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Control de esfínteres (II)

viernes, 13 de junio de 2014

Como ya os conté en su día aquí, comenzamos con la operación pañal en marzo. A Mollete se la veía con mucho interés en el tema del orinal y acompañaba a dos compañeras de clase cuando ellas lo usaban, así que comenzamos.

El plan de la guarde es llevarles al orinal cada hora y media más o menos para que hagan pis. Si no lo hacen, no pasa nada porque no siempre se tienen ganas. La cosa empezó bastante bien, en el sentido de que Mollete no ponía ningún impedimento a usar el orinal, aunque no siempre saliera pis. Pero de pronto, hace un par de semanas, se le cruzó el cable. Empezaba diciendo que "pis no sale" y costaba convencerla de que podíamos ir y sentarnos en el orinal porque tal vez sí saliera. Pero la cosa empeoró cuando decidió que ella no se acercaba al orinal ni jarta de vino. Era insinuarle que fuéramos a hacer pis y se ponía a llorar desesperada, "nooooo, nooooo, pis no sale"... Decidimos no insistir porque encontrábamos contraproducente que la relación con el orinal se convirtiera en un tormento. Y su profe de la guarde opinó del mismo modo. Así que iniciamos un periodo de calma: le preguntábamos si quería ir al orinal y si decía que no, pues a otra cosa mariposa.

Al mismo tiempo, Mollete tenía un libro fetiche para irse a dormir, Esta es Lulú, de la escritora británica Camilla Reid, que leía -y aún lee- siempre el último. Mollete adora a Lulú, disfruta el cuento hasta límites insospechados, porque entre otras cosas es un libro con pestañas. Como en la contraportada del libro se decía que Lulú es una serie de historias, miré a ver qué otras había publicadas para poder cambiar de cuento. Y descubrí que entre otras está El orinal de Lulu, y pensé: ¡Genial! Como lo que hace Lulú es "lo más" para Mollete, lo mismo al leer esta historia se vuelve a animar con el orinal.


Así que lo compramos en La casa del libro, con quien he tenido muy mala experiencia, por cierto.  Me llegó a los 15 días únicamente El orinal de Lulú y no el otro libro que había encargado. A día de hoy -un mes después del encargo- el otro libro no ha llegado y lo peor es que no me han informado de nada, he tenido que ser yo la que se ponga en contacto con ellos para ver que está agotado en el distribuidor. Creo que lo menos que deberían hacer es encargarse ellos de avisarme a mí. Un auténtico desastre.

Pero volvamos al tema del pañal. Mollete se entusiasmó cuando vio un libro nuevo de Lulú. En este se pueden poner los velcros del pañal de Lulú, abrir el váter y ver que ha hecho pis o levantarle la falda para ver que es mayor y ya no lleva pañal. Lo que más le gusta es que Lulú tiene unas braguitas azules preciosas, su color favorito. La profe nos dijo que quizá le animara también el hecho de ponerse braguitas. Y el caso es que entre unas cosas y otras lleva de nuevo un par de semanas con una relación amistosa con el orinal. Incluso ayer quería quitarse el pañal, aunque yo creo que es porque como llega el calor, le molesta.

A ver cómo ha ido hoy la guarde. Si está seca quizá probemos este fin de semana sin el pañal. Lo mismo es el estímulo que le falta para terminar de controlarlo.

Seguiremos informando.