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¿Qué tipo de madre soy?

jueves, 28 de febrero de 2013


Esa es una pregunta que nunca me ha quitado el sueño, la verdad. De hecho, cuando me quedé embarazada no quería leer nada de nada. Bueno, sobre el embarazo algo sí, pero solo acerca de cuándo el bebé va teniendo bracitos, ojos, y ese tipo de cosas. Vamos, para tener un leve conocimiento de cómo iba cambiando. Pero no quería saber nada acerca de maneras de educar o proceder con los hijos. Eran muchas las amigas que con su mejor intención me recomendaban tal o cual libro, porque a su hermana/amiga/prima le había encantado o le había solucionado la papeleta. Y la verdad es que podría haber ido aceptando los consejos y dejarlos pasar, pero hala, como soy más chula que un 8, les decía que gracias, pero que no los iba a leer. Argumentaba, y lo sigo creyendo, que esto de ser padres es algo natural que se lleva dentro. Sobre todo para la madre, por una cuestión de la naturaleza humana y que no dejamos de ser animales. Así que confiaba poderosamente en mi instinto animal y en mi sentido común para sacar la situación adelante. A ver, tan difícil no podía ser. Aunque a veces me amilanaba pensando que eso lo decía porque veía el asunto desde fuera, pero oye, después tener el niño en tus brazos cambia considerablemente la situación.



Y nada, así llegué al día de mi parto programado, porque era la semana 41+3 y la señorita no daba señales de querer salir a conocer a sus padres. Si por ella fuera, ahí dentro seguía... Tristemente, el parto acabó en cesárea. Pero bueno, tampoco me quita en absoluto el sueño, porque lo importante es que estamos las dos bien.

Efectivamente, nuestro instinto nos permitió llevar la situación con total normalidad. Obviamente nos pasó lo que a todo hijo de vecino cuando llegas a casa con el bebé: ¿y dónde pongo yo ahora esto? ¿Qué hago con ella? Pero con total naturalidad las preguntas iban siendo respondidas. La gente nos decía cuánto nos iba a cambiar la vida, muchos con cara compungida, como si nuestra vida se acabara... y sí, es cierto que me cambió la vida: ¡soy más feliz que nunca!, pero por lo demás... nos vamos adaptando a nuevos horarios, pero hemos tenido la suerte de tener una niña buenísima que nos ha permitido seguir con nuestra vida más o menos como hasta antes de nacer ella. Obviamente no podíamos llevarla a un concierto de rock, pero eso solo duraría hasta que aguantara más horas sin pecho. Pero por lo demás, daba igual el plan : allá que nos íbamos en pack ella y yo, y lo pasábamos estupendamente. Empiezo a creer, por otro lado, que estos niños buenísimos no son fruto de la casualidad, sino de unos padres que se toman la situación con tranquilidad (hombre, salvo niños que tengan algún problema, claro está). Pero desde luego, esto se confirma con todas las familias que conozco : a padres tranquilos, niños “buenos” que permiten una vida feliz en familia, haciendo un montón de cosas. Cuando uno de los padres ya empieza a sentirse un poco desbordado... la cosa se tuerce. Hablo desde mi experiencia, por supuesto. Y aún así, creo que hay muchos casos de niños que son "buenos" y sus padres se empeñan en que son terribles y que su vida es un martirio y bla bla bla... y en realidad son simplemente niños y lo que sucede es que los padres "no se atreven" a hacer cosas con ellos. Por tanto el problema no es de los niños; es de los padres, que les falta ser un poco más echaos palante. ¡Así que ánimo! Todos nos hemos metido en algún fregao por lanzarnos a todo... pero es divertido   )

Pero a lo que iba es a qué tipo de madre soy. Pues en esta evolución natural que he sufrido, me he dado cuenta de que soy amante de la crianza natural, o con apego, o como la quieran llamar. Ahora que me he definido es cuando he decidido leer al respecto, tanto a favor como en contra, y no ha hecho sino reforzarme en las teorías que de manera natural había ido adquiriendo. Me gusta que mi hija viva enganchada a la teta, que duerma con sus papás, que esté en brazos y reciba besos y achuchones. Que no esté sometida a castigos constantes para aprender a hacer las cosas o qué no debe hacer. Fuera ese método de aprender a dormir porque no te queda otra, llores lo que llores. ¡Bendito colecho! La niña descansa, descansan los padres, y come cuando quiere. Ya comenté en otra entrada que alucinamos el día que probamos a ponerla en la cuna y durmió toda la noche del tirón. Bueno, pues no se volvió a repetir, jajaja. ¡Y yo encantada! Porque aunque durmamos un poco más apretados, la tengo a mi lado, y no hay nada que me ayude más a descansar por las noches.


Obviamente, cada uno es muy libre de elegir cómo educar y convivir con sus hijos. Y yo siempre respetaré todas y cada una de esas maneras, ¡faltaría más! Solo quería compartir qué tipo de madre he resultado ser yo de manera natural, sin haberme dejado influir de entrada por nadie. ¡Y lo contenta que estoy con ello!

Fiesta del primer cumpleaños

viernes, 22 de febrero de 2013

Pues definitivamente ayer celebramos el primer cumpleaños de Mollete. Comimos con mi padre, y por la tarde lo celebramos con los otros abuelos y los padrinos, porque el abuelo Pedro tenía que dar clase hasta tarde.


Es cierto lo que dicen, que los niños no se enteran del primer cumpleaños. Y no solo no se enteran sino que además están desconcertadísimos. Por lo menos Mollete no entendía qué pasaba allí : tanta gente reunida, todos tan contentos y empeñados en que ella lo estuviera también. Y encima unos cuantos regalos, que todo el mundo quería que abriera. A muchos no les hizo ni caso, pero parece que le gustó especialmente el caballo musical que le regaló la madrina. Yo no sé cómo lo ví, que me pareció un pato (debe de ser porque tenía el morro naranja y pensé que era un pico), así que lo hemos bautizado como el patallo Pepe.



Para la celebración hice un par de tartas y decoramos con una guirnalda que decía feliz cumpleaños y de la que colgaban unos globos. Nada del otro mundo. Algo sencillo, pero para darle alegría al salón. Pero vamos, básicamente para que la mami estuviera contenta. De paso, el padrino usó los globos para hacer rabiar a la enana, que no sorportaba el ruido que los globos hacen al deshincharse poco a poco.

Las tartas quedaron muy ricas, la verdad. Una era de nueces, según la receta del abuelo Pedro. La otra era un bizcocho de chocolate, receta de cookingdaybyday. La tarta de nueces es una delicia; ahora, es una bomba. Tomas un trozo y ya tienes alimento para todo el día. El bizcocho de chocolate esta buenísimo y encima era muyyyy suave, algo que para mí es fundamental. Ya cuando vi la receta que colgaba cookingdaybyday en su blog pensé: esto tengo que probarlo pronto o me deshidrataré de tantas babas que estoy soltando... ¡Y qué mejor ocasión para probarlo que en el cumple de la peque! Podéis consultar su receta pinchando aquí.

Y por escrito os dejo la receta de la tarta de nueces del abuelo Pedro:

Ingredientes:

* 1 paquete de masa de hojaldre, si no se quiere hacer en casa. Yo uso habitualmente la marca Belbake, que es la que venden en LIDL, y me va muy bien. Incluso se puede congelar y con sacarla la noche antes para que se descongele poco a poco, es suficiente para poder trabajarla bien.
* 4 huevos
* 250 g de azúcar
* 55 g de mantequilla blandita, casi derretida
* 1 cucharadita de aroma de vainilla
* 2 cucharadas de harina (no hace falta que sea de repostería)
* Lo que quede aprovechable de pelar 1 kg de nueces (no suele llegar a los 300 g). Como dice mi padre, mejor españolas, que las de California son muy bonitas, pero no saben a nada. Reservar 20 ó 30 mitades enteras para adornar la tarta.

Procedimiento:

Es habitual que las masas de hojaldre sean más pequeñas que los moldes de repostería, así que hay que trabajarlas un poco y estirarlas. Ojo, nada de amasarlas de nuevo, que el hojaldre se estropea. Colocamos la masa de hojaldre, una vez estirada, en nuestro molde y pinchamos con un tenedor para que el hojaldre no se infle al meterlo al horno. Mi padre, incluso, se ha comprado una bolsa grande de canicas, que coloca sobre un papel de aluminio que pone sobre el hojaldre, y así se asegura de que no suba nada de nada. Si no queréis complicaros la vida, es suficiente con que pincheis bastante el hojaldre con un tenedor, tanto por la base como por los bordes. Una vez pinchada la masa se mete al horno a 200ºC, bandeja media, 10 minutos. Luego bajamos el horno a 170ºC y se tiene de 4 a 5 minutos más. Esto en mi horno. Si veis que se está tostando demasiado, sacadlo, porque luego habrá que meterlo de nuevo con el relleno.

En un bol, mezclar los huevos, el azúcar, la mantequilla (si está dura, dadle una vuelta por el microondas), la vainilla y la harina. Reservar.

Picar finamente el resto de las nueces y echarlas sobre el fondo de la tarta. Sobre este picado de nueces, echar la mezcla que hemos reservado. Enrasar el nivel y decorar con las mitades que hemos guardado previamente. Yo, a veces, mezclo las nueces con la mezcla anterior y luego lo vierto todo sobre el hojaldre.

Se mete al horno a 200ºC durante 10 minutos, con calor arriba y abajo y soplador, si se tiene. Al cabo de los 10 minutos, bajar la temperatura a 170ºC; continuar cociendo de 10 a 15 minutos más (comprobar con un palillo)


¡Y lista para comer! Es una auténtica delicia.



¿Sabéis de dónde he sacado yo unas recetas buenísimas, fáciles y muy apañadas? Del blog de mi amiga María, que se llama Quierosercomomartha (es la chica que me aconsejó lo de la crema hidratante para la fiebre. Como veis, es un chollo de mujer). De verdad, echad un vistazo, porque no os vais a arrepentir. Yo encuentro especialmente fáciles, deliciosas y resultonas las palmeritas de hojaldre, aquí.


Pues esto es todo por hoy. Básicamente, quería compartir con vosotros estas recetas que nos han alegrado la tarde del cumple de la peque.


El primer cumpleaños. Un año como mamá...

jueves, 21 de febrero de 2013

Bueno, pues ya está. Este año se ha pasado volando. Prácticamente ayer estaba pensando en cómo iba a echar de menos mi barriguita, y hoy Mollete cumple un año... la veo y todavía me cuesta creer que esté aquí, conmigo. Pero por otro lado es como si la conociese de siempre... A veces pienso que en qué lío me he metido, que a ver si no voy a ser capaz de hacerlo bien, porque lo que yo quiero es que se convierta en una buena persona, y temo no ser capaz de ayudarle a conseguirlo. Otras veces pienso que tan mal no lo estaremos haciendo, porque ella es una niña simpática, que ríe mucho, que es feliz. Y su padre y yo también. Así que se ve que debemos de estar funcionando como familia.


Supongo que es lo que toca ya para el resto de la vida: ese sentimiento constante de responsabilidad y cobijo hacia tus hijos. De darle vueltas a qué debes y qué no debes hacer para que tu hijo esté bien. Pero entonces sale mi otra parte que dice: oye, no te preocupes tanto. Estáis sobreviviendo, avanzáis, ¿no? Pues que siga así...¡Y disfrutadlo!




Un año siendo madre. ¿Qué palabras pueden describirlo? Amor, diversión, lágrimas de orgullo de madre en los ojos , preocupación. Al principio te sobrepasaba el pensar que esa personita te miraba y tú eras todo para ella: su protección, su alimento, sus mimos. Su referencia en este mundo. Y ahora que lo estás asumiendo, la cosa empieza a cambiar. Ya es más independiente. Por un lado eso te alegra, y por otro te da un poco de pena. ¡Cómo será esta sensación cuando los hijos crecen del todo?...


Lo que sí tengo claro de todo esto, y tras un año de experiencia, es que merece la pena ser padres. A pesar de las dificultades, de las apreturas económicas, de tener cosas en tu contra... cuando miras a los ojos a tu hijo te pones el mundo por montera, se te quitan las penas y logras metas que jamás pensaste que serías capaz de alcanzar (incluso meterte en el APA, jajaja). Así que yo animo a todos los que estén dudando si es el momento de ser padres, porque sí que lo es. El momento perfecto no existe, así que no lo busquéis. Es una pérdida de tiempo y no lo encontraréis. Esta aventura es la que os va a hacer plantar cara a muchos problemas que tenéis y de los que no erais capaces de salir.



Hasta aquí, este año visto desde el punto de vista de la madre. Habría que preguntarle a la hija (no es que no le pregunté al papá, sino que es hombre de pocas palabras...). Mollete por ahora sólo sería capaz de decirnos: hola y teta. Pero ya es un buen resumen. Ese hola refleja que es una niña muy sociable. Le gusta mucho estar con gente. Aunque ahora está en esa fase en que de entrada le cuesta irse con cualquiera de entrada, al poco se suelta y le encanta jugar con todo aquel que esté por las inmediaciones. Sonríe muchísimo. Y ríe frecuentemente, también. Es cariñosa y fiel a los suyos (es lo que tiene la manada, que da protección). Y con teta seguramente nos querría decir que le gusta estar con su mamá, jeje. ¡O eso quiero creer yo!


Esta tarde lo celebraremos en casa. Ya lo dicen por ahí: el primer cumpleaños es para los padres, porque a los hijos les da completamente igual. Bueno... ¡¡¡pues sí, es cierto!!! ¡Nos lo vamos a pasar en grande porque tenemos la mejor excusa del mundo!: un regalo de niña que nos está ayudando a comprender muchas cosas de la vida.

Toda la noche del tirón

lunes, 18 de febrero de 2013

Lo de las rutinas y nosotros es un caos constante... Esta niña es ave nocturna, debe de ser... porque da igual que le demos un bañito, un masaje, le leamos un cuento... a ella le gusta estar pululando hasta que mamá y papá se van a dormir. A pesar de los madrugones que se pega entre semana : ¡a las 6:30 tocamos diana!

Una vez dormida pasaba la noche bastante bien. Desde bebé dormía en su moisés y se despertaba solo para comer. Una vez cumplida la misión, cerraba los ojitos, y hala, a dormir de nuevo. Había noches que aguantaba hasta 6 horas sin decir ni mu, y nosotros pensando : ¡qué bendición de niña!.

Y así vivíamos tan felices, hasta que llegaron los 8 meses, aproximadamente, en los que la criatura pasó a despertarse varias veces por noche. Es normal, dicen los entendidos. Es una etapa frecuente, en la que aún tienen que aprender a dormise de manera “automática” en los microdespertares que tiene todo el mundo, incluso los adultos. Solo que nosotros volvemos a dormirnos sin darnos cuenta de que nos hemos despertado. Pero también empezó a suceder que al dejarla dormida en la cuna, Mollete, con su radar lodetectotodo, abría el ojo al momento de dejarla en el colchón... Al principio intentábamos que se volviera a domir, dejándola en la cuna, en brazos, con paseos... Peeeero, decidimos que era mucho más importante descansar todos lo máximo posible, porque si no los días iban a ser un infierno, todos de mal humor y cansados... y pensamos que eso no era bueno ni para nosotros ni, por supuesto, para la niña.

Así que, hala: con la niña a la cama. Así dormía ella y dormíamos los padres. Cuando se despertaba por la noche, me la enchufaba a la teta y seguíamos durmiendo todos. La verdad es que así nos ha ido de maravilla, a pesar de algunas caras raras y reprobatorias. Pero como dicen muchos entendidos, ¿conocéis a muchos niños que a los 10 años sigan durmiendo con sus padres? (por poner una edad...) No, ¿verdad? Más bien es al contrario : llega ese momento de necesidad de independencia en que “huyen” de ti. Así que nosotros tan felices. Ya llegaría ese momento.

Lo único que echábamos de menos, a veces, era un poco más de espacio, porque a la enana le gusta dormir pegada a la pared. Y como suele dormir entre su padre y yo, la única pared que hay es la del cabecero. Así que hala, papá y mamá en los bordes de la cama, y la peque como una reina :D


Total, que ayer, cuando se quedó dormida me dije: venga, voy a intentarlo... a ver si se queda en su cuna. Su padre ya me dijo que era una ilusa. Y así lo creía yo también. ¡Pero menuda sorpresa! Abrió un ojo, nos miró, pasó de nosotros y siguió durmiendo. ¡Bendición!



Así que sigilosamente y de puntillas para no hacer ruido, nos metimos en la cama. Y yo pensando : lo que más pereza me da es que ahora, cuando se despierte, me tendré que levantar, con lo cómodo que era tenerla a mano en la misma cama... Pero nada. ¡No ha dicho ni mu en toda la noche! Y si lo ha dicho, ha sabido consolarse solita, porque yo no me he enterado de nada.


Eso sí, se ha despertado desesperadita y gruñona y no me soltaba ni a tiros...



Así que 2 éxitos en una noche: se ha quedado tranquilamente en su cuna y no se ha despertado en toda la noche. ¿Será todo esto casualidad y hoy volveremos a las andadas? ¡Veremos! Cruzad los dedos por nosotros.

Crema hidratante contra la fiebre

domingo, 17 de febrero de 2013

Es la primera vez que Mollete se pone mala de verdad en casi un año. Y mala de verdad quiere decir que ha estado un día con fiebre, no os vayáis a pensar otra cosa... si es que esta niña nos tiene muy mal acostumbrados. Pero ¡menudo día de fiebre! Es de estas fiebres que no se bajan. Le das el ibuprofeno y baja mucho de golpe pero dura un par de horas, y para entonces ya está otra vez en 38,5, y de ahí para arriba... Total, que sin una experiencia previa esta situación nos ha pillado totalmente desentrenados a su padre y a mí. Sabíamos que iba a llegar tarde o temprano, aunque la verdad es que está bien protegida con el pecho, por lo que se ve, pero hace poco se lo oía comentar a algunas mamis de mi trabajo: ay, esa maldita fiebre de la garganta, ¡nunca consigo bajarla!

Como era por la tarde no podía ir ya a mi ambulatorio, y de entrada no quería ir a urgencias. Si hubiera continuado el problema, sin dudarlo hubera ido, pero primero había que intentar controlar la situación. Siempre te dicen que no hay que asustarse con la fiebre ya que es un mecanismo de defensa del cuerpo humano, y que al fin y al cabo está bien que esté presente y que no hay que empeñarse en bajarla... pero claro, cuando el problema es recurrente piensas que hay que tomar cartas en el asunto.

Intentando tirar del baúl de los recuerdos de lo que mi madre hacía cuando yo tenía fiebrón, y recogiendo experiencias de otras mamis amigas, no nos decidíamos sobre cuál poner en práctica. Por ejemplo, sobre los clásicos baños de agua templada y paños de agua fría se oyen también comentarios en contra. Sin ir más lejos en un cartel que hay colgado en mi centro de salud. Y piensas: oye, los médicos saben lo que se hacen... Pero luego hay otros pediatras que sí te lo recomiendan.

Sobre la alternancia del ibuprofeno y el paracetamol parece que los pediatras tampoco se ponen de acuerdo. Sin embargo son muchas las mamis que me aconsejaron hacerlo, ya que a ellas les funcionaba la mar de bien. Para mí esta opción era la menos atractiva, ya que a mí nunca me ha gustado tomar medicamentos. He de reconocer que soy muy bruta en algunas ocasiones, pero también soy una persona razonable y mi hija es lo más importante. Así que si ese fuera el remedio a sus males lo aplicaría sin ningún problema.


Pero antes de llegar a este punto, mi gran amiga María, que es mami de una preciosa niña que se llama Jimena, me recomendó untarla bien en crema hidratante. Su niña estuvo con el mismo problema de fiebres muy altas que no bajaban durante varios días y en el hospital le habían aplicado una buena capa de crema, y no fue hasta entonces cuando le bajó la fiebre. La verdad es que a veces no rebuscamos bien en nuestras cabezas, porque una vez que ella me lo dijo me di cuenta de que eso mismo lo hago yo en verano antes de irme a dormir: me doy una capita de crema que me refresca un poco, permitiéndome empezar la noche con buen pie. ¿Por qué no iba a funcionar con la fiebre? Usamos la que le estábamos dando en casa, Stelatopia de Mustela...



Y oye... ¡mano de santo! La fiebre le bajó lo necesario y pudimos aguantar una hora y media más sin tener que darle ningún medicamento. A la hora y media ya tuve que ceder y darle un poco de paracetamol, pues aún era pronto para el ibuprofeno. Pero a partir de ahí, la fiebre desapareció de golpe, igual que vino. Desde ese momento Mollete sigue con la garganta roja roja, pero sin fiebre. Y a ella se la ve feliz de la vida. La pediatra, al día siguiente, nos dijo que habíamos hecho muy bien.


Así que ya sabéis, una cosa más para los métodos caseros para bajar esas fiebres intratables: una buena capita de crema hidratante.

Primera entrada...

viernes, 15 de febrero de 2013

Primera entrada... esto es complicado. Me recuerda a cuando hacía redacciones en el cole. Me costaba horrores comenzar a escribir. Luego ya me lanzaba y no había problema, pero el inicio era complicado.

Quizá lo primero deba de ser una presentación. Me llamo Almudena. Soy sismóloga y formo parte de un grupo de vigilancia volcánica. En el ámbito personal estoy casada -con un chico fantástico, todo hay que decirlo ;) - y tengo una niña que la semana que viene cumplirá un año. Me gusta leer, viajar, el fútbol y el humor ; creo que es indispensable. Últimamente me he aficionado mucho a la cocina, a hacer punto, manualidades y ese tipo de cosas que permiten despejar la mente. Aunque hay que reconocer que, precisamente ahora, no es el momento para dedicarme a ello, porque una niña pequeña quita mucho tiempo. ¡Qué os voy a contar!


¿Por qué un blog de maternidad? ¡Será que no hay ya blogs dedicados a este tema! Pues quizá sea una excusa para dejar plasmado todo lo que se me va pasando por la cabeza cada día. Llevo con esta idea un año, desde que nació Mollete. Pero no terminaba de materializarse nunca. Y ahora, con la excusa de que va a cumplir un añito, creo que es el momento para comenzar con ello.





No soy una experta en absolutamente nada. Pero bueno, creo que es bonito compartir experiencias. De todo se puede aprender algo, ¿no creéis? Como me estoy viendo venir, lo comento ya : quizá no solo me centre en asuntos propios de la maternidad, sino también en estas otras aficiones que pretendo desarrollar ahora a pesar de la falta de tiempo. Pero que al final terminan girando en torno a la peque de la casa.


Pues nada más. Manos a la obra. Y bienvenidos a todos aquellos que os paséis por aquí. Será genial que dejéis vuestras experiencias y podamos aprender cosas nuevas.