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La segunda

viernes, 29 de mayo de 2015

Es mirarte mientras duermes lo que hace que se pare el tiempo y pueda limitarme a sentir, sin pensar en los planes que tengo para ese día. Estás tumbada boca arriba, respirando pacífica y profundamente, sin saber todas las emociones que has desatado en mí. Me acurruco a tu lado e instintivamente te giras y pones tu mano sobre mi pecho. Y creo morir. El amor se revoluciona de golpe, como un torbellino que gira cada vez más rápido marcando sus espirales una y otra vez hasta que, de pronto, explota en mil chispas que llenan mi cuerpo de un cosquilleo que me deja temblando.


Estas mismas sensaciones las tuve cuando nació tu hermana y tenía miedo de no volver a vivirlas y de ser injusta contigo por ser la segunda. Pero tú me has hecho sentir de nuevo la maternidad al límite máximo, llenarme de orgullo de ser tu madre; solo necesitar respirar amor para poder vivir. Tu fragilidad y tu inocencia me hacen volver a experimentar que alguien me necesita y yo me inflo para crear una barrera que te rodee y te salve de todo lo malo. Pero una barrera permeable que permita que te empapes de todo lo bueno, del amor, de las experiencias vitales que te van a ayudar a crecer.


De nuevo aparece en mí esa responsabilidad de saber coger tu mano para acompañarte en el camino, intentando no tropezar en las mismas piedras que con tu hermana. Porque ella me ayuda a ser mejor madre y mejor persona cada día. Y aquí estoy, dispuesta a empaparme de todo lo que vas a enseñarme, porque me queda mucho por aprender.

Te miro de nuevo. El ambiente es cálido y está denso. Se ha creado una burbuja que nos rodea y nos aísla de todo lo demás, manteniendo solo para nosotras este momento de intimidad. Tu cuerpecito me da calor y me sosiega; tu respiración me calma. Podría estar así hasta el día en que muriera, alimentándome tan solo de tu contemplación. No sé cómo expresar cuánto te quiero y te necesito. Este amor único que creo que solo las madres pueden sentir. Que no es posible describir, pero que cuando otra mamá nos lo cuenta entendemos perfectamente. Ese algo que te llena por dentro y te colma el corazón de felicidad.