Reto fotográfico de 30 días. Día 17: tecnología.
Esta es la tecnología que más veces al día uso, y que me sirve para todo: llamar, whatsapp, consultar el correo, internet, gestionar el blog... No es tecnología punta (hay mil móviles que lo superan) ni la más cómoda, pero es con la que yo me apaño.
Reto fotográfico de 30 días. Día 16: un buen hábito.
martes, 16 de julio de 2013
Beber agua. Pero es un buen hábito recientemente adquirido. La verdad es que nunca he sido de beber agua, porque siempre sentía que tenía una charca de ranas en el estómago. Pero ¡ay, lo importante que es! La verdad es que desde que bebo agua me noto mejor, y ¡¡hasta he pasado a necesitarla!! Quién lo diría... ainssss.
¿Y cómo he llegado yo a este punto responsable y civilizado? Pues gracias a Pilar Rodríguez, de Criando a mi cría. Sabía que tenía que perder peso y ella me está ayudando con uno de sus programas, de manera sana y responsable. Además de que su programa es una manera equilibrada de perder peso, es fundamental el papel personal que juega Pilar, dando apoyo y ánimos constantes, haciéndote creer que lo puedes conseguir. ¡Yo estoy encantada! Si alguno tiene problemas de sobrepeso y de ese tipo, incluso estando con la lactancia, os animo a visitarla. Es enfermera y se está formando como asesora de lactancia, así que podéis confiar en ella al 100%, que no es una loca obsesiva de adelgazar a costa de lo que sea, no: se trata de aprender a cuidarse y a vivir para estar bien con uno mismo. Y esto no me ha pedido ella que lo escriba, ¿eeeh? Que lo digo yo porque viene a cuenta de lo del agua :D
Y bueno, es agua del grifo, a pesar de la botella molona ;)
Reto fotográfico de 30 días. Día 15: silueta.
lunes, 15 de julio de 2013
Esta imagen la tomé en las últimas vacaciones felices que pudimos pasar mis padres y yo juntos. En realidad es una sección de una foto más grande. Otra parte de esta imagen aparecerá más adelante, y ya os enseñaré la composición entera.
Es en una casa de campo del Perigord, una región de Francia próxima a Burdeos. Fue una semana deliciosa, sin preocupaciones y en la que los tres fuimos verdaderamente felices, sin saber la negra sombra que se caería sobre nosotros un mes y medio después. Tengo excelentes recuerdos de aquellos día, y aún hoy mi padre y yo volvemos a la misma casa casi todos los veranos, porque de alguna manera es como estar de nuevo de vacaciones con mi madre. Aunque la familia va aumentando y ahora nos acompañan mi chico y Mollete.
El color de la imagen es real, no hay ningún tipo del filtro. Es la luz que nos envolvió aquellos días, y el mero hecho de verla me transporta de nuevo a aquella casa, me trae sonidos y olores, sensaciones, calor a la piel y amor al corazón.
Reto fotográfico de 30 días. Día 14: ojos.
domingo, 14 de julio de 2013
Los ojos de mi niña, porque representan la pureza y la inocencia. Porque cuando me miran me hacen sentir importante y me dan una carga de responsabilidad muy grande que jamás pensé que sería capaz de soportar, pero que ahora llevo con orgullo y con ganas de hacerlo mejor cada día. Porque con una sola mirada me dan todo el amor que tiene un cuerpecito tan diminuto, que resultan ser toneladas de amor, todas para mí sola cuando me mira. Y porque nos trae loca con el color que tienen, que cuando nos preguntan nunca sabemos qué decir...
Reto fotográfico de 30 días. Día 12: puesta de sol.
viernes, 12 de julio de 2013
Las puestas de sol son de esos momentos mágicos que a todos nos gusta vivir y fotografiar. Fijaos bien en este sol porque está al revés de como solemos verlo. Las imágenes las tomé durante mi viaje de novios (ains, qué poco me gusta esa expresión. Mucho menos luna de miel, así que... jajaja). Algunos ya sabéis que me fui a Nueva Zelanda. Era un destino que teníamos pendiente los dos, así que ahorramos, nos liamos la manta a la cabeza, y para allá que nos fuimos.
Esta zona me gustó especialmente. Se llama Punakaiki y está al oeste en la mitad superior de la Isla Sur. Es un sitio precioso, mágico, donde se pueden ver las Pancake Rocks, que se llaman así porque parece que están hechas de muchas tortita amontonadas. Además nosotros nos alojamos en un sitio que era muy especial, llamado The Rocks, y que lo llevaba un matrimonio joven de valientes que lo había dejado todo para instalarse en Nueva Zelanda (aquí me entró mucha envidia). Vaya, acabo de entrar a su web y han seguido su camino nómada y han cambiado de residencia (me invade una cierta nostalgia...), ¡pero la casa sigue lista para quien se anime a visitarla!
La puesta de sol fue preciosa. Y si alguien está pensando que además fue romántica, que se olvide. Papá Mollete se tiró una hora metido debajo de su sudadera porque los mosquitos le acribillaban... Pero a pesar de eso, guardo unos recuerdos inmejorables de aquellos días.
Reto fotográfico de 30 días. Día 11: algo azul.
jueves, 11 de julio de 2013
Me estoy dando cuenta de que tiro mucho de recuerdos en este reto... pero supongo que tengo necesidad de ir sacando cosas que llevo dentro para seguir avanzando en mi camino por la vida. Hoy toca algo azul y he puesto una foto de Santander; más concretamente de la Isla de Mouro vista desde el Sardinero.
Mi padre es filólogo francés y mi madre era de alemán. Adoran su profesión y disfrutan al máximo dando clases. Tanto que hasta que yo tuve 22 años, al acabar el curso en Madrid iban a Santander a participar en los cursos de verano de español para extranjeros. Así que yo me tiraba mis 3 meses veraniegos en el paraíso cántabro. Relax, risas y todos los días a la playa. Y digo bien: TODOS. En el norte hay que aprovechar cada día, porque no siempre se tienen veranos en los que el sol se prodigue. Así que íbamos a la playa todos los días, porque en la playa se pueden hacer muchas cosas además de ir a tomar el sol y asarse como un pollo. Como mi madre decía: yo metía la toalla y el chubasquero, y así siempre íbamos preparados.
De hecho recuerdo con especial cariño los días nublados de playa: el Sardinero casi desierto, el mar en calma chicha, y como no hacía calor la diferencia térmica del agua con el exterior era menor y se disfrutaba mucho más del baño.
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