Esto es lo que siempre llevo en el bolso, lo que no puede faltar. La cartera con algo de calderilla, la tarjeta, las tarjetas sanitarias, y las mil tarjetas de fidelidad de diferentes sitios, para ahorrarme unos eurillos si es posbile.
La agenda: mi padre está delicado de salud, y entre sus médicos y los de Sofía me armo un gran lío... si no tuviera agenda fijo que no podría acordarme de todo. También apunto las quedadas con los amigos, porque con este ritmo que llevo es fácil no saber en qué día vives...
Unos clínex. Soy de las que cuando se va de viaje mete 4 paquetes en la maleta (quizá influida por mi madre. ¡Ayyy, las madres!), para que no falte. ¡Siempre son necesarios en el momento menos pensado!
Mi estuche con mis plumas. Aprendí a escribir con pluma de pequeña. Me encantaba una de trazo grueso que me regaló mi abuelo. Era una pluma bien sencilla, de plástico, pero que dejaba la tinta sobre el papel como a mí me gustaba. En España no es fácil encontrar gran variedad de plumas, pero sí en Francia, donde los niños las usan a diario. Así que aprovecho mis viajes para hacer acopio tanto de plumas como de tintas de colores ¡¡y de olores!! Otro motivo más para adorar Francia, además del queso, el vino, el foie, los croissants...
Una goma de pelo, que nunca se sabe cuándo va a haber que parecer decente, jajaja.
Y el estuchito que nos regalaron Infaneto y Tutete el #8J, ¡gracias! Es muy práctico para llevar toooodas las llaves que abren las puertas de mi vida ;)
Una goma de pelo, que nunca se sabe cuándo va a haber que parecer decente, jajaja.
Y el estuchito que nos regalaron Infaneto y Tutete el #8J, ¡gracias! Es muy práctico para llevar toooodas las llaves que abren las puertas de mi vida ;)