosa. 

Un niño que sea operado de vegetaciones aumenta su calidad de vida del día a la noche. Empieza a respirar mejor y esto le ayuda a descansar mejor por la noche. He leído que a algunos les cambia un poco el timbre de voz y que recuperan el apetito. Espero que esto último no le pase a Mollete porque como "recupere" el apetito no voy a ganar suficiente para llenar la nevera.