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¡Cerramos por vacaciones!

miércoles, 31 de julio de 2013

Bueno, llega agosto y la necesidad de desconectar un poco. Lo cierto es que ya me he ido dos semanas de vacaciones, pero con lo del reto fotográfico he estado enganchada y pendiente del blog día sí y día también. Creo que es necesario tomarme un mes de desconexión, para que mi cabeza vuelva a su sitio (si es que alguna vez estuvo ahí).

Han sido casi 5 meses intensísimos. Pensé que abandonaría antes este mundo de la blogosfera, y aquí sigo. Y todo ha sido gracias a la gente maravillosa que he ido encontrando. No quiero citaros porque seguro que me olvidaría de alguien (¡sois tantos!) y sería muy injusta. Estoy encantada de que os hayáis cruzado en mi vida, y espero seguir profundizando en nuestras relaciones.


Aún me queda mucho por aprender, acerca de cómo y qué escribir, cómo mejorar y cómo entretener a la gente, pero estoy dispuesta a seguir aprendiendo en septiembre, cuando vuelva con las pilas cargadas. Este mes aprovecharé a ponerme al día con el diccionario de la maternidad de Verónica Trimadre, pensando historias para las 150 palabras de Marta (Diario de algo especial), y buscando temas que nos permitan seguir debatiendo y creciendo como personas.

¡Descansad, entregados padres, que esta es una tarea dura y más si se está pendiente de mantener un blog! (ya, ya lo sé: nadie nos obliga a hacerlo, pero ahí estamos dando el callo, ¿verdad?). Y también los que no escribís pero empleáis vuestro tiempo en leernos, ¡sois los mejores!

Un abrazo muy grande a todos y GRACIAS POR ESTAR AHÍ (se os quiere de verdad).

Reto fotográfico de 30 días. Día 31: resumen

Como el mes tiene 31 días y mi reto solo 30 he decidido recopilar en una sola imagen todas las que he ido usando a lo largo de este mes.

Ha sido una experiencia bonita, pero bastante esclava: buscar una imagen para cada día no es fácil... pero mira, he estado entretenida, me habéis podido conocer más y mejor, y nos hemos echado alguna que otra risa. ¡Así que doy por bien invertido el tiempo!

Espero que en agosto o septiembre se anime alguien más con el reto. ¡Este o cualquier otro!, que hay muchos dando vueltas por la red ;)


Reto fotográfico de 30 días. Día 30: autorretrato.

martes, 30 de julio de 2013

Estos días no me siento precisamente así, pero ya tenía preparada la foto de antes. Y la voy a dejar porque tengo que hacer un esfuerzo por volver a sonreír. Seguro que a ella, con lo vital y optimista que era, no le gustaría vernos de bajón. ¿A que no, E? 


Reto fotográfico de 30 días. Día 29: blanco y negro.

lunes, 29 de julio de 2013

Esta es E.L., mi amiga (omito su nombre porque en las listas de fallecidos aparecía así, supongo que por expreso deseo de la familia, y yo no soy quién para obrar del modo contrario). Un tren la ha apartado de nuestro lado. Poco puedo decir, porque aún me emociono mucho. Supongo que más adelante seré capaz de expresar todo lo que siento. Pero no podía dejar de rendirle homenaje.

Esta foto es representativa de cómo era, porque aunque parecía una persona muy seria a primera vista, luego era una payasa divertidísima, que te alegraba el día con sus ocurrencias. Era buena, cercana, súper cariñosa, y generosa. Normalmente se dice esto de las personas que fallecen, pero es que de verdad que cada uno de estos adjetivos la definen a la perfección. Me siento muy afortunada de haberla tenido en mi vida. Y bueno, aún la tengo, porque guardo muchísimos recuerdos que me sacan una sonrisa, y otros que me emocionan: ¡qué gran apoyo fue durante la enfermedad y muerte de mi madre!

¡Ay, cómo te voy a echar de menos, pequeña! Pero sabes aquello que dicen, que solo muere el que cae en el olvido, ¿no?

Pues tú vas a vivir eternamente. Te quiero mucho.


Reto fotográfico de 30 días. Día 28: flores.

domingo, 28 de julio de 2013

Flores por arriba y flores por abajo... pero no están presentes mis flores favoritas, porque ya no es época. ¿Alguien sabe cuáles son?


Reto fotográfico de 30 días. Día 27: celebración.

sábado, 27 de julio de 2013

Tengo un amigo al que por la noche, en algunas ocasiones, le da por comer tostadas. Pero no es que cene tostadas en vez de otra cosa, no. Es que después de la cena siente una necesidad tremenda de hincharse a tostadas: como sean y del pan que sea (en la última edición se ha ampliado el espectro a sobaos calentaditos en el tostador y a croissants a la plancha). Con chocolate, mermelada o lo que tenga a mano. ¡Es un impulso irrefrenable! Y cuando pasamos unos días de vacaciones con él solemos contagiarnos y terminamos celebrando la fiesta de la tostada. Si no recuerdo mal, este año pasado la hemos celebrado incluso fuera de vacaciones. ¡Es que es un vicio!


Reto fotográfico de 30 días. Día 25: extraños.

jueves, 25 de julio de 2013

Aquí tenemos a un grupo de extraños, unidos por una misma pasión: el surf. La imagen es de este verano en la playa de Valdearenas en Liencres (Cantabria), una de mis playas favoritas. Merece la pena visitarla, porque sus dunas están reconocidas como Parque Natural. Bañarse es a menudo difícil, porque es habitual que la bandera sea amarilla o roja. ¡Pero para el surf es una playa fantástica! Y para relajarse y evadirse de los problemas es una bendición.


Reto fotográfico de 30 días. Día 24: animal.

miércoles, 24 de julio de 2013

Animal... la foto de hoy vuelve a Nueva Zelanda. Tantos días en un sitio tan maravilloso dan lugar para mucho. Esta es una playa de la costa oeste de la Isla Sur. Los animales de la foto son las gaviotas. Tengo que reconocer que los pájaros no me gustan nada; nada de nada... Pero verlos volar en las playas, sobre todo en playas vacías, me impresiona mucho y me da una gran sensación de libertad. Me reconfortan con la vida y me hacen sentirme pequeñita pequeñita: la Madre Naturaleza manda.

¿Y qué me decís del tronco que hay en la playa? ¿No parece un dinosaurio saliendo de tomar un baño? :D


Reto fotográfico de 30 días. Día 23: patrones.

martes, 23 de julio de 2013

Patrones... toma ya título...

Bueno, a mí siempre me han llamado la atención los dibujos que deja el agua del mar en la orilla; esas bandas repetidas una y otra vez. Supongo que eso se puede considerar un patrón.

Además, como siempre iba a la playa en verano, me traen muchos recuerdos felices de aquellos momentos y aquellos lugares.


Reto fotográfico de 30 días. Día 22: inspiración.

lunes, 22 de julio de 2013

Este título tiene muchas interpretaciones. He decidido elegir una imagen que de alguna manera represente lo que me inspira en mi día a día. Y esa es mi familia. Vuelven a salir por aquí después del día en que tocó no puedo vivir sin..., pero es que son realmente importantes para mí.



Reto fotográfico de 30 días. Día 21: autorretrato sin cara.

domingo, 21 de julio de 2013

Esta imagen es el segundo fragmento de la fotografía global que contenía a la imagen del día 15. No comentaré nada más, porque quedó todo dicho hace casi una semana, pero os muestro también cómo es la composición total.



Reto fotográfico de 30 días. Día 20: en mi bolso.

sábado, 20 de julio de 2013

Esto es lo que siempre llevo en el bolso, lo que no puede faltar. La cartera con algo de calderilla, la tarjeta, las tarjetas sanitarias, y las mil tarjetas de fidelidad de diferentes sitios, para ahorrarme unos eurillos si es posbile.

La agenda: mi padre está delicado de salud, y entre sus médicos y los de Sofía me armo un gran lío... si no tuviera agenda fijo que no podría acordarme de todo. También apunto las quedadas con los amigos, porque con este ritmo que llevo es fácil no saber en qué día vives... 

Unos clínex. Soy de las que cuando se va de viaje mete 4 paquetes en la maleta (quizá influida por mi madre. ¡Ayyy, las madres!), para que no falte. ¡Siempre son necesarios en el momento menos pensado!

Mi estuche con mis plumas. Aprendí a escribir con pluma de pequeña. Me encantaba una de trazo grueso que me regaló mi abuelo. Era una pluma bien sencilla, de plástico, pero que dejaba la tinta sobre el papel como a mí me gustaba. En España no es fácil encontrar gran variedad de plumas, pero sí en Francia, donde los niños las usan a diario. Así que aprovecho mis viajes para hacer acopio tanto de plumas como de tintas de colores ¡¡y de olores!! Otro motivo más para adorar Francia, además del queso, el vino, el foie, los croissants...

Una goma de pelo, que nunca se sabe cuándo va a haber que parecer decente, jajaja.

Y el estuchito que nos regalaron Infaneto y Tutete el #8J, ¡gracias! Es muy práctico para llevar toooodas las llaves que abren las puertas de mi vida ;)



Reto fotográfico de 30 días. Día 19: algo que quiero.

viernes, 19 de julio de 2013

Pues una casa, jajaja. En la playa de El Sardinero, en Santander, que tan buenos recuerdos me trae, como ya he comentado alguna vez. Me vale cualquiera, soy de fácil conformar ;)

Sueño irrealizable: no puedo ni comprarme una casa normal, como para aspirar a comprarme una casa frente a la bahía... ¡pero de ilusiones también se vive! Y oye, la lotería le tiene que tocar a alguien... El día 25 de julio es el sorteo del oro de la Cruz Roja. ¿Habéis comprado ya vuestro cupón? No es por el oro, se trata de ayudar a los que lo necesitan, pero si toca... ¡¡hace ilusión!! ¡Comprad ya vuestra participación!


Reto fotográfico de 30 días. Día 18: mis zapatos.

jueves, 18 de julio de 2013

Ante todo, que sean cómodos. Me gusta llegar lejos y poder perseguir a Mollete sin problemas :)


Miércoles mudo: soy un poco payasa

miércoles, 17 de julio de 2013


Reto fotográfico de 30 días. Día 17: tecnología.

Esta es la tecnología que más veces al día uso, y que me sirve para todo: llamar, whatsapp, consultar el correo, internet, gestionar el blog... No es tecnología punta (hay mil móviles que lo superan) ni la más cómoda, pero es con la que yo me apaño.

Apunto estuve de comprar una tableta, pero al final me rajé... No estoy segura al 100% de que la vaya a usar tanto. Así que tengo que meditarlo un poco más.


Reto fotográfico de 30 días. Día 16: un buen hábito.

martes, 16 de julio de 2013

Beber agua. Pero es un buen hábito recientemente adquirido. La verdad es que nunca he sido de beber agua, porque siempre sentía que tenía una charca de ranas en el estómago. Pero ¡ay, lo importante que es! La verdad es que desde que bebo agua me noto mejor, y ¡¡hasta he pasado a necesitarla!! Quién lo diría... ainssss.

¿Y cómo he llegado yo a este punto responsable y civilizado? Pues gracias a Pilar Rodríguez, de Criando a mi cría. Sabía que tenía que perder peso y ella me está ayudando con uno de sus programas, de manera sana y responsable. Además de que su programa es una manera equilibrada de perder peso, es fundamental el papel personal que juega Pilar, dando apoyo y ánimos constantes, haciéndote creer que lo puedes conseguir. ¡Yo estoy encantada! Si alguno tiene problemas de sobrepeso y de ese tipo, incluso estando con la lactancia, os animo a visitarla. Es enfermera y se está formando como asesora de lactancia, así que podéis confiar en ella al 100%, que no es una loca obsesiva de adelgazar a costa de lo que sea, no: se trata de aprender a cuidarse y a vivir para estar bien con uno mismo. Y esto no me ha pedido ella que lo escriba, ¿eeeh? Que lo digo yo porque viene a cuenta de lo del agua :D

Y bueno, es agua del grifo, a pesar de la botella molona ;)




Reto fotográfico de 30 días. Día 15: silueta.

lunes, 15 de julio de 2013

Esta imagen la tomé en las últimas vacaciones felices que pudimos pasar mis padres y yo juntos. En realidad es una sección de una foto más grande. Otra parte de esta imagen aparecerá más adelante, y ya os enseñaré la composición entera.

Es en una casa de campo del Perigord, una región de Francia próxima a Burdeos. Fue una semana deliciosa, sin preocupaciones y en la que los tres fuimos verdaderamente felices, sin saber la negra sombra que se caería sobre nosotros un mes y medio después. Tengo excelentes recuerdos de aquellos día, y aún hoy mi padre y yo volvemos a la misma casa casi todos los veranos, porque de alguna manera es como estar de nuevo de vacaciones con mi madre. Aunque la familia va aumentando y ahora nos acompañan mi chico y Mollete.

El color de la imagen es real, no hay ningún tipo del filtro. Es la luz que nos envolvió aquellos días, y el mero hecho de verla me transporta de nuevo a aquella casa, me trae sonidos y olores, sensaciones, calor a la piel y amor al corazón.



Reto fotográfico de 30 días. Día 14: ojos.

domingo, 14 de julio de 2013

Los ojos de mi niña, porque representan la pureza y la inocencia. Porque cuando me miran me hacen sentir importante y me dan una carga de responsabilidad muy grande que jamás pensé que sería capaz de soportar, pero que ahora llevo con orgullo y con ganas de hacerlo mejor cada día. Porque con una sola mirada me dan todo el amor que tiene un cuerpecito tan diminuto, que resultan ser toneladas de amor, todas para mí sola cuando me mira. Y porque nos trae loca con el color que tienen, que cuando nos preguntan nunca sabemos qué decir...




Reto fotográfico de 30 días. Día 12: puesta de sol.

viernes, 12 de julio de 2013

Las puestas de sol son de esos momentos mágicos que a todos nos gusta vivir y fotografiar. Fijaos bien en este sol porque está al revés de como solemos verlo. Las imágenes las tomé durante mi viaje de novios (ains, qué poco me gusta esa expresión. Mucho menos luna de miel, así que... jajaja). Algunos ya sabéis que me fui a Nueva Zelanda. Era un destino que teníamos pendiente los dos, así que ahorramos, nos liamos la manta a la cabeza, y para allá que nos fuimos.

Esta zona me gustó especialmente. Se llama Punakaiki y está al oeste en la mitad superior de la Isla Sur. Es un sitio precioso, mágico, donde se pueden ver las Pancake Rocks, que se llaman así porque parece que están hechas de muchas tortita amontonadas. Además nosotros nos alojamos en un sitio que era muy especial, llamado The Rocks, y que lo llevaba un matrimonio joven de valientes que lo había dejado todo para instalarse en Nueva Zelanda (aquí me entró mucha envidia). Vaya, acabo de entrar a su web y han  seguido su camino nómada y han cambiado de residencia (me invade una cierta nostalgia...), ¡pero la casa sigue lista para quien se anime a visitarla!

La puesta de sol fue preciosa. Y si alguien está pensando que además fue romántica, que se olvide. Papá Mollete se tiró una hora metido debajo de su sudadera porque los mosquitos le acribillaban... Pero a pesar de eso, guardo unos recuerdos inmejorables de aquellos días.



Reto fotográfico de 30 días. Día 11: algo azul.

jueves, 11 de julio de 2013

Me estoy dando cuenta de que tiro mucho de recuerdos en este reto... pero supongo que tengo necesidad de ir sacando cosas que llevo dentro para seguir avanzando en mi camino por la vida. Hoy toca algo azul y he puesto una foto de Santander; más concretamente de la Isla de Mouro vista desde el Sardinero.

Mi padre es filólogo francés y mi madre era de alemán. Adoran su profesión y disfrutan al máximo dando clases. Tanto que hasta que yo tuve 22 años, al acabar el curso en Madrid iban a Santander a participar en los cursos de verano de español para extranjeros. Así que yo me tiraba mis 3 meses veraniegos en el paraíso cántabro. Relax, risas y todos los días a la playa. Y digo bien: TODOS. En el norte hay que aprovechar cada día, porque no siempre se tienen veranos en los que el sol se prodigue. Así que íbamos a la playa todos los días, porque en la playa se pueden hacer muchas cosas además de ir a tomar el sol y asarse como un pollo. Como mi madre decía: yo metía la toalla y el chubasquero, y así siempre íbamos preparados. 

De hecho recuerdo con especial cariño los días nublados de playa: el Sardinero casi desierto, el mar en calma chicha, y como no hacía calor la diferencia térmica del agua con el exterior era menor y se disfrutaba mucho más del baño.


La maternidad de la A a la Z: R de relatividad.

Hoy saco la física que llevo dentro y que a veces se pelea con la mamá que soy. A diario la mamá gana por goleada a la física, pero esta tiene ganas de noquear a la mami y hacerse con el poder en algún momento. Por ahora han llegado a un entendimiento y han decidido cohabitar en mi cabeza durante el día de hoy.

Y eso tiene consecuencias, porque estoy sentada tratando de redactar la próxima entrada del diccionario de la maternidad de Trimadre a los 30, y claro, menudas ideas extrañas que se me ocurren. Pero como hoy he sacado a pasear mi lado más Curie, voy a tener que darle un poco de cancha. Lamento los daños colaterales que esto pueda ocasionar.

¿Conocéis la teoría de la relatividad? Vamos, que si os suena. No pretendo yo que ahora me la expongáis aquí claramente. Yo tampoco sería capaz. Pero seguro que a todos os suena esa fórmula que dice:


y que los más avispados enuncian como: la energía ni se crea ni se destruye, solamente se transforma. Aunque esto se sabe desde mucho antes de que Albert Einstein enunciara su famosa teoría. En esta fórmula se pone de manifiesto que la propia masa puede transformarse en energía. Bueno, esta simple ecuación tiene mucha mucha chicha, pero no es lo que hoy nos ocupa.

¿Y a parte de la fórmula, sabéis alguna de las consecuencias de esta teoría? Pues citaré dos: la dilatación del tiempo y la contracción de la longitud. Aquí entra la otra frase famosa asociada a la teoría de Einstein: todo es relativo. Y esto, como la ecuación, tiene muuuucha muuuucha chicha. Einstein explicaba que el tiempo es relativo de la siguiente manera: sean dos gemelos. Uno viaja por el espacio a velocidades próximas a la de la luz (este es uno de los requisitos para que se apliquen las teorías de Einstein), y cuando regresa a la Tierra ve que el gemelo que se quedó ha envejecido mucho más, porque el tiempo ha pasado más despacio para el que viajaba en la nave a la velocidad de la luz. Esto es lo que quiere decir dilatación del tiempo. De manera similar entenderemos que las longitudes se acortan para el que viaja a altas velocidades.


Bueno, y después de este tostón os estaréis preguntado que qué tiene que ver esto con la maternidad. Pues es que he descubierto que, aunque yo no me mueva a velocidades cercanas a la de la luz (en principio), lo cierto es que el tiempo se dilata y las longitudes se contraen.

Vosotros también lo tenéis que haber notado. Sé que alguien lo ha comentado ya en alguna ocasión, pero lo voy a repetir: el tiempo se dilata. Si a mí, antes de nacer Mollete, me dicen que en 2 horas voy a ser capaz de poner una lavadora, tender otra, limpiar los cacharros, hacer la comida y planchar una buena pila de camisas, no me lo hubiera creído. Y ahí está. Cada minuto que pasa me cunde como 10, y no es que haga las cosas mal, qué va: que quedan decentes y todo. ¿Y cómo es esto posible? ¿Es porque hago las cosas tan tan rápido (casi a la velocidad de la luz) que el tiempo me dura más?

Lo de las distancias también es cierto. Si no recordad esos momentos en los que la peque, que estaba sentada plácidamente leyendo un libro, decide ponerse en pie y como ya la conoces, le ves las intenciones de coger el teléfono y llamar a tu tía un sábado a las 7 de la mañana. Para evitar semejante momento embarazoso cruzas de una zancada el espacio que te separa del teléfono, algo que en condiciones normales te hubiera llevado 3, esquivar una mesa y giro de cadera. Inexplicablemente tu misión concluye satisfactoriamente antes de provocar un problema familiar.

O cuando de pronto le da por hacer el burro y ves que comienza a trepar por el sillón y sabes que se va a ir de cabeza en cualquier momento. Con una estirada al más puro estilo Iker Casillas, tu brazo se alarga cual gadgetobrazo para cogerla por el tobillo quedándose colgada a dos centímetros del suelo como Tom Cruise en Misión Imposible… Y aunque no te hayas estirado tanto en tu vida, ni para coger patatas de la mesa en la final del Mundial, llegas; vaya que si llegas.

Así que después de 5 años de estudios en la facultad me congratula poder experimentar en mis propias carnes una de las teorías físicas más famosas de todos los tiempos, y no tener que recurrir a experimentos costosos y raros.

Reto fotográfico de 30 días. Día 10: recuerdos de la infancia.

miércoles, 10 de julio de 2013

¡Uy, pues son muchos! Y casi todos buenos, que eso es lo mejor que puede haber.

Hay recuerdos de momentos familiares, amigos, vacaciones, risas, juegos... pero me quedo con mi oso Alfonso y mi oveja Lucera. Han sido mis más preciados peluches desde que tengo uso de razón. Aún los conservo y hace un par de años, antes de casarme, confesaré que dormí con ellos alguna noche en que necesitaba un poco de consuelo.

La suerte les ha acompañado, porque estaban destinados a ser mis compañeros de viaje. Recuerdo unas vacaciones de Semana Santa en las que nos fuimos a comprar vituallas nada más llegar al apartamento y a la vuelta nos habían desvalijado. Solo se llevaron las 4 cosas que teníamos para pasar la semana, pero a mí me hicieron mucho daño porque yo era una niña de unos 7 años a la que le había robado todos los muñecos que había llevado consigo. Lo raro es que en ese viaje Alfonso y Lucera se quedaron en Madrid, ¡y menos mal! Porque hubiera sido muy duro para mí perderlos. Con deciros que en esos momentos en los que los niños se obsesionan con la muerte (o por lo menos yo lo pasé) mi única fijación era que me enterraran con ellos, y se lo repetí a mi madre varias veces para que quedara bien claro... Cosas de niños.





Miércoles mudo: recuerdos

Recuerdos

Momentos divertidos y tiernos de la teta

martes, 9 de julio de 2013

¡Lo que da de sí el dar el pecho a los peques! Claro, es tanto rato el que pasamos juntos dedicándonos a esos menesteres, que tienen que surgir anécdotas a la fuerza. Seguro que muchas de vosotras tendréis cosas que contar, bien le deis pecho a vuestro bebé o bien le deis biberón.

Mollete tiene ahora casi 17 meses y últimamente le ha entrado una manía que es cuanto menos curiosa. Yo no se lo había oído contar a ninguna madre, pero en este mundo casi todo está ya inventado y lo mismo alguna de vosotras me dice ahora: ah, claro. Mi niño lo hace mucho. El caso es que no puede estar tomando el pecho si no es con algo en las manos. A veces es una sola cosa: el móvil de mamá, un libro de cuentos pequeño, una muñeca, un tubo de crema... a veces no basta con tener una mano ocupada y es necesario tener las dos en harina para empezar a comer. Hombre, parece una manía inocente y me hacía gracia hasta que un día se presentó ¡con un piano de juguete! Sí, sí, un pianito. Y oye, que si no es con el piano no come. A veces no me importa, pero a menudo tengo necesidad por que la niña coma si no quiero sufrir una explosión en toda mi cara. Ya me entendéis.

Bueno, podría ser peor, estaréis pensando. Seguid leyendo, seguid... ¿Qué me decís del día en que se presentó con el portarrollos del baño? Y me refiero a la barra larga en la que caben almacenados unos 4 rollos. Sí, habéis leído bien... total, que allí estábamos en el sofá Mollete, el portarrollos con 2 rollos y yo. Aquello estaba superpoblado. Por lo menos parece que cuando lleva ya un ratillo comiendo le da más igual el tener algo en la mano, momento en que aprovecho para levantarle lo que tenga agarrado. 


Reto fotográfico de 30 días. Día 8: rutina.

lunes, 8 de julio de 2013

Pues rutina... lo que cada día hago. Como ya he comentado en alguna otra entrada, soy sismóloga y trabajo con volcanes. Y esto es a lo que me enfrento día a día: terremotos, sismogramas, localizaciones... en realidad lo disfuto mucho, aunque hay momentos en que nos desborda el trabajo, sobre todo cuando El Hierro decide que de nuevo es momento de dar unos cuantos meneítos. 

Después de llevar trabajando aquí 3 años, vimos recompensada nuestra paciencia con una crisis volcánica, que podría haber tardado mucho más en producirse. Y la disfrutamos mucho. Y aprendimos aún más. ¡Y todo lo que todavía nos queda por aprender! Con esto vamos a estar ocupados todavía unos cuantos años. ¡Que no falte el trabajo! (mientras no le pase nada a nadie, claro está).


Reto fotográfico de 30 días. Día 6: una obsesión.

sábado, 6 de julio de 2013

Aunque creo que ya he comentado varias veces que este año, con Mollete por casa sigo algo menos el fútbol, me gusta desde pequeña. En casa siempre hemos sido una familia particular, porque a mi madre le encantaba el fútbol y era mi padre el que iba a recogerla a la salida del Bernabéu. A él no le gusta, aunque sí sigue los partidos por la radio si es el Real Madrid o la selección española los que juegan. Y a mí me pasa igual que a mi madre: soy yo la que va al estadio y a mi chico el fútbol no le gusta. Y si tiene que ir con alguien, encima va con el Atlético.

Recuerdo desde pequeña estar en casa nerviosa esperando a que mi abuelo, que vivía con nosotros, volviera del fútbol y me contara cómo había quedado el partido aquella tarde. Me traía además un cuadernito con las plantillas de los dos equipos, las estadísticas y esas cosas. Yo los coleccionaba y aún los guardo en casa de mi padre.

Son muchísimos los recuerdos que el fútbol me trae de mi abuelo, y en los últimos años de mi madre. También de mi tío y mis primos, que son actualmente mis compañeros habituales. Disfruto con los partidos y ojalá pueda compartir la afición en un futuro con mi hija y los que vengan detrás.


Reto fotográfico de 30 días. Día 5: después del anochecer.

viernes, 5 de julio de 2013

Esta imagen data de abril de 2010, cuando estuve de campaña de campo en la caldera de Tenerife. El Parque Nacional de El Teide es un lujo que tenemos en nuestro país y que no puede dejar de visitarse. Quien no haya estado nunca en una zona volcánica no puede dejar de ir, porque impresiona. A mí me emocionó mucho; es un terreno muy diferente a lo que estamos habituados los de la península (o los godos, como los canarios nos llaman). Es verdad que tuve la oportunidad de vivirlo desde un punto de vista profesional, acompañada por geólogos que nos explicaron muchas cosas interesantes a los físicos, que somos más de modelos numéricos, y eso enriquece mucho y hace que disfrutes cada paso que das por la isla. Pude subir al cono y alucinar al tocar el suelo caliente y ver pasar los gases que salen de él. Sentir cómo el oxígeno va faltando a 3718 m, pero a la vez sentir la libertad y la mayor comunión que existe con la naturaleza.

Pasamos 10 días viviendo en una casita en la caldera. La caldera de Las Cañadas son los restos de un edificio volcánico enorme, mayor que el Teide, que ocupó el centro de la isla. Visto desde una foto aérea parece un cráter gigante, dentro del cual se aloja actualmente El Teide. Pero este no es el único volcán de Tenerife. Hay cientos. Cada cual con un nombre más bonito y curioso: Pico Viejo, Montaña Blanca, Montaña Rajada, Montaña Mostaza, Chinyero...

Podría estar horas y horas hablando de esto, porque me apasiona desde que era niña, y he tenido la suerte de poder trabajar con los volcanes y vivir de ellos. Es un sueño hecho realidad.

Aunque el momento más emocionante de todo vulcanólogo es vivir una erupción, y yo tuve que vivir desde la distancia la erupción submarina de El Hierro mientras todos mis compañeros iban al campo. Pero estaba embarazada de Mollete y las prioridades estaban claras.

Yo confío en nuestras Islas Canarias y en que me regalen en un futuro otra erupción, que sea tranquila, bonita, que podamos disfrutar todos.

Supongo que ya habréis reconocido por la silueta al protagonista de la imagen: El Teide, el pico más alto de nuestro país.


Reto fotográfico de 30 días. Día 4: algo verde.

jueves, 4 de julio de 2013



El  cuarto de Mollete es verde. Tiene varios colores pero podemos decir que en conjunto es verde. La verdad es que le dimos bastante vueltas a cómo pintarlo. No queríamos el típico cuarto de niña, porque no nos gusta y porque queríamos algo que valiera para niño y niña, con las esperanza de que en un futuro vengan un hermano o dos, y sólo tenemos ese cuarto.

Así que al final nos decidimos por pintar el cielo y la tierra, es decir, las paredes verdes como la tierra y el techo azul como el cielo. Además queríamos dibujar después animales en las paredes y en el techo estrellas con pintura fosforescente. Aún no lo hemos hecho porque la situación familiar entre pitos y flautas se fue complicando, pero la pintura está comprada. 

Luego tuvimos suerte porque encontramos puertas de armario y cajas verdes para la estantería, y con eso no contábamos. Con lo que al final la tonalidad verde dominó el espacio.

También compramos pintura azul de pizarra para hacer en la pared un lago en el que Mollete pudiera dibujar con tiza, pero al final hemos desechado la idea porque no tenemos pared suficiente. Así que para no desperdiciarla pintaremos la mesa pequeña que tiene para colorear y leer, y así podrá dibujar con tiza sobre ella. 

Muchos proyectos en mente; espero que poco a poco vayan materializándose.

La maternidad de la A a la Z: N de nostalgia.

Nostalgia es lo que cada día me invade cuando estoy con Mollete.

Unas veces porque me tengo que enfrentar a un nuevo problema, y pienso en que me gustaría llamar a mi madre y preguntarle cómo hacía ella o saber qué creería ella que es lo mejor.

Otras porque Mollete hace o dice una cosa nueva y me encantaría poderlo compartir con ella. Que viera a la niña y se sintiese orgullosa de su nieta.

En otras ocasiones es porque, aunque he crecido y ahora soy yo la madre, sigo siendo una persona que necesita cariño y achuchones protectores, y como los de una madre no hay ninguno. Una caricia en la cara y unas palabras diciendo que todo irá bien. Porque en ese momento, si lo dice mamá, lo crees a pies juntillas, y sabes que así será: todo saldrá bien.

Incluso a veces,  cuando estoy en casa de mi padre y oigo el ascensor que llega, pienso que será ella que vuelve de dar sus clases en la facultad.



Está claro que aunque aprendes a vivir así, ni tú ni tu cuerpo os acostumbráis a ello, y hay ruidos, y olores, y sonidos que hacen que ella esté presente cada día. Y con la inocencia de un niño aún esperas que de repente las cosas cambien, y en el próximo ascensor sí sea ella la que llegue…

Reto fotográfico de 30 días. Día 3: nubes.

miércoles, 3 de julio de 2013

Día 3 del reto. Hoy toca nubes. Estas son camino a Majadahonda. Las nubes estaban preciosas en el horizonte, porque era de esos días que parecían algodón. Esa es una de las cosas por las que me gustaría ser Mary Poppins: para apoyar el culete en las nubes blanditas.








Miércoles mudo: verano; descalzos.

Una tarjeta para la profe

martes, 2 de julio de 2013

Ya ha llegado el fin de curso. Madre mía cómo pasa el tiempo: el primer día Mollete tenía 6 meses, y casi ni sabía girarse estando tumbada. Y hoy corre por los pasillos como loca, después de provocarte para que la persigas, mientras se ríe con esa cara de pilla que pone...

10 meses llenos de cambios, de aprendizaje y de socialización. 10 meses tremendamente ricos que han sido  posibles porque ha tenido una maestra de las que enamoran. Conchi es dulce, simpática, divertida pero sabe llevarlos por el camino que hay que ir: aprenden rutinas y cómo se deben hacer las cosas.

Los niños la adoran. Por lo menos Mollete cuando llega y la ve, a mí ya no me hace caso. Sabe perfectamente que Conchi es la que parte el bacalao en la guarde. Y me parece fantástico que distinga los roles, porque al fin y al cabo la jefa en la guarde es ella, y yo no me voy a meter en su faceta. Obviamente, si hubiera algo que no me gustara, hablaría con ella, pero Mollete debe saber que allí la jefa de la manada es la profe y yo voy a respetar esto al 100%.

Andaba pensando yo en regalarle algo a Conchi, en agradecimiento. Sé que es su trabajo, pero también sé que todos los días ha tenido una sonrisa para mi hija, y la ha tratado estupendamente, a pesar de que algún día fuera difícil y duro para ella. Los profes también son humanos y tienen días mejores y días peores, pero mi hija eso no lo ha notado. Eso para mí no tiene precio, y quiero agradecérselo, a pesar de que sea el medio con el que se gana la vida. Aunque creo que para ser maestro tiene que gustarte de verdad lo que haces, y por eso lo hace así de bien.

El caso es que ya otra mami pensó también lo mismo y nos puso en contacto a todos los padres de la clase, que no siempre coincidimos en la hora de recogida. Le hemos regalado una de esas cajas con experiencias, una con muchas cosas de relax para que pueda relajarse y olvidarse unos días de nuestros enanos, esos a los que ha cuidado y enseñado tan bien.

Yo me ofrecí a hacer una tarjeta, porque me gustan mucho las manualidades. Al principio quería liarme a hacer cosas con cartulinas y fieltros, pero luego pensé en poner fotos de nuestros niños. Y se me encendió la luz, y algo de lo que aprendí en el 8J vino a mi mente: la charla de La niña sin nombre. Fue la que más disfruté, sin duda alguna, pero es que además aprendí y descubrí cosas útiles. Aquí os dejo el enlace a su charla, porque si no la conocéis quizá os aporte algo.

La NSN me descubrió Picmonkey, que es un editor de imágenes en red. Y allá que me fui con las fotos de mis muchachos, y un fondo que saqué de Super Scrap, que tiene cosas bien chulas. El resultado fue este:


Por otro lado cogí papeles con motivos que me compro en Tiger por dos duros.


Señor, ¡esa tienda es un vicio para todas estas pequeñas bobadas! Y ahora parece ser que IKEA ha sacado también sección de papelería para envolver regalos... entre todos me van a arruinar. Volviendo al hilo, con los papeles de motivos del Tiger hice un sobre que se adaptara al tamaño de la tarjeta, y creo que al final quedó la mar de decente, ¿no?


Me alegro de haber podido colaborar directamente en el regalo para la maestra de mi hija, porque ha sido una persona muy importante para nosotros, y esperamos de todo corazón que lo siga siendo el curso que viene.

Reto fotográfico de 30 días. Día 2: lo que llevo puesto.

Pues la imagen de hoy tampoco tiene mucha historia... pero es lo que toca: lo que hoy llevo puesto. Ahí está. Camiseta verde, pantalones vaqueros y bailarinas blancas. Y a correr, que hoy hay mucho trabajo y parece ser que por la tarde visita al IKEA, que me muero por tener un par de sillas y una mesa en mi miniterraza y poder salir a disfrutar de la noche veraniega, que yo creo que es lo único que me gusta del verano...