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Crema hidratante contra la fiebre

domingo, 17 de febrero de 2013

Es la primera vez que Mollete se pone mala de verdad en casi un año. Y mala de verdad quiere decir que ha estado un día con fiebre, no os vayáis a pensar otra cosa... si es que esta niña nos tiene muy mal acostumbrados. Pero ¡menudo día de fiebre! Es de estas fiebres que no se bajan. Le das el ibuprofeno y baja mucho de golpe pero dura un par de horas, y para entonces ya está otra vez en 38,5, y de ahí para arriba... Total, que sin una experiencia previa esta situación nos ha pillado totalmente desentrenados a su padre y a mí. Sabíamos que iba a llegar tarde o temprano, aunque la verdad es que está bien protegida con el pecho, por lo que se ve, pero hace poco se lo oía comentar a algunas mamis de mi trabajo: ay, esa maldita fiebre de la garganta, ¡nunca consigo bajarla!

Como era por la tarde no podía ir ya a mi ambulatorio, y de entrada no quería ir a urgencias. Si hubiera continuado el problema, sin dudarlo hubera ido, pero primero había que intentar controlar la situación. Siempre te dicen que no hay que asustarse con la fiebre ya que es un mecanismo de defensa del cuerpo humano, y que al fin y al cabo está bien que esté presente y que no hay que empeñarse en bajarla... pero claro, cuando el problema es recurrente piensas que hay que tomar cartas en el asunto.

Intentando tirar del baúl de los recuerdos de lo que mi madre hacía cuando yo tenía fiebrón, y recogiendo experiencias de otras mamis amigas, no nos decidíamos sobre cuál poner en práctica. Por ejemplo, sobre los clásicos baños de agua templada y paños de agua fría se oyen también comentarios en contra. Sin ir más lejos en un cartel que hay colgado en mi centro de salud. Y piensas: oye, los médicos saben lo que se hacen... Pero luego hay otros pediatras que sí te lo recomiendan.

Sobre la alternancia del ibuprofeno y el paracetamol parece que los pediatras tampoco se ponen de acuerdo. Sin embargo son muchas las mamis que me aconsejaron hacerlo, ya que a ellas les funcionaba la mar de bien. Para mí esta opción era la menos atractiva, ya que a mí nunca me ha gustado tomar medicamentos. He de reconocer que soy muy bruta en algunas ocasiones, pero también soy una persona razonable y mi hija es lo más importante. Así que si ese fuera el remedio a sus males lo aplicaría sin ningún problema.


Pero antes de llegar a este punto, mi gran amiga María, que es mami de una preciosa niña que se llama Jimena, me recomendó untarla bien en crema hidratante. Su niña estuvo con el mismo problema de fiebres muy altas que no bajaban durante varios días y en el hospital le habían aplicado una buena capa de crema, y no fue hasta entonces cuando le bajó la fiebre. La verdad es que a veces no rebuscamos bien en nuestras cabezas, porque una vez que ella me lo dijo me di cuenta de que eso mismo lo hago yo en verano antes de irme a dormir: me doy una capita de crema que me refresca un poco, permitiéndome empezar la noche con buen pie. ¿Por qué no iba a funcionar con la fiebre? Usamos la que le estábamos dando en casa, Stelatopia de Mustela...



Y oye... ¡mano de santo! La fiebre le bajó lo necesario y pudimos aguantar una hora y media más sin tener que darle ningún medicamento. A la hora y media ya tuve que ceder y darle un poco de paracetamol, pues aún era pronto para el ibuprofeno. Pero a partir de ahí, la fiebre desapareció de golpe, igual que vino. Desde ese momento Mollete sigue con la garganta roja roja, pero sin fiebre. Y a ella se la ve feliz de la vida. La pediatra, al día siguiente, nos dijo que habíamos hecho muy bien.


Así que ya sabéis, una cosa más para los métodos caseros para bajar esas fiebres intratables: una buena capita de crema hidratante.