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Reto fotográfico de 30 días. Día 5: después del anochecer.

viernes, 5 de julio de 2013

Esta imagen data de abril de 2010, cuando estuve de campaña de campo en la caldera de Tenerife. El Parque Nacional de El Teide es un lujo que tenemos en nuestro país y que no puede dejar de visitarse. Quien no haya estado nunca en una zona volcánica no puede dejar de ir, porque impresiona. A mí me emocionó mucho; es un terreno muy diferente a lo que estamos habituados los de la península (o los godos, como los canarios nos llaman). Es verdad que tuve la oportunidad de vivirlo desde un punto de vista profesional, acompañada por geólogos que nos explicaron muchas cosas interesantes a los físicos, que somos más de modelos numéricos, y eso enriquece mucho y hace que disfrutes cada paso que das por la isla. Pude subir al cono y alucinar al tocar el suelo caliente y ver pasar los gases que salen de él. Sentir cómo el oxígeno va faltando a 3718 m, pero a la vez sentir la libertad y la mayor comunión que existe con la naturaleza.

Pasamos 10 días viviendo en una casita en la caldera. La caldera de Las Cañadas son los restos de un edificio volcánico enorme, mayor que el Teide, que ocupó el centro de la isla. Visto desde una foto aérea parece un cráter gigante, dentro del cual se aloja actualmente El Teide. Pero este no es el único volcán de Tenerife. Hay cientos. Cada cual con un nombre más bonito y curioso: Pico Viejo, Montaña Blanca, Montaña Rajada, Montaña Mostaza, Chinyero...

Podría estar horas y horas hablando de esto, porque me apasiona desde que era niña, y he tenido la suerte de poder trabajar con los volcanes y vivir de ellos. Es un sueño hecho realidad.

Aunque el momento más emocionante de todo vulcanólogo es vivir una erupción, y yo tuve que vivir desde la distancia la erupción submarina de El Hierro mientras todos mis compañeros iban al campo. Pero estaba embarazada de Mollete y las prioridades estaban claras.

Yo confío en nuestras Islas Canarias y en que me regalen en un futuro otra erupción, que sea tranquila, bonita, que podamos disfrutar todos.

Supongo que ya habréis reconocido por la silueta al protagonista de la imagen: El Teide, el pico más alto de nuestro país.


Reto fotográfico de 30 días. Día 4: algo verde.

jueves, 4 de julio de 2013



El  cuarto de Mollete es verde. Tiene varios colores pero podemos decir que en conjunto es verde. La verdad es que le dimos bastante vueltas a cómo pintarlo. No queríamos el típico cuarto de niña, porque no nos gusta y porque queríamos algo que valiera para niño y niña, con las esperanza de que en un futuro vengan un hermano o dos, y sólo tenemos ese cuarto.

Así que al final nos decidimos por pintar el cielo y la tierra, es decir, las paredes verdes como la tierra y el techo azul como el cielo. Además queríamos dibujar después animales en las paredes y en el techo estrellas con pintura fosforescente. Aún no lo hemos hecho porque la situación familiar entre pitos y flautas se fue complicando, pero la pintura está comprada. 

Luego tuvimos suerte porque encontramos puertas de armario y cajas verdes para la estantería, y con eso no contábamos. Con lo que al final la tonalidad verde dominó el espacio.

También compramos pintura azul de pizarra para hacer en la pared un lago en el que Mollete pudiera dibujar con tiza, pero al final hemos desechado la idea porque no tenemos pared suficiente. Así que para no desperdiciarla pintaremos la mesa pequeña que tiene para colorear y leer, y así podrá dibujar con tiza sobre ella. 

Muchos proyectos en mente; espero que poco a poco vayan materializándose.

La maternidad de la A a la Z: N de nostalgia.

Nostalgia es lo que cada día me invade cuando estoy con Mollete.

Unas veces porque me tengo que enfrentar a un nuevo problema, y pienso en que me gustaría llamar a mi madre y preguntarle cómo hacía ella o saber qué creería ella que es lo mejor.

Otras porque Mollete hace o dice una cosa nueva y me encantaría poderlo compartir con ella. Que viera a la niña y se sintiese orgullosa de su nieta.

En otras ocasiones es porque, aunque he crecido y ahora soy yo la madre, sigo siendo una persona que necesita cariño y achuchones protectores, y como los de una madre no hay ninguno. Una caricia en la cara y unas palabras diciendo que todo irá bien. Porque en ese momento, si lo dice mamá, lo crees a pies juntillas, y sabes que así será: todo saldrá bien.

Incluso a veces,  cuando estoy en casa de mi padre y oigo el ascensor que llega, pienso que será ella que vuelve de dar sus clases en la facultad.



Está claro que aunque aprendes a vivir así, ni tú ni tu cuerpo os acostumbráis a ello, y hay ruidos, y olores, y sonidos que hacen que ella esté presente cada día. Y con la inocencia de un niño aún esperas que de repente las cosas cambien, y en el próximo ascensor sí sea ella la que llegue…

Reto fotográfico de 30 días. Día 3: nubes.

miércoles, 3 de julio de 2013

Día 3 del reto. Hoy toca nubes. Estas son camino a Majadahonda. Las nubes estaban preciosas en el horizonte, porque era de esos días que parecían algodón. Esa es una de las cosas por las que me gustaría ser Mary Poppins: para apoyar el culete en las nubes blanditas.








Miércoles mudo: verano; descalzos.

Una tarjeta para la profe

martes, 2 de julio de 2013

Ya ha llegado el fin de curso. Madre mía cómo pasa el tiempo: el primer día Mollete tenía 6 meses, y casi ni sabía girarse estando tumbada. Y hoy corre por los pasillos como loca, después de provocarte para que la persigas, mientras se ríe con esa cara de pilla que pone...

10 meses llenos de cambios, de aprendizaje y de socialización. 10 meses tremendamente ricos que han sido  posibles porque ha tenido una maestra de las que enamoran. Conchi es dulce, simpática, divertida pero sabe llevarlos por el camino que hay que ir: aprenden rutinas y cómo se deben hacer las cosas.

Los niños la adoran. Por lo menos Mollete cuando llega y la ve, a mí ya no me hace caso. Sabe perfectamente que Conchi es la que parte el bacalao en la guarde. Y me parece fantástico que distinga los roles, porque al fin y al cabo la jefa en la guarde es ella, y yo no me voy a meter en su faceta. Obviamente, si hubiera algo que no me gustara, hablaría con ella, pero Mollete debe saber que allí la jefa de la manada es la profe y yo voy a respetar esto al 100%.

Andaba pensando yo en regalarle algo a Conchi, en agradecimiento. Sé que es su trabajo, pero también sé que todos los días ha tenido una sonrisa para mi hija, y la ha tratado estupendamente, a pesar de que algún día fuera difícil y duro para ella. Los profes también son humanos y tienen días mejores y días peores, pero mi hija eso no lo ha notado. Eso para mí no tiene precio, y quiero agradecérselo, a pesar de que sea el medio con el que se gana la vida. Aunque creo que para ser maestro tiene que gustarte de verdad lo que haces, y por eso lo hace así de bien.

El caso es que ya otra mami pensó también lo mismo y nos puso en contacto a todos los padres de la clase, que no siempre coincidimos en la hora de recogida. Le hemos regalado una de esas cajas con experiencias, una con muchas cosas de relax para que pueda relajarse y olvidarse unos días de nuestros enanos, esos a los que ha cuidado y enseñado tan bien.

Yo me ofrecí a hacer una tarjeta, porque me gustan mucho las manualidades. Al principio quería liarme a hacer cosas con cartulinas y fieltros, pero luego pensé en poner fotos de nuestros niños. Y se me encendió la luz, y algo de lo que aprendí en el 8J vino a mi mente: la charla de La niña sin nombre. Fue la que más disfruté, sin duda alguna, pero es que además aprendí y descubrí cosas útiles. Aquí os dejo el enlace a su charla, porque si no la conocéis quizá os aporte algo.

La NSN me descubrió Picmonkey, que es un editor de imágenes en red. Y allá que me fui con las fotos de mis muchachos, y un fondo que saqué de Super Scrap, que tiene cosas bien chulas. El resultado fue este:


Por otro lado cogí papeles con motivos que me compro en Tiger por dos duros.


Señor, ¡esa tienda es un vicio para todas estas pequeñas bobadas! Y ahora parece ser que IKEA ha sacado también sección de papelería para envolver regalos... entre todos me van a arruinar. Volviendo al hilo, con los papeles de motivos del Tiger hice un sobre que se adaptara al tamaño de la tarjeta, y creo que al final quedó la mar de decente, ¿no?


Me alegro de haber podido colaborar directamente en el regalo para la maestra de mi hija, porque ha sido una persona muy importante para nosotros, y esperamos de todo corazón que lo siga siendo el curso que viene.

Reto fotográfico de 30 días. Día 2: lo que llevo puesto.

Pues la imagen de hoy tampoco tiene mucha historia... pero es lo que toca: lo que hoy llevo puesto. Ahí está. Camiseta verde, pantalones vaqueros y bailarinas blancas. Y a correr, que hoy hay mucho trabajo y parece ser que por la tarde visita al IKEA, que me muero por tener un par de sillas y una mesa en mi miniterraza y poder salir a disfrutar de la noche veraniega, que yo creo que es lo único que me gusta del verano...