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Reto fotográfico de 30 días. Día 1: autorretrato.

domingo, 30 de junio de 2013

Últimamente me he encontrado por todas partes con retos fotográficos: en Pinterest, Instagram, Facebook... unos duran un mes, otros hasta un año... No creo que tengan ninguna finalidad en concreto salvo pasar un buen rato y dar a conocernos un poco más.

A mí me encanta la fotografía, lo que no implica que sea buena fotógrafa. De hecho soy una manta, mis fotos son normales y si salen bonitas es porque ese día la luz era genial o por casualidades de la vida. Pero yo lo paso bien y disfruto viendo buenas imágenes, de las que espero aprender algo. Así que, ahora que vienen por delante algunas semanas de vacaciones, he pensado que quizá sea un buen momento para apuntarse a uno de estos retos.

He optado por uno de un mes porque creo que es algo alcanzable. El reto de un año me parece bonito pero muy poco realista, y a mí me gusta acabar lo que empiezo. Y bueno, quién sabe: si este me resulta sencillo de acometer, quizá pueda lanzarme más adelante a uno de un año. 

Las fotografías no son libres, sino que tienen que centrarse en la temática que se indica en cada día en concreto. Os presento el reto tal y como lo encontré en Pinterest (me llevó al blog de Little Bennet):

reto fotográfico de 30 días
Reto fotográfico de 30 días

Cada día iré publicando la fotografía que toque. Hoy es el turno de un autorretrato. Así que acá va:

Día 1. Autorretrato.

150 palabras: Las flores que ya no olían (sobre, baile, maleficio)

¿Qué maleficio  había conseguido que las flores dejaran de oler? Ni siquiera la lavanda que Sofía guardaba en un sobre  conservaba su aroma de verano. Sabía que los indios tenían un baile  con el que conseguían que comenzara a llover. ¿Habría también un baile para recuperar el olor de las flores?

Hizo una corona de flores que se puso en la cabeza, y comenzó a bailar entorno al rosal de su abuela Consuelo. Le ofreció el baile a Flora, la diosa romana de las flores, porque pensó que era la única capaz de arreglar el problema. Tarareaba una melodía alegre y suave que incitara a las flores a perfumar de nuevo el aire. Bailaba dando ligeros saltos, moviendo los brazos de un lado para otro. Daba vueltas sin parar, totalmente entregada al baile. De pronto un suave olor a azahar vino flotando en la brisa. Flora había recibido el recado.


La maternidad de la A a la Z: C de conciliación

jueves, 27 de junio de 2013

Hoy, por caprichos del destino, van a unir sus caminos el carnaval de La maternidad de la A a la Z y el movimiento de #Mareafucsia, que este viernes estará dedicado a conciliación, que es una palabra que está muy de moda. Hace unas semanas ya escribí una entrada al respecto (¿Conciliación? Me suena la palabra... pero ahora no sé de qué...). Aquella estaba escrita desde el cabreo más profundo que me movió ese día a desahogarme dándole a la tecla. Hoy, sin embargo, intentaré hacer un análisis más objetivo de la situación. Y seguramente me repetiré en muchas cosas, pero creo que es necesario aprovechar que este viernes 28 de julio la Marea fucsia revolucionará la red con su particular oleaje.

Según la RAE, la conciliación es la acción y efecto de conciliar. Esto no nos aclara mucho. Sigamos a ver qué nos dice acerca de conciliar. Tiene varias acepciones, pero creo que la que nos interesa en el día de hoy es la siguiente:

Conformar dos o más proposiciones o doctrinas al parecer contrarias. Poner de acuerdo [a dos o más personas entre sí] y hacer compatibles [cosas opuestas entre sí].

Sí, efectivamente, este es el punto: conformar dos facetas contrarias, es decir, el trabajo y la vida familiar.  Hacerlas compatibles. Bueno, y ahora es cuando os ha entrado la risa, ¿no?

Desde luego que hay leyes, como ya he comentado en otras entradas, que supuestamente promueven esta conciliación, pero creo que casi todos hemos experimentado en nuestras propias carnes la imposibilidad de una conciliación real.


Para empezar tenemos el tema de las guarderías: las públicas no se las dan a casi nadie (por lo menos en Madrid). A la Pequeña P no le han dado plaza, su madre cobra 750€ y su padre está en el paro. Sí, claro; él se puede encargar de ella mientras no trabaje, pero ¿acaso no tiene derecho a intentar buscar un empleo? Las privadas son muy caras. El precio varía mucho dependiendo de la zona en que vivas. En la mía por 275€ al mes encuentras aparcamientos de niños, tal cual. Si quieres un sitio decente del que fiarte, con un proyecto pedagógico, ya tienes que desembolsar 575€. ¿Es esto normal?

Dentro de la administración general del estado (AGE) la cosa no cambia. Yo tengo que estar muy agradecida de que en el ministerio en el que trabajo haya una guardería, de grandísima calidad, y a un precio estupendísimo. Pero siempre hay peros, y en este caso es el horario. Desde la misma AGE se promueve la conciliación, incluso con temarios en las oposiciones, y se les llena la boca con este tema, pero luego a la hora de la verdad van y ponen un horario de guardería más corto que el horario de trabajo de sus empleados. ¿Alguien me puede explicar esta incongruencia?

Sigamos hablando de la AGE: su jornada de verano. Que sí, que lo sé, que es maravillosa… bueno, pero yo soy de las que piensa que las cosas, cuando se hacen, hay que hacerlas bien: tengo que trabajar al día 6.5h pero solo me dan 7h para hacerlas. Es decir, no tengo margen de maniobra si tengo que llevar o recoger a mi hija de la guardería, porque tardo en llegar desde mi centro de trabajo a la guardería (como todo hijo de vecino, supongo), y no cubro ese trayecto con esa media hora de “flexibilidad”. Y el horario de la guarde es el que es, no se adapta a mi jornada de trabajo. ¿Por qué no dejan más margen, como en invierno, para hacer el horario? Que cada uno se apañe como mejor le venga para poder atender tanto a su trabajo como a su familia, mientras se cumpla con las obligaciones laborales.


¿Y qué hay de las vacaciones de verano y esa manía de las empresas de no dar un poco de flexibilidad? Muchos padres se tienen que coger las vacaciones de manera separada para poder hacerse cargo de sus hijos durante todo el período estival en que no hay guarderías ni escuelas, pero si las empresas obligan a coger las vacaciones exclusivamente en agosto no se puede lograr un solape temporal adecuado para solucionar este problema de los niños en casa. Porque no todo el mundo tiene dinero para pagar a quien dejar a cargo de los hijos, o no todo el mundo tiene abuelos, y aunque los tuviera, la solución no es pasarle la pelota a ellos.

¿Qué me contáis de la obligación a gastar una hora ¡e incluso 2! para comer? Esto supone dilatar la jornada laboral por la tarde, de modo que cuando llegas a casa tus hijos están ya medio acostados: la otra parte de la pareja es la que se ha hecho cargo de todo, y tú has perdido un buen rato de estar con tus hijos. Y bueno, si la familia es monoparental, ya apaga y vámonos, directamente...

Y seguro que hay mil ejemplos más, pero no quiero hacer de esta una entrada infumable. Solo hacernos reflexionar un poco, aunque creo que no somos precisamente nosotros, los padres blogueros, los que necesitamos reflexionar sobre este asunto, porque lo vemos la mar de claro. Y los que deben pensar más acerca de este tema no quieren o no se dan por aludidos. Pero sí que estoy convencida de que está en nuestras manos hacer presión y obligar a mejorar las condiciones. Porque esto es una auténtica vergüenza.

Miércoles mudo: lago Tekapo (Nueva Zelanda)

miércoles, 26 de junio de 2013


Tiramisú

martes, 25 de junio de 2013

Hoy nos ponemos golosonas... y mira que yo no lo soy mucho, pero sé reconocer cuando algo está rico y bien hecho. Y ese es el caso del tiramisú que hace mi amiga María José. Un tiramisú ligero, con sabor, equilibrado, que no empalaga ni a café ni a licor... He probado muchos tiramisús, y la mayoría van escasos de mascarpone y exceso de bizcochos, y con demasiado café y Amareto, que van chorreando creando una mezcla asquerosilla sobre el plato. Hombre, si te gusta no hay problema, pero creo que en una receta con tantos ingredientes lo bueno es saber alcanzar el equilibrio entre los sabores, y no que unos maten a los otros. Y esta receta, que le dio una compañera de gimnasio a mi amiga, es de esas. No me atribuyo, por tanto, el mérito de la receta. Pero quiero compartirlo porque seguro que esto hace que el mundo marche mejor, ¿que no? :D

Así que lo primero son los ingredietes:
  • ½ Kg de queso mascarpone. El que sea. Se puede encontrar en casi todos los súper, por lo menos cerca de mi casa. A mí me gusta especialmente el de Galbani, pero funciona cualquiera, por supuesto.
  • 80 gr de azúcar moreno
  • 4 huevos
  • 24 bizcochos de soletilla. Este es otro clásico que se encuentra en cualquier parte.
  • 1 taza de café muy fuerte
  • 1 vaso pequeño de Amareto 
  • Cacao amargo y virutas de chocolate

¿Y cómo juntamos todo esto para que parezca un tiramisú y no una tortilla francesa? Pues más fácil, imposible:

Lo que yo haría en primer lugar es hacer el café, para que luego se vaya enfriando hasta alcanzar la temperatura ambiente. Lo reservamos mientras se enfría.

Separar las yemas de las claras. Mezclar el queso mascarpone con las yemas y el azúcar moreno. A mí me gusta dejar reposar un rato porque el azúcar se disuelve y entonces la mezcla queda mucho mejor. A continuación, y en otro recipiente, se montan las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Ya sabéis eso que dicen las madres: las claras están montadas cuando le puedes dar la vuelta al cacharro y no se caen. Pues eso: paciencia. El siguiente paso es echar las claras, con suavidad y cuidado, a la mezcla anterior de yemas, azúcar moreno y mascarpone. Para mezclarlo bien remover con suavidad siempre de arriba a abajo, para que las claras no “se desmonten”. Si lo hacéis así, sigue entrando aire y ayuda a que se mantengan.



Retomamos el café, y pasamos los bizcochos por el amareto y el café. Cada cual al gusto: si quieres mucho sabor, que empapen bien. Personalmente, me gusta que sepan a café y licor pero no que quede todo empapurciado y que vaya chorreando, como te lo encuentras en muchos restaurantes. Y recordad que el amareto es un licor fuerte...

Vamos colocando en un recipiente una capa de bizcochos y a continuación una de la mezcla del mascarpone. Luego colocamos una segunda capa de bizcochos y echamos encima el resto del mascarpone. Por encima espolvoreamos el cacao amargo ayudados de un colador, y alguna virutilla de chocolate amargo que habremos rallado previamente.

Recipiente, el que sea. Da igual, que de ahí va a ir a la nevera a reposar unas 4 horas antes de comer.

Más fácil, imposible. Ahora cada cual que busque su punto de equilibrio de cómo le gusta que sepa.

A papá Mollete no le gustan ni el café ni el licor, así que probé a pasar los bizcochos por leche que había hervido previamente con unas vainas de vainilla. A ver, no es lo mismo, pero está rico. Y es una solución para los que no les gusta el café ni el licor, pero sí el resto del postre. Pero seguro que se os ocurren otras mil alternativas. Por ejemplo, pasar los bizcochos en leche con cacao... ¡me lo apunto!

150 palabras: sin nada que se interponga en su vida

lunes, 24 de junio de 2013

Sofía es así: un terremoto que sigue adelante pase lo que le pase. Ayer se dio un buen golpe. No sabemos cómo, pero oímos un quejidito. Al ir a ver qué ocurría allí estaba ella, con una sonrisa de oreja a oreja aunque un hilillo de sangre salía de su nariz. Le daba igual, podía con todo. A mamá le vinieron a la mente recuerdos de cuanto era pequeña: a ella sí le impresionaba la sangre, y era normal que se partiera el labio haciendo el bruto al jugar. Pero Sofía es de otra pasta: cae, se levanta y sigue. Si se da un golpe en la cabeza, se rasca con la mano y a otra cosa mariposa. Me gusta ver que lucha por conseguir lo que quiere, que nada se interpone en su camino. Espero que mantenga siempre esta actitud ante la vida y le ayude a ser feliz.



La maternidad de la A a la Z: T de testigo

miércoles, 19 de junio de 2013


La palabra de hoy es testigo. Pero no, no os imaginéis al niño amish de la película de Harrison Ford ni nada por el estilo. Me refiero al testigo que se pasa en las carreras. Imaginaos eso, una carrera de relevos, y una panda de madres, algunas con niños enganchados a la teta; otras de la mano de sus nenes, que les siguen a marchas forzadas mientras su madres vuelan por la pista; algunas solas, porque sus hijos adolescentes van un poco a lo suyo. Pero todas corriendo para compartir sus experiencias con las otras madres que les esperan más adelante.

Fotograma de la película Único testigo.

Y es que esta semana está siendo un tiempo de pasar el testigo: yo soy de las que corre con la nena enganchada a la teta, por cierto. Recuerdo cuando nació Mollete y yo no  hacía más que preguntarle a mi amiga María, que había sido mamá un año antes, que cómo se hacía tal cosa o qué debía hacer si ocurría tal otra. Siempre tuvo paciencia con la novata de turno, además de mucha generosidad pasándonos ropa premamá, zapatos de niño, sillas para el coche, forros para las sillas, sacaleches... de todo lo que os podáis imaginar. Era mi gurú maternal, de alguna manera. Yo confiaba bastante en mi sentido común, pero sin duda me gustaba consultarle las cosas. Al fin y al cabo es mi amiga desde que teníamos 2 años. ¡Cómo no le iba a hacer partícipe de todas mis inquietudes!

Supongo que ella, a su vez, habría recibido instrucciones de su madre y de sus primas.


Y esta está siendo la semana en la que, sin darme cuenta, me encuentro yo pasándole el testigo de la maternidad a mi prima, la mamá de la Pequeña P: qué me puede faltar para el hospital, que si pretrato la ropa manchada de caca antes de lavarla, que si tiene que doler el pecho al darle de mamar a la peque... Y yo me pregunto, cuando ella me pregunta a mí, que qué puedo aportarle en realidad, si sigo siendo una novata y mis conocimientos no son nada del otro mundo. Pero esas respuestas y ese apoyo que ella necesita ahora son los que yo anhelaba el año pasado por estas fechas. Quizá a veces no sean tanto las respuestas precisas lo que se necesita, sino saber que alguien está a tu lado en esos momentos en que estás un poco perdida tratando de hacerte a la nueva situación. Pero es normal que al que le preguntan sienta que su aportación es algo obvio, cuando al necesitarla él en el pasado no se lo parecía tanto.

Y así vamos evolucionando todos, creciendo. Enriqueciéndonos los unos a los otros, que es lo que hacemos en definitiva también en este mundo 2.0, ¿o no?

Miércoles mudo: delfines


Delfines acompañando el barco en Milford Sound (Nueva Zelanda)

150 palabras: Mi nueva prima, la Pequeña P

lunes, 17 de junio de 2013

A Sofía le habían dicho que la Pequeña P era medio india, así que ella se esperaba que su prima tuviera una laaaaarga trenza morena, una pluma de color rojo en la cabeza, y que se llamara algo así como Flecha que baila en el viento. Pero cuando la conoció vio que era un bebé normal. Pero no podía apartar su mirada de ella. La miraba sin moverse, con los ojos abiertos como platos: allí estaba la pequeña P, acurrucadita junto a mamá, con los puñitos bien cerrados, las piernitas encogidas, y con un peinado de punta la mar de moderno. Como estaba hecha un ovillo parecía que no tenía cuello. Pero Sofía sabía que si se quedaba hasta la hora del baño podría comprobar que a su prima no le faltaba de nada: ni cuello, ni deditos, ni orejas. ¿Y cuándo decís que me dejáis jugar con ella?, preguntó.




¡Bienvenida, Pequeña P!

viernes, 14 de junio de 2013

Hoy es de esos días llenos de emociones en los que te vuelves a reconciliar con la vida. Dar la bienvenida a este mundo a una nueva persona es un motivo de felicidad. Ya sé que estamos como estamos, y que el país no atraviesa la mejor situación. Pero creo que un hijo siempre es motivo de alegría, y un incentivo más para salir adelante y luchar por todo lo que queremos. Para mejorar el mundo, y educar a tu hijo para que él también lo haga.

Mollete ya tiene aquí una prima con la que dentro de unos años podrá jugar; más adelante harán trastadas juntas; luego quedarán a dormir en la casa de la otra para contarse cosas que nadie más podrá saber; terminarán saliendo juntas por ahí; y ojalá en el futuro puedan estar compartiendo la maternidad, como estoy haciendo yo ahora con mi prima. ¡Te quiero, hermosa!


La Pequeña P ya está aquí, y lo primero que ha hecho ha sido hacerme llorar. Es curioso, porque en el nacimiento de Mollete no lloré. Yo creo que las hormonas me tenían totalmente calmada, normalizando esa nueva situación que se me venía encima. Por supuesto que me alegré, y me llené de felicidad, y quería decirles a todos que vaya niña más bonita que tenía. Y me moría de ganas de salir del tiempo de reposo tras la cesárea para llegar al cuarto y achucharla. Pero no lloré.

Cuando nació la Genial J, la hija de mi amiga del alma desde los 2 años, lloré. Como una magdalena. Quizá porque era la primera de mi círculo íntimo que pasaba por esto. La que abría la veda. Y hoy de nuevo la Pequeña P me ha removido las emociones y me muero de ganas de achucharla. 

Ahora es cuando entra en juego el autocontrol, porque yo he sido la primera que se ha quejado de las visitas excesivas y de los agobios sufridos cuando solo quería tiempo para estar con mi hija y con Papá Mollete. Ahora es cuando hay que dar ejemplo, no agobiando con sugerencias a los nuevos padres. Es un momento crucial para ver si he aprendido de mi propia experiencia. Así que la Pequeña P también va a ayudarme a ser mejor persona.

¡Gracias, bebita, por entrar a formar parte de nuestras vidas, y felicidades a los estupendos padres, que lo harán genial haciendo caso omiso a la lluvia ácida de consejos que van a recibir!

Sé de una que no está con nosotros que se alegra igualmente de todo corazón.

Por último, quisiera hacer mención también a la Pequeña Blancanieves de 3 años, a la que hoy han realizado un transplante multiorgánico. Parece que todo ha ido bien y que por fin va a poder empezar una nueva vida.  Pronto contaré también su historia, que me ha hecho reflexionar sobre muchas cosas. ¡Enhorabuena, linda!

La maternidad de la A a la Z: N de nudo

miércoles, 12 de junio de 2013

¿Sabéis que la palabra nudo tiene 18 acepciones en el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, y que es un artículo revisado y enmendado? Por lo que se ve, es una palabra con mucho jugo. Y en el caso de la maternidad, sin llegar a esa locura de los 18 significados, es también una palabra muy rica.

Cuando pienso en un nudo, imagino un trozo ancho de tela que se ha cogido para atarlo y hacer un nudo, formando una ancha bola que ocupa bastante espacio. Normalmente siento un nudo en la boca del estómago cuando creo que algo malo va a pasar o ando preocupada por cosas. Una bola gorda alojada en mi esófago, que casi no deja entrar aire ni salir las preocupaciones. Que cuanto más pienso y pienso más grande se hace, y parece que llega hasta el cerebro , al que abotarga completamente. Y eso lo hemos sentido todos cuando hemos visto a nuestro pequeño bebé desolado, con dolores y no hemos sabido qué le pasaba. Angustia porque queremos ayudarle pero no sabemos cómo. También cuando te dicen que puede pasarle algo grave pero aún no saben qué es, vuelve el nudo a su lugar, mientras le das vueltas y vueltas al problema tratando de buscar una respuesta que aún no va a llegar. Es un nudo inevitable, pero podemos ayudar a que se suavice: vivamos el presente sin angustiarnos por el futuro. Ocupémonos de las cosas, sin pre-ocuparse. Solo así minimizaremos un poco nuestras vicisitudes. Ya no sé quién dijo aquello de: vive el presente para que en el futuro puedas tener un bonito pasado. Deberíamos hacerlo, ¿qué es lo que nos lo impide?

También me aparece un nudo cuando me entran ataques de amor y orgullo por mi hija. Cuando alguien dice lo simpática que es, lo graciosa que ha estado o lo lista que parece. Entonces se crea otro nudo, exactamente en el mismo sitio que el anterior y del mismo enorme tamaño, pero es de amor, que me sale por los poros. Y no sé cómo expresarlo y que todo el mundo pueda "medir" cuánto amor tengo dentro para mi hija. Quiero compartirlo con todos y me entran ganas de gritar de alegría. Ese nudo es tan grande que a veces me empuja los lacrimales ¡¡¡y me hace llorar!!! Lo bueno es que entonces el nudo se abre camino por mi garganta y sale fuera. Me relajo y la vida sigue su curso.



Pero sin duda alguna, el nudo más importante es el que ha aparecido entre mi hija y yo. Ese nudo que nos ata de por vida, porque ella siempre será mi hija y yo siempre seré su madre. Por ahora no tengo más hijos, pero estoy convencida de que cada uno de los nudos que aparecerán serán de distintos materiales: unos estarán hechos de seda, porque la relación será suave y fluida. Con otros quizá sean de esparto, ya que los caracteres serán diferentes y habrá que ir limando asperezas en la convivencia. Algunos quizás sean de ramas con espinas, porque habrá momentos difíciles que superar juntos. Y otros puede que sean de ramas de lavanda, ya que será una relación alegre y fresca. Pero todos, absolutamente todos los nudos, serán fuertes. Y ya me encargaré yo de que nadie se atreva si quiera a intentar desatarlos.


Miércoles mudo: un alto en el camino


Cogiendo fuerzas

Miércoles Mudo” es un carnaval de blogs o blog hop iniciado por Maybelline de Naturalmente Mamá y participar es muy fácil, solo debes publicar los miércoles una foto (s) sin escribir nada para explicarla (s) (de ahí viene lo mudo). Luego no olvides enlazar en el linky que está debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar. Para conocer como nació el Miércoles mudo y sus reglas, puedes hacer click aquí.



Remodelación del blog: la metedura de pata del día.

martes, 11 de junio de 2013

Pues sí, pues sí... cuando comencé este blog no me quedé contenta con la plantilla, pero pensé que lo importante era comenzar a lanzar entradas y que ya iría renovando el aspecto. Lo que sucedió es que ese momento nunca llegó...

Y claro, este sábado, el evento madresférico y blogueril en general, y La niña sin nombre en particular,  me hicieron mucho daño y me convencieron de que era el momento de cambiar el aspecto. He estado trasteando para hacer cambios, guardando previamente el blog, como ya nos comentó Isabel Leyva. Peeeeero cometí el error de no guardar la plantilla... y ahora no puedo volver a la configuración anterior después de tantos toqueteos que he hecho. 


En definitiva, que lamento el follón. Que este no va a ser el aspecto definitivo, pero por el momento no puedo volver atrás y tardaré un poco hasta que encuentre el formato con el que me sienta cómoda. No me gustaría perder los 3 lectores que tengo a causa de los vaivenes de plantilla. ¡Espero que sepáis perdonadme! Es que, al fin y al cabo, una es una novata...

Resaca tras el I Encuentro de madres y padres blogueros. El famoso #8J

lunes, 10 de junio de 2013

Toca... toca escribir sobre el I Encuentro de madres y padres blogueros, que tuvo lugar el 8 de junio de 2013 en el Matadero de Madrid, y que fue organizado por Madresfera y Yo Dona. Querría no haber leído nada antes de escribir, para no dejarme influir, pero no he podido evitarlo. Y la verdad es que al final resulta que voy a decir casi lo mismo que las entradas de amigas que ya he leído. Pero bueno, intentaré aportar algo nuevo.

Esta experiencia para mí tiene claramente dos vertientes: la personal y la organizativa.

Personalmente lo he disfrutado mucho, porque he puesto cara a mucha gente que tenía en mente conocer y he conocido a gente que no pensé que fuera a hacerlo.

Comenzamos con un desayuno que organizaron Tutete e Infaneto, pero para cuya organización ayudaron también La libreta de mamá y Babytribu, que contestaban amablemente a las dudas de qué es esto, dónde, por qué... Perdonad si me dejo a alguno que estuviera muy implicado, pero con tantos correos cruzados yo al final me perdí un poco. ¡Así que muchas gracias a todos los que nos fuisteis informando de una u otra manera! Por si fuera poco la ideaza de comenzar con un desayuno y la grata compañía desde por la mañana, Tutete e Infaneto ¡nos invitaron al desayuno y nos dieron un par de regalitos estupendos! Tengo que decir que yo ya uso la bolsita a diario, y mi peque el chupete nuevo. ¡Muchas gracias!


Me vuelvo muy contenta del encuentro porque mucha de la gente que conocí ¡ha sido un auténtico descubrimiento! Aunque al final tampoco pudimos hablar tanto, lo cierto es que me llevo en la mochila a unas cuantas personas que me han llegado: Diario de unamadre, La morada de Nieves, Feliz en brazos, Mis dos monstruitos, Diario de algo especial, Mamá qué sabe, Perdida en Sebastopol, Laalcoba de Blanca, Mamá también sabe, Aidixy y sus cosas. Eché en falta a alguna más que no pudo asistir al evento, como Trimadre o a La nave de V, pero bueno, ¡así hay excusa para volver a verse!

En cuanto a blogueros más conocidos, y de alguna manera de referencia, me gustó mucho ponerle cara real a Walewska, por ejemplo. Parto de la base de que no soy nada mitómana, pero me gustó tanto oirla hablar que creo que voy a hacerme fiel seguidora de su blog, que antes ojeaba cuando tenía un momento. O a la Orquídea dichosa, que me pareció tan dulce y sincera, y cercana y simpática... ¡qué creo que me he enamorado!, jajaja. Ojalá hubiera podido acercarme a saludarla y decirle que me gustó mucho oirla hablar en persona y esa manera suya de ser. También descubrí a otras que no tenía fichadas, como por ejemplo Escarabajos, bichos y mariposas, Baballa y La niña sin nombre, que reconozco que me cautivó completamente con su charla. ¡Además de que aprendí cosas! Y luego corroboré que quien no me gustaba escribiendo, no me gusta como persona, o por lo menos no me gusta la imagen que proyecta, ya que no hemos podido mantener una charla como para hacer un juicio de verdad. Pero no creo que aquellos que escriben faltando al respeto y ridiculizando a los que no piensan como ellos sean luego personas que a mí me merezca la pena conocer. Creo que no hay que confundir decir las cosas con ironía y como son, con el ataque a los demás. Ante todo respeto. Escuchar. Intercambiar ideas y aprender de todo. Pero no quiero enredarme ahora con esto, porque no es el foro adecuado, y ya hay entradas dedicadas a ello, como esta de la Orquídea dichosa.

Mantendremos el anonimato del resto de blogueros.
Para descubrirles, habrá que esperar a otro encuentro ;)

Pasando a la parte organizativa lo primero es reconocer todo el esfuerzo de Madresfera por organizar el evento, y decirles que ¡¡muchas gracias!!. porque a pesar de los pequeños fallos estuvo genial. Y al fin y al cabo es la primera vez que se celebraba. Vamos, que si lo hubiera hecho yo ¡¡habría sido un desastre total!! Pero con ánimo de mejorar para futuras ocasiones diré que el lugar no me pareció el más adecuado por varios motivos:
  1. aforo reducido. Cierto es que se sobrepasaron las expectativas y ante eso, poco se puede hacer.
  2. muy pocos aseos. Es un lugar apto para dar una charla de un par de horas, pero no para hacer unas jornadas de un día de duración con 300 personas, que tiene que acceder a los baños con normalidad. Esa normalidad hace que, al ser tanta gente, los baños estén con unas colas tremendas todo el rato. La otra opción era salirse de una charla, pero daba rabia perder el hilo de la misma, y además luego te jugabas el tipo para ver si te dejaban volver a entrar (estos problemas son ajenos completamente a la organización, como ya nos comunicaron)
  3. la gente se queja de que hubo pocos enchufes y de que no estaban accesibles. Bueno, yo me llevé tras baterías que tengo rodando por casa y no tuve ningún problema, pero sí que es cierto que vi a mis compañeras pasarlas un poco canutas para cargar una sola rallita del móvil o la tableta.
  4. Comida escasa. O si no fue escasa, entonces fue poco accesible. Yo pasé más hambre... Quizá en parte esté relacionado con que el espacio que quedaba entre las paredes y las sillas para moverse a la hora de comer era muy estrecho, dificultando mucho la movilidad, para mi gusto.
Las charlas... pues bien. Unas más interesantes que otras, algunos oradores enganchaban más que otros, y algunas opiniones gustaban más que otras. Como ya he dicho, un gusto escuchar a La niña sin nombre, y a Sara Blanco. Me gustaron también Natalia Senón y Carlos Bravo, con sus trucos para el SEO. Desde luego que les saqué bastante partido y me llevo algunas ideas anotadas, que en realidad no sé si aplicaré, porque me gusta cómo llevo el blog, sin ninguna pretensión. ¡Si mi familia ni siquiera me lee! Pero siempre es bueno avanzar y mejorar, y seguro que las anotaciones que cogí me serán muy útiles cuando me decida a hacerlo.

De todo se aprende, y seguro que a la próxima saldrá aún mejor. Pero como decía, a pesar de estos pequeños patinazos, a mí me mereció mucho la pena ir, y si tengo que dar una valoración definitiva, esta sería completamente buena, sin duda alguna. Lo considero un tiempo bien invertido. Así que de nuevo, agradecerle a los organizadores todo su trabajo porque me permitieron pasar un día muy agradable y aprender cosas nuevas.

Revisión: al volver a casa no paraba de pensar en que vaya regalo esa bolsa llena de productos de limpieza... luego nos enfadamos con nuestros chicos cuando por nuestro cumpleaños nos regalan una plancha. ¿Pero resulta que ni entre nosotras mismas somos capaces de dejar a un lado y superar estos estereotipos de mujer fregona? Este sí que fue un gran patinazo del que desconozco el responsable...

150 palabras: baile, estallar, regalo

domingo, 9 de junio de 2013

Hoy las 150 palabras son de alguna manera un homenaje a nuestros tiempos pasados de solteros, cuando teníamos todo el tiempo del mundo para "hacer el friki" a todas horas... a todos los ratos buenos que J.R.R. Tolkien y El señor de los anillos, como libro, al principio, y luego como película, nos han traído con los amigos.

Dada su baja estatura, Sofía podría haber pasado desapercibida en la fiesta si Bilbo Bolsón la hubiera invitado a su cumpleaños. Pasaba las hojas del álbum de fotos del viaje de papá y mamá, e imaginaba cómo sería la vida en La Comarca. Allí estaba el Gran árbol, entorno al que se celebró el baile de la fiesta del centésimoundécimo cumpleaños de Bilbo. No tenía ni idea de qué le habría regalado en caso de haber asistido, pero sabía que hubiera envuelto el regalo en brillante papel de color rojo adornado con un gran lazo plateado. Lo que no le hubiera gustado es el momento de estallar los fuegos de artificio, aunque es verdad que luego le encantaba ver cómo brillaban y bailaban en el cielo, jugueteando y chisporroteando. Menos mal que ya no había grandes dragones, porque si no se habría tenido que pensar detenidamente si aceptar la invitación.




¡Más premios! :D ¡GRACIAS!

viernes, 7 de junio de 2013


Parezco el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas: que llego tarde, que llego tarde, que llego tarde... Las pasadas semanas he tenido la suerte de recibir nuevos premios: ¡¡Muchas gracias a Pao, la mamá de Muriel, y a Lorena, de Cómo llegar a Sebastopol!! Ay, que a mí estas cosas es que me hacen una ilusión tremendas :D ¡¡GRACIAAAAS!!

El 28 de mayo Pao era generosa repartiendo los premios Liebster Award, cuyo objetivo es difundir blogs con menos de 200 seguidores, para que sigan adelante con sus maravillosos proyectos.



Para poder recogerlo hay que hacer 11 confesiones sobre uno mismo. Pues allá voy...
  1. Soy muyyyy desordenada. Pero mucho mucho muuucho.
  2. Me encanta el sentido del humor. Me gusta usarlo cuando hablo, en mis conversaciones cotidianas. Pero me refiero a "humor inteligente", no a estar contando chistes cada dos por tres, porque, entre otras cosas, se me da fatal contar chistes.
  3. El fútbol es una de mis pasiones: voy cada 15 días a los partidos de mi equipo. Ya lo confesé una vez, y lo digo de nuevo: ¡Real Madrid hasta la muerte! :D
  4. Me encantaría ser buena fotógrafa. Y aunque no lo soy, me gusta ir por la vida haciendo fotos.
  5. Me equivoqué de profesión. Soy sismóloga, pero creo que sería más feliz si pudiera vivir de algo que hiciera con las manos. Disfruto mucho haciendo manualidades: desde tejer, al bricolaje, pasando por la papiroflexia. ¡Cualquiera de estas cosas u otras parecidas, me entusiasma!
  6. Soy muy tiquismiquis en cuanto al lenguaje se refiere. ¡Hay que hablar bien! Y no me refiero a no decir tacos y esas cosas, porque soy la primera que echa por la boca sapos y culebras. Sino a usar los verbos correctamente (¿dónde quedó el subjuntivo? La gente se olvida de él...), evitar el laismo, por ejemplo, tan típico de Madrid y en el que a veces incurro, y esas cosillas.
  7. Tengo muy mal genio. Sí, fatal... pero también es verdad que aunque primero me viene el pronto, luego se me pasa y el problema que lo detonó pasa a un segundo plano.
  8. No soy nada rencorosa. Perdono todo. Quiero llevarme bien con la gente y por eso doy mi mano a torcer casi siempre. Y no me supone ningún problema.
  9. Me encanta tirarme al suelo a hacer el gamberro con Mollete. Claro, luego querré que me salga calmada, jaja, pero es que ahora es el momento. Si no aprovecho estos ratos, los habré perdido para siempre.
  10. Me da pánico cortarme el pelo y no me atrevo a un cambio de look. Pero pavor del bueno...
  11. Soy muy llorona. Siempre lo fui, pero desde que soy madre, aún más.
Además de estas confesiones, para recoger el premio hay que agradecérselo a la persona que te lo concedió, y seguir al menos al blog de dicha persona; conceder el premio a otros 11 blogs con menos de 200 seguidores, e informar a todos los galardonados. Allá va:

El premio que me concedió Lorena el 2 de junio es a los mejores seguidores. ¡Gracias! Es la segunda vez que me lo otorgan y ¡me sigue alegrando el día!


Para recogerlo, tengo que contestar a 10 preguntas sobre mí, que ya contesté en su día, pero lo vuelvo a comentar:
  • Edad: 33 castañas recién recogidas del árbol ;)
  • Horóscopo: Aries. Cabezota, cabezota y cabezota...
  • ¿Dulce o salado? Salado... siempre salado: ¿tarta o tortilla? Tortilla. ¿Ensaimada o empanada? Empanada. ¿Huevos o helado? Huevos, jajaja. Bueno, de vez en cuando algún dulce, pero la mayoría no me gustan.
  • ¿Hobby? Adoro leer, aunque últimamente no tengo suficiente tiempo. Y viajar, aunque últimamente no tengo suficiente dinero...
  • ¿Qué te inspiró a hacer el blog? Pues el tener cosas en la cabeza para arriba y para abajo. Conversaciones que mantenía conmigo misma, y por no volverme loca pensé que era más sano compartirlo con los demás.
  • ¿Eres una profesional del mundo del maquillaje o de la moda? No. Es más, soy un desastre. Me encantaría que se me diera bien, pero creo que hay gente que no nacemos con esas capacidades...
  • ¿Tienes canal de youtube? Nop.
  • ¿Tu canal favorito de Youtube ó blog de maquillaje y nail art? Uy, ninguno. Es lo que me falta, jajaja.
  • Tu perfume favorito: Nunca he tenido un perfume o colonia de cabecera... rara vez me pongo alguno... en todo caso, cosas fresquitas que no empalaguen.
  • Un básico de maquillaje sin el que no podrías salir: ya os he dicho que yo de esto... nada de nada. Pero de elegir, lápiz de ojos para el contorno. Es lo único que de vez en cuando me gusta ponerme. ¡Qué desastre soy! :D

La maternidad de la A a la Z: F de flipar

jueves, 6 de junio de 2013


No sé muy bien cómo introducir esta entrada... F de flipar. Sí, de cómo flipé cuando llegué a casa con Mollete. Y mira que es algo que deseaba con todo mi corazón... y tuve 9 meses para hacerme a la idea, pero ¿de verdad esos 9 meses son suficientes para los padres primerizos para asumir e interiorizar lo que se les viene encima? Sinceramente, creo que no.

El hospital fue un poco como el camarote de los hermanos Marx (aunque ya hubiera deseado yo comer por lo menos un huevo duro los días tras la cesárea, que pasé más hambre que los perros chiquititos), en contra de mis deseos. Las únicas lágrimas de desesperación que he soltado durante mi maternidad han sido el 22 de febrero de 2012, cuando yo lo único que quería era tiempo y calma para poder seguir conociendo a mi pequeña. El primer día me respetaron bastante... pero el segundo ¡parece que se abrió la veda! Yo sentada en el sillón, sin moverme mucho porque la cicatriz me tenía un tanto cohibida; mi hija en la cuna rodeada de caretos de gente, o de brazo en brazo, sin decir ni mu y aguantando el chaparrón. Yo la quería coger pero no me podía levantar, y con el barullo no me escuchaban decir que quería cogerla yo un rato, que acababa de conocerla y llevaba 9 meses esperando ese momento... Les perdono a todos, porque sé que solo tenían buenas intenciones y querían compartir nuestra alegría por la llegada del bollito, pero aquello fue demasiado para mí.


En el hospital, como venía diciendo (es que siempre me voy por las ramas, leches), era todo muy irreal, y no alcanzaba a valorar la magnitud de lo que tenía entre manos. Simplemente me limité a dejar pasar el tiempo. Pero llegamos a casa y, de repente, me di cuenta del lío en el que me había metido : sobre el cambiador había una criaturita de 52 cm, gordita y llena de rollitos; con las piernas encogidas y mirada perdida (por no decir: con la bizquera típica de los bebés, jaja); con un body friki totalmente incomprensible para ella, que su madre le había hecho. No se movía especialmente, ni hacía grandes ruiditos. Simplemente movía su lengüecilla, tanto tanto que parecía que se le iba a desenroscar. La miré. ¡Y flipé! Son de esos momentos en que se te para el mundo, y deja de existir lo que te rodea. Solo estás tú, ahí, quieto, con Mollete delante. ¡Y volví a flipar! ¿Qué hago yo ahora con esto? ¿Dónde lo pongo? ¿Seguro que sabré identificar cuándo quiere comer? ¿Cómo sabré si le duele algo? ¿Sentirá todo todo todo lo que la quiero? ¡Jobar, que es mi hija! ¡Qué fuerrrrrteeee! Y lo que es peor, ¿qué espera ella de mí? ¿Cómo se supone que tiene que ser nuestra relación? ¡Anda, que lo mismo tenía que haberlo pensado más, que ya no hay vuelta atrás! Que la peque por fin y definitivamente está en ese cambiador, que llevaba vacío varios meses.

Pero era taaan mona y taaan graciosa, con esas muecas que hacía (lengua parriba, lengua pabajo), que me dieron igual todas las preguntas metafísicas que me habían ido surgiendo, y decidí que lo que iba a hacer era disfrutar de esa niña y pasar buenos ratos con la pequeñaja, a la que, lo más curioso de todo, tenía la sensación de conocer de siempre.

Cómo me siento frente al #8J

martes, 4 de junio de 2013


Sé que no soy la primera ni la última que escribe sobre el llamado “gran acotencimiento del año”, es decir, el I Encuentro de madres blogueras organizado por Madresfera y Yo Dona el 8 de junio de este presente año. Sé que ni siquiera soy original en la manera de comenzar esta entrada, pero bueno, es que tampoco había mucho donde rascar y yo necesitaba expresar mis disculpas por tratar un tema quizá tan manido últimamente, poco novedoso. Pero es que este evento me ha hecho reflexionar. ¿Y por qué?

Básicamente decidí ir a este evento porque gracias a este mundo blogueril en el que me muevo desde hace solo 3 meses, he conocido a gente que, sinceramente, me ha caído muy bien y creo que son personas que merecen la pena conocer en persona si se da la oportunidad. Aún a riesgo de romper el encanto que tiene esto del mundo virtual por el mero hecho de ser eso, algo irreal. Pero salvo por esto -algo que me parece muy importante, por lo menos para mí-, siento que no pinto demasiado allí. En principio es un encuentro para madres y padres (creo) blogueros (aunque en el cartel diga encuentro de madres blogueras), y aunque yo no me considero tal, sino una simple mortal que siente la necesidad de poner por escrito lo que pasa por su cabecita (para mí el sentirse bloguero implica algunas condiciones más, aunque no sé muy bien cómo explicarlo....), parece este evento el ambiente adecuado para este animalito.

Madresfera #fiesta8j

Pero cuando veo cómo lo está enfocando mucha gente, tanta preparación, incluso tarjetas de visitas, la relación con las marcas (por cierto, una reflexión muy interesante a este respecto la hizo hace poco el papá de los dos monstruitos)... pienso que no es mi lugar (quizá sean estas cosas las que, si me sintiese bloguera de verdad, me motivarían como al resto). Y ¡ojo!, que no critico que algunas personas se lo tomen así, ¡ni mucho menos! Solo digo que a mí no me sale de esta manera. Aspiro a ir cómoda, con mi timidez por delante (capaz soy de volver a casa sin haber hablado con nadie), y charlar con esas nuevas personas que me han calado en las redes sociales. No busco nada más profundo. Quizá alguna charla me aporte algo, ojalá Pero no aspiro nada más que a pasar un día agradable.

El día se acerca y bueno... espero poder sentirme finalmente cómoda...

150 palabras: los peces de colores.

domingo, 2 de junio de 2013


Dormitaba a la sombra de un tilo, en una tarde de verano en que se oían de fondo los bichitos y olía a calor. Sofía esperaba a que dieran las 7, su número favorito, para ir al estanque de la casa de Jimena a ver los peces blancos y rojos que nadaban caóticamente de un lado para otro. No se despistaría porque a las 7 las campanas de la iglesia comenzaban a sonar como locas. Hoy iría a ver a Jimena sin peinar, porque había olvidado echar el neceser con el cepillo a su mochila. Pero bueno, era verano, estaba de vacaciones. ¡Parecía que había excusa para todo!

Y comenzaron a sonar: ¡tolón, tolón, tolón!... Se levantó de un salto, y corriendo se plantó en casa de Jimena en un santiamén. Su mamá había hecho limonada, ¡qué buena! Estas pequeñas cosas son las que hacían especiales las tardes de verano.