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Gracias, hija mía.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los niños te dan todo sin nada a cambio. Siempre he intentado tener mucha paciencia, no decir una palabra más alta que la otra, ni usar expresiones malsonantes. Y no es que me haya costado, ha salido solo. Mollete siempre ha sido una niña muy fácil de llevar, aunque tenga sus momentos críticos. ¿Pero esto nos pasa a todos, no?

Con el embarazo mi humor ha cambiado un poco. Quizá sea debido al cóctel mezcla de cansancio, hormonas y molestias físicas. Y alguna vez he chillado cuando no había necesidad o la he cogido con una fuerza que no debería haber usado. ¿Y ella? En ese momento me pide perdón. Y a continuación lo hago yo, porque mi comportamiento, por mucho que sea su madre, ha estado fuera de lugar.




¿Y después? Pues después llego yo tarde a casa tras un día maratoniano de reuniones. Harta de todo, cansada, con la sensación de que nada puede devolverme ni la alegría ni la energía. Sólo voy un momento a casa, lo justo para cambiarme e irme a una cena de trabajo. Llego y ella está cenando con papá. Me acerco a darle un beso y acariciarla y ella me coge la mano y me dice con dulzura: "¡No te vayas! Cama, leer cuento", con su vocecilla suave y a la vez respingona. No me tiene en cuenta los malos modos anteriores. Me mira dulcemente y me pide que termine de darle la cena y me insiste en que no me vaya.

¿Y yo? Pues yo... yo me quedo, mando a la porra la cena trabajo. Mi hija se merece hoy algo de mi tiempo, ella es lo primero y quiero demostrárselo. Ella, que no es rencorosa y está aguardando mi llegada para compartir conmigo los últimos momentos del día. Por eso sólo me sale decirle ¡¡GRACIAS!! Por tu generosidad; por tus caricias en la mano y pedirme que me quede; por tus risas poniéndote el pañal de noche y tus explicaciones marisabidillas de qué pijama te vas a poner y porqué; porque me enseñas París con el libro que papá te trajo y me das a probar  los helados que vienen en sus páginas y me regalas el globo amarillo.

GRACIAS POR TU PUREZA, TU BONDAD Y TU INOCENCIA. ESPERO NO DEFRAUDARTE NUNCA Y PERDÓNAME, MI AMOR.

¡TE QUIERO!