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150 palabras: la estatua llorosa (sol, dedos, lágrimas)

domingo, 9 de febrero de 2014

No hacía más que llover y Sofía, aburrida, tamborileaba los dedos sobre la mesa. Llevaba así tooooodo el día y no se lo podía creer cuando salió el sol y entró calentito por la ventana del dormitorio.

Lejos de Mollete

viernes, 7 de febrero de 2014


Hace una semana a estas horas estaba de camino a casa de vuelta de una semana en El Hierro. En el avión escribí esto que ahora reproduzco:


Yo soy muy dura. ¿No os lo había dicho nunca? No tengo sentimientos.

La maternidad de la A a la Z: U de ubicuidad.

jueves, 6 de febrero de 2014


Venga, va. No me mintáis. En el fondo os gusta esa sensación de estar en todas partes, de ser supermadres. Mola. Es guay. Farda mucho. :D

Es de esas capacidades con las que parece que no nacemos. O mejor dicho, de las que no somos conscientes hasta que somos madres. De pronto un día se despierta dentro de ti. Hasta entonces parecía imposible salir del trabajo y estar a tiempo en la guarde. Pero has llegado on time. A veces parece que vas a casa tarde para duchar a la enana y darle de cenar, pero aún así te da tiempo a pasar por la tienda a comprar yogures y a pasar un rato agradable con ella antes del baño. En realidad es como estar en varios sitios a la vez porque si no, no se explica que te haya dado tiempo a hacer tantas cosas.

150 palabras: te eché de menos, pequeña (reina, lapicero, teatro)

domingo, 2 de febrero de 2014


Creo que Sofía no sabe cuánto la he echado de menos estos días. Mamá ha estado lejos, como en otro mundo. A mí me parecía una función de teatro que veía desde fuera. Pero era real, y estábamos alejadas.

La maternidad de la A a la Z: D de duda.

jueves, 23 de enero de 2014

Llegó el día. Muchos ya conocéis mis desventuras con los viajes a El Hierro; mi relación de amor-odio con esta afortunada isla. Cuando comenzó el proceso volcánico, allá por julio de 2011 –unos 3 meses antes de la erupción de octubre-, yo ya estaba embarazada, con lo que no pude viajar a El Hierro: había mucho trabajo de campo y mucho estrés y mi jefa consideró que era más prudente que me quedara en Madrid para no llevarnos ningún susto. Y a pesar de la ilusión que me hacía vivir el proceso en primera persona desde la isla, agradecí este gesto, que en el fondo consideré también como lo más adecuado.

Estoy de vuelta

martes, 21 de enero de 2014

Pues aquí estoy, sentada en el ordenador con la cabeza totalmente vacía... como con la primera entrada. No, peor. Porque ahora sé que en otra vida fui capaz de escribir cosas. Quizá no buenas. Quizá no interesantes. Pero catárticas para mí. Una cura, señores. A veces me salía hasta solo... pero hoy estoy intentado retomar mi vida bloguera y no sale nada...

150 palabras: Una sonrisa para borrar los problemas... (gorro, colchón, sueños)

domingo, 15 de diciembre de 2013


Sofía sabía que a mamá muchas veces le gustaría meterse en la cama, hundida completamente en el colchón, y olvidarse de todo. Entregarse a los sueños que quisieran venir para poder abandonar por un momento todos los problemas.

Suponía que les pasaba a todos los mayores, que a veces se les amontonaban los disgustos y se les ponía una presión enorme en la cabeza, como un gorro, que no les dejaba casi ni sonreír. En ocasiones eran los propios adultos los que magnificaban sin querer esos contratiempos, que desde fueran no parecían tan graves, o por lo menos parecían tener solución.

Pero Sofía intuía que esa sensación debía de ser difícil de controlar, así que fue hacia mamá y le dio un besito tierno que logró que mamá sonriera y se olvidara de los problemas. Para ella Sofía era la alegría por la que compensaba pasar por lo que fuera.