Redes

                                                                                                       

Mi bolso es bastante aburrido...

viernes, 25 de octubre de 2013

He querido unirme a otra iniciativa de Terenya ya que me ha parecido muy original. En esta ocasión vamos a ver qué lleva cada una en el bolso con la finalidad de conocernos un poco más. Vaya de antemano que mi bolso es un rollo, pero espero que no os quedéis con la idea de que yo también lo soy. No es nada especial y trato de llevar siempre pocas cosas, porque no soporto cargar con mamotretos. Por tanto esto ha lugar a que no salga nada ni sorprendente ni divertido de él. Me congratularé, por tanto, si alguna termina de leer esta entrada. Me pensaré el daros algún premio...

He seguido la lista de Terenya y se me ha ocurrido un apartado más. Allá va:

1) La sorpresa. Eso que encontramos y nos saca una sonrisa: cualquier cosa que sea de mi hija, pero habitualmente no aparece nada suyo. Si acaso algún chupete, que nunca usa y por tanto desconozco cómo ha acabado ahí, o algún par de calcetines suyos que a veces sí que meto porque considero fundamental llevar los pies calentitos... Por ejemplo, en verano me dan miedo los aires acondicionados. En momentos de crisis la pequeña luce un look total-guiri con sandalias y calcetines. Manías de madre, porque que yo tenga a menudo los pies fríos y lo pase mal no quiere decir que a ella le pase lo mismo. Pero como es una sensación taaaan desagradable ella va a tener que ir tapada con calcetines de cuello vuelto hasta que aprenda a expresarse y emitir sus propias opiniones.

También me sacan una sonrisa mis llaveros de friki: un soldado imperial (manco ya, el pobre), recuerdo de mi curso de verano en Askov (Dinamarca), y Snape, que no tiene cara ya el hombre...


2) Lo útil. Aquello que siempre llevamos "por si acaso": un paquete de pañuelos de papel. No falla que si lo llevas no lo necesitas, y si te lo dejas en casa empiezas a soltar agüilla continuamente, si no es tu niña la que va con dos velas que ya quisiera la Catedral de Santiago para sí.

3) Lo imprescindible. Nunca te puede faltar y necesitas cada día. Si no lo llevas, te mueres: el móvil, porque en realidad no vivo atada a nada. Pero el móvil sí que lo uso cada día y no hablo de la parte meramente social, sino para organizar el día con el padre y el abuelo de la criatura, por si me llaman de la guarde, y esas cosas de primera necesidad. Soy el centro de coordinación. Si hay una catástrofe mundial y me llaman a mí se lo dejo resuelto en dos patadas. Pero me imagino que como os pasa a todas vosotras, ¿o acaso me equivoco? Debo matizar que no muero si no estoy con él: al contrario, disfruto del día a tope. ¡Ojalá no existieran estas ataduras!

4) La chorrada. Siempre lo llevas y nunca lo necesitas: un espejito. ¡Pero si no me maquillo! ¿Para qué demonios lo quiero?, ¿alguien me lo puede explciar? Pues porque es taaaaaan mono. Y quién sabe si en algún momento puede serme útil porque me quede perdida en el monte y necesite hacer una fogata. Entonces sacaría mi espejito y trataría de concentrar los rayos del sol sobre un montón de paja o maderitas para encender un fueguito y sobrevivir hasta que me encuentren. Es buen plan, ¿no? (ya, ya sé que no es el espejo adecuado para ello, pero por intentarlo...)


5) Lo soñado. Suspiras por llevarlo dentro: pues nada, porque como he dicho al principio detesto llevar bolso y llenarlo de cosas. Así que más bien yo diría: lo que suspiras por dejar fuera: ¡¡¡TODO!!!

6) Eso friki, raro, extravagante... una batería de repuesto para el móvil. Idea de Papá Mollete y es una de las mejores cosas que puedo llevar. Ocupa poco y puede sacarte de más de un apuro. Fundamental para sobrevivir en la jungla de asfalto.


7) ... ¿Algo más que he olvidado?,  ¡eso!! lo que siempre o casi siempre olvidamos. Pues si supiera qué es creo que me acordaría de meterlo... así que como se me olvida pues no tengo ni idea de qué es... Pero venga, me voy a esforzar y voy a decir un cacao de labios. Es pequeño, útil y es verdad que muchas veces surge la necesidad de usarlo y no lo llevas... ¡Viva Murphy y la madre que lo trajo al mundo!

Y esta es de mi propia cosecha:

8) Lo que detesto llevar pero lo necesito: la agenda. Es una monada, de El Principito, y me encanta. Pero no el llevarla, porque ocupa mucho espacio. Ahora, el correcto desarrollo de la semana depende de ella, así que no puede faltar. Un petardo, ufffff.



Y esto es todo amigos. No huyan desesperados, por favor...