Redes

                                                                                                       

Cómo es una prueba de provocación de alérgenos

jueves, 3 de marzo de 2016

Mucha gente me pregunta cómo ha sido la provocación de leche de la peque. Así que os lo voy a contar. Pero por lo que he podido hablar con otras mamás durante sus provocaciones, es que depende bastante de dónde te lo hagas, y quizá incluso del médico que te lleve. Como todo. Pero supongo que, groso modo, podréis haceros una idea con cómo fue la nuestra.

La provocación con alérgenos es un episodio por el que pasan casi todos los alérgicos a alimentos y medicamentos. Debe realizarse en un entorno de total seguridad porque, aunque se pretende hacerla con suficiente suavidad como para que no se produzca una reacción fuerte, cada cuerpo es un mundo y no se sabe cómo va a reaccionar el enfermo. De ahí la importancia de realizarla en un entorno hospitalario. Desde luego, si yo fuera, no aceptaría realizarla fuera de un hospital.

Suelen ser pruebas largas porque hay que ir introduciendo el alérgeno poco a poco, para ir observando cada posible síntoma de reacción alérgica y detener el proceso en caso necesario. Por lo que pude ver, da igual el alimento, que todas las pruebas de provocación llevaron aproximadamente el incremento paulatino de la cantida de alérgeno. Si bien es cierto que coincidí con una mamá que me contaba que era la segunda provocación a su hijo, que la primera se la hicieron en el hospital de La Paz de Madrid, y que allí le dieron al niño de golpe un biberón. Como todo, yo no conozco la historia de primera mano, pero desde luego aquel día en que las dos pasábamos por la prueba, se la estaban haciendo poco a poco y no de golpe. Me resultó rara esta disparidad de criterios.

No es lo mismo una alergia mediada que una no mediada. En las mediadas los síntomas son bastante inmediatos mientras que en las no mediadas hay que esperar como poco un par de horas a ver qué sucede, y aún y con todo, los días siguientes en casa hay que estar atentos a posibles reacciones tardías. Si bien es cierto que nuestra alergóloga nos dijo que íbamos a hacer la provocación de Punkita muy poquito a poco porque había algunos niños que reaccionaban con unos vómitos muy intensos a poco que entraran en contacto con el alérgeno.

prueba-provocacion-alérgenos

De modo que durante ese primer día de provocación la niña fue ingieriendo, cada media hora, las siguientes cantidades: 2 ml, 5 ml, 10 ml, y 20 ml. En total, 37 ml. Una vez recibió la última dosis, esperamos allí dos horas más para asegurarnos que no aparecían problemas durante la digestión de la leche.

La manera de administración de la leche es libre. Cada cuál conoce a su hijo y sabe qué manías tiene. También depende de la edad, porque algunos niños mayores se muestran más colaboradores aunque no les apetezca nada tomarse la leche. Pero con un bebé que justo cumplía un año ese día no había manera de hacerle razonar, y tuvimos que darle la leche con jeringa. Ya os conté el mal rato que me produjo esto: me sentí la peor madre del mundo. Pero era la única manera de conocer el estado de mi hija y la evolución de su enfermedad, ya que, os recuerdo, las alergias no mediadas no dan la cara en ninguna prueba y solo se conocen por ensayo-error.

Bien, el viernes terminó, pero obviamente no era una cantidad de leche significativa, tan solo 37 ml. De modo que nos pautaron darle 40 ml cada día del fin de semana y volver el lunes a una nueva provocación. Como el fin de semana lo pasó sin problemas, el lunes comenzamos con 50 ml, y posteriormente cada media hora 75ml, y 100 ml. De nuevo, tras la última toma, esperamos allí dos horas más para asegurarnos de que no se produjera nada raro durante la digestión de la leche. Pasado el tiempo nos mandaron a casa y vigilar durante una semana cualquier posible reacción tardía de esta ingesta de leche.

prueba-provocacion-leche

Podría haber pasado que durante estas sesiones en el hospital se hubieran producido síntomas, como vómitos o diarrea, por ejemplo, en cuyo caso hubieran detenido las pruebas inmediatamente.

En el caso de las alergias mediadas eran otros síntomas los que presentaban los pacientes que compartían con nosotros las pruebas: toses, picores, hinchazon, ronchones... en cuanto se detectaba el más mínimo problema, se detenía la provocación. Si no, si el paciente llegaba al final de la prueba sin síntomas, se podía concluir que la alergia mediada estaba superada. Es decir, en una alergia mediada sales de la prueba de provocoación con un resultado claro. En el de una alergia no mediada no, y hay que mantener el contacto con los doctores durante unos días para poder aclarar cualquier duda sobre síntomas que puedan ir surgiendo. Pasado un tiempo producencial, se emitirá un informe.

Espero que esto os ayude a haceros una idea de cómo va a ir todo si dentro de poco os tenéis que enfrentar a una. Y aunque salgáis de ella con un resultado negativo, recordad que los niños superan la mayoría de las alergias alimentarias.