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La Huerta de Montecarmelo y las personas con discapacidad intelectual

jueves, 26 de mayo de 2016

Este domingo pasado asistimos a una edición del Mercado del Campo en la Huerta de Montecarmelo, en Madrid. Este mercado es un pequeño conjunto de puestos para disfrutar de productos artesanos y frescos, incluso algunos ecológicos. Se hace una vez al mes en la Huerta de Montecarmelo, que pertenece a la Fundación Carmen Pardo-Valcarce. Esta fundación surgió en 1948 y desde ella se trabaja por los derechos y la participación de personas con discapacidad intelectual en la sociedad. Está situada en la C/Monasterio de las Huelgas, 15, en el barrio de Montecarmelo en Madrid, y dispone de un gran espacio en el que podemos encontrar diferentes "aventuras" de esta fundación, tal y como a ellos les gusta llamarlas.

Por un lado tienen servicio para las personas que integran esta Fundación, como formación, ocio, vivienda y empleo. Entre los distintos trabajos que ofrece hay una imprenta, lavado de coches, un obrador de chucherías, una fábrica de muebles y la huerta, de la que os hablaré más extensamente.

Además esta fundación también gestiona Fundaland, que está dedicada al ocio de los niños, y cuya oferta seguro que resulta interesante a más de uno. Ofrecen varios tipos de actividades: desde estimulación temprana para bebés, charlas para padres, extraescolares, fiestas infantiles (con deportes, cocina, bailes, pintacaras, tiro con arco, juegos de feria), hasta campamentos, e incluso minicampamentos de un día para esas jornadas aisladas en que los colegios no tienen actividad pero los papás tienen que ir a trabajar. Todo desde su mentalidad: ¡jugar a cambiar el mundo, lo cambia!

La huerta de Montecarmelo
Pero, como os decía, este domingo disfrutamos de su huerta: La huerta de Montecarmelo. Además de este mercadillo que tiene lugar una vez al mes, la fundación alquila terrenos pequeños para que los particulares puedan tener su propio huerto. Hay varias opciones de huerto, según quieras que haya más frutales, hortalizas, aromáticas, etc. Se paga una cantidad anual (165€/año), a modo de matrícula, por así decirlo, y al mes otra cantidad (71.50€/mes), de modo que durante el año tienes incluido el alquiler del terreno, el agua, lona antihierbas, abono, plantado de frutales y especies perennes del huerto, plantones y semillas, herramientas y un cuidador que te ayuda y se encarga del cuidado general y las tareas de temporada. Además, al mes se da también una aportación al mantenimiento de la fundación y su labor social, ya que en esta huerta trabajan algunos de los integrantes de la fundación. Entre unas cosas y otras el mes se te pone en 105.25€, que es más que lo que se puede encontrar por otro sitios, pero a cambio no solo tienes tus propias verduras, todo el material incluido, y un cuidado constante aunque no puedas ir en persona, sino la satisfacción de estar echando una mano ayudando a cambiar el mundo.

Sinceramente, hoy por hoy es una cantidad mensual que yo no puedo afrontar. Pero por otro lado veo la cantidad de lechugas que pueden salir de esas huertas ¡¡y no sé si sería capaz de darle salida a todas!! Así que creo que esto es algo fantástico para hacer entre varios amigos. De este modo la cuota mensual se puede quedar en algo que quizá ya sí se pueda afrontar, y además el género se reparte, sin echarlo a perder. ¡Y puedes hacer tu propio espantapájaros!

Lechugas, judías, fresas, acelgas
La huerta está abierta todos los días de la semana, a diferentes horas según el día de la semana. Los cuidadores, como os comentaba, pertenecen al equipo de personas con discapacidad intelectual de la Fundación. Ellos están constantemente pendientes del huerto, controlando los abonos, plagas, el riego, etc. De este modo puedes estar seguro de que aunque no puedas ir durante un tiempo, el huerto seguirá adelante con plenas garantías.

Además, aunque no alquiles un terrenito, puedes disfrutar de la huerta de otras formas, ya que organiza talleres tanto para niños como para adultos: de cultivo, de conservas, de técnicas de poda, injertos, de plagas y enfermedades... Y si no, una vez al mes puedes pasarte por el Mercado del Campo. La próxima edición será el domingo 12 de junio, así que apúntalo en tu agenda y date una vuelta por allí. Podrás comprar productos frescos, artesanales, y degustar un té moruno y unos pestiños, o unas ricas empanadas argentinas con una cervecita fresca. ¡Sin olvidarte de unos plantones para empezar a cultivar en tu terraza o ventana!

Yo, desde luego, lo tengo claro. En cuanto tenga algo más de desahogo económico o encuentre algunos amigos que se animen en el proyecto, me lanzo a cultivar mi propio huerto. Y mientras tanto a ver si puedo apuntarme a algún taller. Aprenderemos, disfrutaremos de la madre naturaleza y además estaremos echando una mano a personas con discapacidad intelectual.  ¿Qué más se puede pedir?