Como ya sabéis muchos, soy donante de leche materna. Hace ya dos años os conté qué es un banco de leche y cómo fue mi primera visita al Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid. Ayer estuve por allí, llevando unos cuantos botes. Vi mucho ajetreo: madres que llevaban leche, otras que estaban allí para hacerse donantes, personal que subía y bajaba... y pensé que todo iba bien. Pero cuando ya me iba y me tomaban nota del número de donante, la enfermera se asombró porque no llegaba al millar, y ya hay más de mil (en el fichero histórico, que no activos):
- ¡Anda, si tú ya eres veterana! Qué bien, porque estamos faltos de gente.
- ¿Sí, de verdad? Había oído algo hace un mes pero no sabía hasta qué punto era urgente.
- Muy urgente. Fíjate, ahora empezamos a hacer algo porque nos ha llegado leche nueva. Estábamos mano sobre mano.
- ¡Anda, si tú ya eres veterana! Qué bien, porque estamos faltos de gente.
- ¿Sí, de verdad? Había oído algo hace un mes pero no sabía hasta qué punto era urgente.
- Muy urgente. Fíjate, ahora empezamos a hacer algo porque nos ha llegado leche nueva. Estábamos mano sobre mano.