Me estoy dando cuenta de que tiro mucho de recuerdos en este reto... pero supongo que tengo necesidad de ir sacando cosas que llevo dentro para seguir avanzando en mi camino por la vida. Hoy toca algo azul y he puesto una foto de Santander; más concretamente de la Isla de Mouro vista desde el Sardinero.
Mi padre es filólogo francés y mi madre era de alemán. Adoran su profesión y disfrutan al máximo dando clases. Tanto que hasta que yo tuve 22 años, al acabar el curso en Madrid iban a Santander a participar en los cursos de verano de español para extranjeros. Así que yo me tiraba mis 3 meses veraniegos en el paraíso cántabro. Relax, risas y todos los días a la playa. Y digo bien: TODOS. En el norte hay que aprovechar cada día, porque no siempre se tienen veranos en los que el sol se prodigue. Así que íbamos a la playa todos los días, porque en la playa se pueden hacer muchas cosas además de ir a tomar el sol y asarse como un pollo. Como mi madre decía: yo metía la toalla y el chubasquero, y así siempre íbamos preparados.
De hecho recuerdo con especial cariño los días nublados de playa: el Sardinero casi desierto, el mar en calma chicha, y como no hacía calor la diferencia térmica del agua con el exterior era menor y se disfrutaba mucho más del baño.