Redes

                                                                                                       

La vuelta al mundo en 80 partos: El embarazo y el parto en Nueva Zelanda

lunes, 12 de mayo de 2014

Varias amigas mías se han ido a vivir fuera de España, desde a sitios más cercanos como Alemania a sitios más lejanos, como Nueva Zelanda. Y resulta que se han ido quedando embarazadas. Esto me ha permitido conocer cómo entienden el embarazo y el parto en otros países y desde luego me he llevado sorpresas muy gratas, aunque bueno, es verdad que con otras me he quedado un poco ojiplática.

Una de mis mejores amigas, que vive en Nueva Zelanda, ha accedido a compartir con todos nosotros su experiencia. Sí, Nueva Zelanda, nuestras antípodas. Las antípodas de Madrid caen muy cerca de donde ella vive (si queréis ver cuáles son vuestras antípodas consultad esta web, que está muy chula). Desde luego yo me quedo con la sensación de que allí se respetan sobre manera tanto el embarazo como el parto. Me alegro de que haya podido elegir entre tantas opciones para poder tener el parto deseado y sabiendo siempre que ahí está el médico en caso de necesidad. Os invito a leerlo, merece la pena.

Además mi amiga nos recomienda leer este enlace en el que Mayim Bialik (actriz y doctora en neurociencia) da su opinión sobre la crianza, pues cree que es un magnífico resumen de cómo lo entienden en Nueva Zelanda


Lo primero a tener en cuenta es cómo funciona el sistema sanitario en Nueva Zelanda. Básicamente, todo va a través del médico de cabecera, que te refiere a un especialista en caso necesario, aunque hacen todo lo posible por evitar referirte a un especialista, pues las listas de espera son bien largas. Posiblemente no por la gran cantidad de población (4 millones en todo el país) sino más bien por la baja cantidad de médicos para atender a cada paciente.


En cualquier caso, mi experiencia es que los médicos aquí dejan mucho que desear. Parecen sólo atender bien las cosas básicas. Para lo complicado, o se dan por vencidos muy pronto, diciendo al paciente que no saben lo que tienen y allí te quedas (cosa que le ha sucedido a más de un conocido mío, una de ellas tardó meses en descubrir, por su cuenta, que era celiaca, ¡y da miedo pensar que tras tantas pruebas no supieron identificar el problema!) o se obsesionan con las enfermedades más raras de la historia. Al padre de una amiga, con problemas de corazón, no le han identificado la causa ¡y le han dicho que simplemente es viejo!, ¡ahí queda eso! No parece haber término medio. Lo curioso es que un médico de fuera lo tiene muy difícil para ejercer aquí, pues el examen que deben pasar es, al parecer, tremendamente difícil, y más de un médico de fuera ha tenido que volverse a su país tras fracasar en pasar dicho examen.

Así que dada la situación, uno podría pensar que con las embarazadas es más o menos lo mismo. Nada más allá de la realidad. Yo me he sorprendido muy gratamente en este sentido. Es un país muy amigo de los niños, y de alguna forma esto se nota en la forma en que tratan a las embarazadas y a los bebés.

Cuando te quedas embarazada, tienes básicamente dos opciones de seguimiento:
  • Seguimiento de un médico obstetra durante todo el embarazo, que te ve una vez al mes, prescribe todas las pruebas y es el que te atenderá en el parto. Esto cuesta unos 2000€ al cambio por todo el seguimiento, incluido el parto.
  • Seguimiento de una matrona durante todo el embarazo, que te ve una vez al mes, prescribe todas las pruebas y es la que te atenderá en el parto. Esta opción es gratuita.
En ambos casos, cualquier cosa relacionada con el embarazo (análisis de sangre, visitas al médico de cabecera, visitas a la matrona, y la mayoría de las ecografías, además de la estancia en el hospital, de máximo 3 días en un parto sin cesárea y hasta 5 en una cesárea) es totalmente gratis. Y en ambos casos dejas de ver al médico de cabecera durante el embarazo, salvo que lo necesites por algo que no pueda resolver el obstetra o la matrona.

Decidí coger la segunda opción, tratando de informarme de una buena matrona. Tuve la suerte de dar con una mujer asombrosa, con la que me he entendido de maravilla y que se ha convertido en casi una amiga. Es maravilloso pensar que durante todo tu embarazo ves a este persona, que te acaba conociendo, sabiendo cuáles son tus preferencias y que actuará de tu abogado-defensor durante el parto, pues sabe bien lo que quieres y lo que no.

Y es que las cosas en Nueva Zelanda son muy abiertas: hace unos años crearon este sistema de matronas y decidieron dar el poder de decisión a la madre y a la matrona. Y menuda maravilla es eso! Básicamente, puedes elegirlo todo: qué tests de embarazo hacerte, cómo quieres que sea el parto, los tests que hacerle al bebé cuando nazca…

Me sorprendió especialmente la libertad de elegir lo que quieres en el parto: puedes elegir dar a luz en casa o en el hospital. Si eliges el hospital, si todo va bien estarás en la sala de parto sólo con tu matrona y con quien quieres que esté contigo (familiares, amigos, etc.) pero sin ver a un médico. Si algo va mal, o necesitas epidural, o cesárea, etc., entonces te atenderá en médico obstetra que esté en el hospital en ese momento. Vamos, que los médicos están a mano, pero sólo si la matrona o las circunstancias lo requieren. Si no, la matrona es más que suficiente. Lo que hace tonto el pagar por que te atienda un médico. Sí, te ve una vez al mes durante el embarazo y luego aparece cuando esté el niño coronando, pero mientras tanto estás con las matronas del hospital, a las que no conoces (vamos, como en España). Si pides ir con matrona, la ventaja es que te atiende alguien a quien conoces y que vendrá el médico si hace falta. Si no, no aparecen. Otra cosa preciosa es que las matronas van escribiendo un librito con todo de lo que habláis en vuestras visitas, y otro sobre el parto., lo que va pasando a cada hora, etc. Al terminar de verte (a las 4-6 semanas de nacer el bebé) te dan una copia de ese librito, ¡que es un recuerdo precioso para toda la vida!


En cuanto a cómo dar a luz, puedes elegir también si quieres que sea tumbada en la cama, en la postura que te dé la gana, en el agua, etc. suelen tener bolas suizas en el hospital también, si las quieres. Si eliges que sea en el agua, puedes usar la bañera que las salas de parto tienen (tipo jacuzzi en general) o las matronas suelen tener piscinas hinchables que traen consigo. Para dar a luz en casa, también puedes alquilar una piscina, o que la matrona traiga la suya.

Cosas curiosas y bien distintas a Europa:
  • Aquí son muy propensos a recomendarte dar a luz ayudándote de la gravedad. Me han explicado en varias ocasiones cómo dar a luz tumbada es la peor postura tanto para la madre como para el bebé, que tiene que hacer el doble de esfuerzo para pasar la pelvis y doblar delante de la rabadilla, y cómo ésta se puede mover y dejar espacio para el bebé si estás de pie o agachada o en cualquier postura salvo tumbada. Saber esto me puso de muy mal humor, sabiendo cómo en Europa (estoy familiarizada con los sistemas en España, Suiza, Italia y Alemania) básicamente te tumban en la cama y a empujar, poniéndote en la peor postura y sufriendo, y claro, luego te ofrecen la epidural para que no grites! ¿Por qué no ofrecen más opciones, me pregunto? Así que aquí recomiendan sobre todo estar agachada (en cuclillas), que es la postura que adoptaban las mujeres del antiguo Egipto. Tanta tecnología y hemos olvidado los conocimientos del pasado! De esta forma das mucho más espacio al bebé para salir. Y estar andando para ayudar con la gravedad se recomienda mucho también. La postura a cuatro patas también es poco dolorosa para la madre, y se recomienda también.

  • Son bastante reacios a utilizar cesárea, salvo en casos necesarios, hecho con el que estoy totalmente de acuerdo. Cuántas clínicas privadas españolas abusan de cesárea, dándote incluso cita para dar a luz meses antes de salir de cuentas!

  • También son bastante contrarios a utilizar paliativos para el dolor. Bueno, eso no está tan bien, pues es una decisión de la madre. Por supuesto, siempre lo puedes pedir tú, pero lo que no me gusta es que la matrona o el médico no te van a decir: “Si quieres epidural, ahora es el momento”. En general no lo dicen, y lo debes decidir tú, y puede que para cuando lo pidas ya se haya pasado el momento por ser demasiado tarde. Si estás segura de que quieres epidural, tienes que dejárselo muy claro a tu médico o matrona. Por supuesto, si al final te tienen que inducir el parto, es otro tema. Ahí ponen menos pegas a que pidas la epidural. No estoy segura de la razón. Creo que en parte es porque evitan cualquier tipo de intervención, primero por motivos económicos, pues el país no es muy rico, pero segundo por cómo son los neozelandeses: en un país tan lejos de todo acostumbrados a valerse por sí mismos, esta gente es muy sana y no abusan de medicamentos ni van mucho al médico. Hacen muchas cosas “a pelo”, que a un europeo puede no gustarle nada. Pero también puede abrirnos los ojos a otras formas de ver el embarazo y el parto, sin tanta intervención, inyección, cesáreas ni historias. Si coges a una buena matrona, ésta puede ayudarte a que tengas un buen parto sin necesidad de médicos, paliativos para el dolor, inducción, etc. Hacerlo lo más natural posible y tratar de ayudar a que no sea muy doloroso. Y además, la filosofía aquí es que, una vez tienen una intervención médica durante el parto, van todas seguidas: inducción indicaría necesidad de epidural, no puedes dar a luz en el agua…

  • Tests durante el embarazo: todo es absolutamente voluntario: todas las ecografías, pruebas, análisis de sangre, etc. Te dan la información para que tú tomes la decisión de si quieres hacerlo o no. Afirman que las ecografías son invasivas, y que la mujer tiene derecho a no querer hacerlas, por ejemplo, y ésa es una idea nueva en Europa. Esto tiene grandes desventajas también, pues a menudo no sabes bien cuán importante puede ser una prueba, ¡y te toca informarte por otro lado, preguntando en Europa, básicamente!

En resumen, mi experiencia durante el embarazo y el parto en Nueva Zelanda ha sido muy positiva y enriquecedora, y me ha hecho ver otras formas de ver las cosas, y, sobre todo, el descubrir que, al fin y al cabo, es un derecho de la mujer el decidir cómo desea tener un hijo, y nadie más debería intervenir en esa decisión.

Wellington, mayo 2014

Una mañana en el Mercado de Motores

viernes, 25 de abril de 2014

Esta entrada lleva un par de semanas en el tintero porque están siendo tiempos intensos, pero no quiero dejarla esperando más porque va a llegar la siguiente convocatoria del Mercado de motores y no os voy a a haber contado mi experiencia en la pasada.

¿Y en qué consiste esto? Lo aclaro porque el otro día a la salida me crucé con dos chavalas que comentaban que vaya, que no se vendían motores... conclusión a la que no es muy difícil llegar considerando que es un mercado con éxito. No creo que lo fuera si lo que vendiera fueran motores, ¿no?

Ya sabemos qué no es... pero ¿qué es lo que sí es? Pues es un mercado con todo tipo de tiendas (desde alimentación a decoración, pasando por ropa, telas, juguetes) y con cafés y restaurantes. Tienen música en vivo e incluso creo que hay una nave habilitada para dar conciertos. Lo que a mí más me gusta es que está alojado en el Museo del Ferrocarril de Madrid. Es uno de los sitios más emblemáticos de mi infancia: allí me llevaba mi padre cuando era pequeña, y por supuesto íbamos en metro. Esos viajes me encantaban porque pasábamos por "la estación fantasma" que es la antigua estación de Chamberí. Ahora Metro de Madrid la ha acondicionado para ser visitada. La ha llamado Anden 0 y es un centro de interpretación acerca de la historia del metro de Madrid. Pero cuando yo iba con mi padre en metro estaba completamente abandonada y tenía ese aire fantasmagórico que nos alucina cuando somos enanos. Así que para mí era un aventura.


Pero retomando el tema, el Mercado de Motores es un mercado que tiene un aire especial, situado en un entorno maravilloso, a mi entender. Además de hacer alguna compra puedes ver los trenes, si bien es cierto que si eres amante de los mismos es mejor que vayas cualquier otro día en que no haya mercado.

El Mercado de motores tiene lugar los segundos fines de semana de cada mes. La pasada edición fue el 12 y 13 de abril, y la siguiente será el 10 y 11 de mayo. Los fines de semana de invierno es de 11 de la mañana a 10 de la noche, pero en verano alarga la apertura hasta las 00:00. La entrada es gratuita. Lo único es que hay que madrugar si no quieres morir engullido por la multitud y no poder moverte, sobre todo en los meses primaverales. Puede llegar a ser verdaderamente agobiante.


Nosotros fuimos Mollete, papá Mollete, abuelo Mollete y servidora. Estuvo la mar de agradable, porque hizo un día extraordinario. En la zona exterior de los andenes también hay puestos, cafés, restaurantes e incluso tumbonas, de modo que los días de sol es muy agradable (salvo que sea de esos días tórridos madrileños que no hay santo que los aguante). Mollete tiene 2 años y disfrutó viendo los trenes y paseándose por los andenes. Es verdad que cuando empieza a haber demasiada gente puede ser muy desagradable sobre todo para los niños menores. Pero también han pensado en los enanos y tienen actividades para ellos: una sala de actividades y un pequeño tren de vapor en el que se pueden subir incluso los padres. ¡No os quedéis con las ganas!


Se diferencian dos partes diferentes de ventas. Por un lado la parte de la gente que, digamos, es comerciante y se dedica a ello. Y por otra parte la de particulares que quieren vender cosas de 2ª mano.

De la parte de comerciantes me encantó ver que había muchos puestos de alimentación, con productos que realmente tenían una pinta estupenda. Me ha servido para conocer a productores de la zona y les cogí tarjetas para poder probar sus productos. Ese día no era el más adecuado para ponerme a hacer la compra porque lo que quería era dar una vuelta y respirar el ambiente, no ir cargada como una mula mientras perseguía a un bichillo de 2 años.


Disfruté especialmente de la banda de jazz que había tocado por la entrada de la estación. Le daba una atmósfera especial, y entre el edificio del s.XIX típico de la arquitectura del hierro, los trenes y la música era como estar en otro sitio; desde luego el ambiente ideal para evadirse de los problemas cotidianos.


Y sin duda una de las sorpresas de la jornada fue encontrarme con las chicas de ¡¡¡LA RETALERA!!! Venden telas preciosas por internet y yo llevaba un tiempo pensando en ir a verlas a algún lado para poder ver en vivo las telas, porque creo que sobre todo los colores se aprecian mejor en directo que en la pantalla del ordenador. Ellas son simpatiquísimas y yo me llevé dos retales para hacer dos vestidos veraniegos a Sofía y otra para hacerme yo una bolsa. Así que me fui tan contenta de vuelta a casa.

Así que ya tenéis plan para la próxima convocatoria: un día de mercadillo en un ambiente ferroviario maravilloso y con la posibilidad de volver cargaditos de telas y cosas ricas (nota: los croissants del puesto nada más entrar en la estación a mano derecha tenían una pinta estupenda, ¡y yo soy muy exigente con los croissants! Me lo apunto para la próxima).

Control de esfínteres (I)

jueves, 3 de abril de 2014

Hace unas 3 semanas comenzamos a trabajar el control de esfínteres. Por lo que nos comentó las profe de Mollete, es algo que agobia a muchos padres. La verdad es que no era nuestro caso, que desde que nació la peque nos lo tomamos todo con mucha calma. A veces me pregunto si será demasiado...

Mollete ya se sentía atraída por el orinal desde octubre, pero quizá más como juego que como otra cosa, ya que veía a los mayores de la clase de al lado cómo se sentaban. En ese momento la profe prefirió esperar un poco, a que al menos cumpliera 2 años, y así lo hicimos. Y un día surgió todo de manera natural y sin que lo hubiésemos pensado mucho: de un día para otro estábamos con el orinal en casa.

Como norma, los niños comienzan a controlar el pis entre los 2 y 3 años, pero no es hasta los 5, aproximadamente, cuando se da también el control nocturno. Como todo lo que rodea a los niños, esto no es una ciencia exacta, y cada uno llevará su ritmo. Así que nada de agobiarse, que eso no ayudará en absoluto al niño.

Queremos compartir con vosotros este proceso paso a paso, por si le sirve a alguien y por si alguien nos puede aportar cosas positivas, que eso siempre es así.

Nosotros estamos ahora en la primera parte, la de aprender a controlar a hacer pis y caca cuando queramos, durante el día. Cuando no estamos en el orinal, seguimos con el pañal puesto. En la guarde lo plantean del siguiente modo: se pone al niño en el orina cada hora y media, aproximadamente. Si hace pis, bien. Y si no, también. Tiene que aprender a que no siempre se tienen ganas y que no pasa nada. De todas maneras lo registran en un papel donde pegan puntitos de color azul si han hecho pis y rojo si no lo han hecho. No creo que lo del rojo sea para asociar a que está mal, porque como he comentado no es esa la filosofía, sino porque son los 2 colores que más controlan. Por lo menos Mollete, o lo mismo es casualidad... El resto de compañeros están con ellos cuando usan el orinal y parece que así se animan unos a otros.


En casa procedemos de la misma manera, y hemos hecho una lista con los días de la semana para que Mollete pegue allí también sus pegatinas. La dibujamos con ceras de colores que eligió ella y la forramos con plástico, de modo que cada semana podemos quitar las pegatinas anteriores y reutilizar la hoja. La hemos puesto en la pared del cuarto de baño junto a su orinal.


Desde luego hay que dedicarle tiempo, no hay prisa, aunque no conviene estar esperando más de 10 minutos, porque, como hemos dicho antes, si no se hace pis no pasa absoutamente nada. Nos han dicho que podemos poner también a veces una muñeca al lado que también se siente en el orinal para hacer pis. La verdad es que Mollete por ahora va bien, a su ritmo, a veces hace pis y a veces no, pero no nos hemos visto en la necesidad de poner la muñeca. Cuando empiece a controlarlo mejor pasaremos al momento de quitar el pañal y por tanto llevar 3 o 4 mudas de ropa a la guarde. Por lo que vemos, cuando hace pis lo hace inmediatamente después de sentarse. Las veces que esperamos más tiempo al final no lo hace.

Parece que por ahora vamos por el buen camino, pero si Mollete se “atascara” en este avance no habría que preocuparse. Simplemente un poco de paciencia, que terminará controlando sin ningún problema. Vamos a ver cómo sigue, porque por ahora solo hace pis en el orinal, pero nada de caca. Todo llega en esta vida.

¿Cómo lo habéis planteado vosotros? Si los lleváis a la escuela infantil ¿se implican también el proceso de manera activa?


150palabras: Luces del norte (viaje, horas, luces)

domingo, 30 de marzo de 2014

Madre mía, qué madrugón... esas no eran horas para levantarse... había dormido apenas 3 horas, pero era la única manera si quería ver las luces del norte. Sus padres habían preparado este viaje exclusivamente para ver auroras boreales y no se lo iba a perder porque tuviera un poco se sueño.

Sofía abrió los ojos, algo pegajosos por las legañas soñadoras, se cubrió con su abrigo, gorro, bufanda y guantes, y salió con sus padres hacia la iglesia de Kiruna. Allí esperó un rato mirando al cielo. Y de pronto una luz verde iluminó el firmamento, atravesándolo de arriba a abajo, serpenteante y juguetona. A medida que aumentaba su intensidad, crecía la emoción de los presentes, llegando incluso a llorar mientras proferían gritos de júbilo. ¡Era la mayor experiencia de la naturaleza que jamás habían vivido! El viaje ya había cobrado sentido. Guardaría para siempre estas imágenes en su cabeza.

Aurora boreal sobre Fairbanks, Alaska. (Wikimedia Commons)

Fomentando la lectura infantil: cajas My little book box.

viernes, 28 de marzo de 2014

Hoy quiero hablaros un poco más de Boolino. Algunos ya lo conocéis y si no esté es un buen momento para hacerlo.

Ellos se definen en su twitter como una iniciativa de fomento de la lectura infantil. Hablamos de libros. Si visitais su web encontraréis un montón de libros para niños, desde bebés a adolescentes.

Los titulos son de lo más variados. Podemos encontrar clásicos como Hansel y Gretel o Los tres cerditos, o libros de algunas de las películas de niños más actuales, como Frozen, algunos de ellos acompañados de CD interactivo. No se olvidan de los que de pequeña me entusiasmaban y que digamos se encuadran en lo que llaman literatura infantil o juvenil. Yo recuerdo leer El pequeño Nicolás o pasar un rato con Rüdiger, El pequeño Vampiro. Seguro que muchos de los que lo estáis leyendo ahora erais también ávidos lectores de estos títulos. Pues en esta línea podemos encontrar por ejemplo otro título tan conocido como Manolito Gafotas u otro más novedoso como Desencuentro.





De cada uno de estos libros encontrareis una ficha con la edad recomendada  y una sinopsis que os ayudarán a decidir si es el libro que más va a disfrutar vuestro hijo.

Su blog resulta muy atractivo. En él tratan temas muy interesantes como trucos para que los niños disfruten del placer de la lectura, cuentos para niños y alimentación saludable, el tema de los valores... yo os recomiendo sin duda alguna que saquéis un ratito y le echéis un vistazo porque os va a resultar de lo más útil, estoy segura.

Sin duda alguna una de las cosas que más me gustan son sus cajas de lectura My little book box, ahora que esto de las cajas se ha puesto tan de moda. Sinceramente nunca me he animado con una de estas cajas de productos, porque nunca sé qué va a traer o si lo voy a necesitar, pero con estas me pasa lo contrario: ¡las cogería todas! En ella encontraréis un libro adecuado a la edad que hayáis elegido, y materiales para realizar una serie de actividades a partir del libro. Por ejemplo, en Veo, veo una cosa de color... azul viene incluido el libro con el cuento, una guía de actividades y materiales (cartulinas recortables para el títere del marinerito, papel de seda para el móvil, plantilla para las gafas, papel celofán azul para las gafas) para poder realizar los juegos que se proponen: un títere de cartulina para el padre o la madre, un móvil de colores y unas gafas azules.



Se puede comprar una sola caja o hacer una suscripción mensual o trimensual. En todo caso si algún mes no se quiere adquirir la caja no hay ningún problema: se avisa y no se realiza ni el cobro ni la entrega. Como ellos dicen puedes descansar cuando quieras.

Si al final os animáis a probarla, podéis acceder a la compra a través del banner que está situado en este blog en la columna de la derecha, que os harán un 5% de descuento en el primer mesusando el código manada, o pinchando aquí. Ese ahorrito que os lleváis.

¡Yo me quedo con ganas de leer El cazo de Lorenzo, que me ha encantado el título!


Maternidad de la A a la Z: Ñ de ñapa

jueves, 27 de marzo de 2014

Hoy es la última edición de este diccionario de la maternidad promovido por nuestra querida Trimadre. Y he querido cerrarlo con la letra española por excelencia: nuestra Ñ. ¿Y qué palabra he escogido para ello? Pues la palabra ñapa.

Una ñapa es, según la Real Academia de la Lengua española,lo siguiente:

ñapa.
(Del quechua yapa 'ayuda, aumento').
1. f. Am. Mer. y Ant. añadidura.

Pero yo esta palabra la conozco con otra acepción, que es con la que al final la uso. Digamos que una ñapa es más un arreglo chapucero que se hace deprisa y corriendo, para salir del paso.

A mí siempre me ha gustado hacer las cosas a conciencia. Dejarlas a la mitad, o mal hechas, puffff, no iba conmigo. No me importaba el tiempo que hubiera que dedicar para que todo quedara como debe ser. Pero esta claro que cuando pones un hijo en tu vida una de las primeras cosas que ves recortado es el tiempo que tenías para hacer las cosas. Y que no se malinterprete, que no me quejo en absoluto. Yo elegí tener un hijo y es lo que hay. Estoy encantada. Pero dispongo de menos tiempo para otras cosas, en general.

La consecuencia principal de esta falta de tiempo es que las cosas hay que hacerlas ahora prácticas y efectivas, pero rápido. Nada de entretenerse para tenerlo perfecto. Bueno, en realidad he de matizar una cosa: si es algo para mi hija, ahí invierto todo el tiempo del mundo para que quede bien. Pero si es algo para mí es cuando las ñapas hacen su estelar aparición.

Por ejemplo, nunca me ha gustado comer cosas de bote o congeladas. Los congelados los sigo evitando, pero no puedo evitar tener unos botes con judías o guisantes para cuando no puedo cocinar y quiero tomar un poco de verdura. Intento que sean en frasco de cristal y ecológicos, pero no siempre se puede. Así que mi despensa tiene algunas cosas de este tipo para, en el último momento de un día que se ha torcido, hacer una ñapa y poder cenar.

Otra ñapa habitual es en la ropa. Tiendo a hacer bastante agujeros en la parte de la sobaquera de las chaquetas. Debo de ser muy bruta y además la calidad de las prendas deja bastante que desear, así que suelo ir acompañada de una tomatera bajo el brazo. Antes me sentaba en el salón y lo zurcía (¡cómo me gusta esta palabra!) y hacía un apaño tan mono. Ahora es habitual ir con ventilación acompañada en la chaqueta.

O cuando se cae un botón de un pantalón. Pues ahora no me importa apañarlo un día con un imperdible si en ese momento no puedo coser el botón. Antes ¡cómo iba a ir yo con un imperdible ahí puesto! Los imperdibles son un imprescindible en el mundo de las ñapas. Sirven para todo, apuntadlo. ;)

Pero bienvenidas sean las ñapas, porque eso es que estamos disfrutando de un rato con nuestros hijos, que son nuestro mayor tesoro.

Y así nos despedimos de este carnaval en el que nos ha encantado participar, tanto a Mollete como a mí. Hemos conocido gente estupenda, nos hemos reído y hemos profundizado en este mundo de la maternidad. Descansaremos un poco y cogeremos fuerzas para seguir porque ahora ¡¡¡TOCA ELEGIR LAS ENTRADAS QUE CONFORMARÁN EL DICCIONARIO DEFINITIVO entre todos los participantes!!! No os perdáis el resultado final, que seguro que es estupendo. Para saber más sobre todo esto pasaos a ver a Trimadre.


Leemos juntos: Ladrón de gallinas.

viernes, 21 de marzo de 2014

Hola a todos,

hoy tenemos la segunda colaboración con Boolino. Espero que os resulten interesantes estas nuevas lecturas, recomendadas a partir de 3 años, pero que realmente se pueden comenzar a disfrutar a partir de los 2 años porque son solo ilustraciones.


No necesitan palabras
Por boolino

Hoy desde boolino os queremos recomendar una colección de libros ilustrados, de la autora e ilustradora Béatrice Rodríguez, editada por Libros del Zorro Rojo a los que no les hace falta texto para ser contados y explicar una bonita historia para niños.

El primer cuento de la colección es Ladrón de Gallinas un álbum ilustrado sin texto que narra la historia de un astuto zorro que rapta a una pequeña gallina. Los amigos de la gallina, el oso, el conejo y el gallo, van en su búsqueda y recorren mar y tierra para traerla de vuelta. Y es que, tradicionalmente, los zorros se comen a las gallinas… ¿o no? Un final inesperado para un álbum ilustrado que explica muchas cosas sin una sola palabra.

El libro involucra y hace partícipe al lector y le induce a expresar la historia con palabras. Sin su participación, no hay cuento; un recurso fantástico para que el niño disfrute con la lectura y se implique en la historia.
Ladrón de gallinas explica la historia de un amor que supera prejuicios y obstáculos de todo tipo. Una historia que rompe los esquemas de lo convencional y nos recuerda que el amor no entiende de razas. Una historia que refleja cómo no todo es lo que parece y la importancia de no dejarse llevar por las primeras apariencias. Un libro que invita a mirar desde otro lado, que nos hace pensar acerca de nuestros prejuicios y que pone en duda ciertos convencionalismos que nos son impuestos.
Un libro perfecto para iniciarse en la lectura que, sin necesidad de palabras, consigue captar la atención del lector y envolverle en una divertida y tierna aventura de amor poco convencional.

Además cómo continuación de la historia tenemos La revancha del gallo, y también el tercer y último libro de esta pequeña colección: Un día de pesca.