Todos tenemos un conocimiento de fondo, pero parece que no siempre tenemos presentes esas cosas que sabemos que suceden. Sabemos que en el mundo pasan muchas cosas, algunas de ellas muy injustas. Pero parece que no te enteras de verdad hasta que no le sucede a alguien cercano. En los últimos meses estoy pudiendo apreciar de cerca el acoso y derribo que sufren mujeres embarazadas y madres. Y ha sido sin salir de mi círculo más cercano. Imagino que en cuanto das dos pasos más, salen casos de debajo de las pierdas.
La primera historia es de una chica, llamémosla Alicia, que ronda los 30 y que se queda embarazada mientras trabaja en una pyme nacional. Imagino que lo primero que pasa por su cuerpo tras ver las dos rayitas del test es mucha felicidad, ¡como nos ha pasado a todos! Inmediatamente entra en su nube de embarazada, de mundo feliz, sobre todo porque por algunas cuestiones sabía que podría haber tardado más en lograrlo, así que es muy buena noticia y hau qye estar muy contentos.