Pues la segunda ya está aquí. Ha sido un embarazo muy diferente del que apenas he contado nada, pero es que sentía que lo quería llevar dentro, muy interiorizado. Y el hecho de contarlo me iba a impedir esta introspección que tanto necesitaba.
Quería ir paso a paso, conduciendo mi embarazo hacia un parto soñado, buscando los profesionales adecuados que me iba a llevar a él, y puedo decir que lo conseguí. Estaba muy escarmentada de mi parto anterior, que no fue tal, sino cesárea, porque me indujeron el parto a lo bestia y sin darme tiempo a dilatar. Cuando consideraron que ya habían esperado lo suficiente (estamos hablando de 4 horas) decidieron hacer cesárea, y yo, que era una auténtica pardilla, pasé por el aro. En su momento no le di mayor importancia, llegando incluso a pensar que si no llega a ser por esa cesárea mi bebé no hubiera nacido sano. Pero vas leyendo, te informas, conoces gente... y las cosas empiezan a sonarte muy raras, hasta que un par de profesionales te miran con cara rara cuando les cuentas cómo fue aquello... eso fue la corroboración de que el nacimiento de Mollete no había sido llevado de la manera correcta.