¿Tú también tienes un bebé urraca?

¿Vosotros también tenéis un bebé urraca? No me refiero a que le hayáis puesto de nombre Urraca. Oye, que se lleva lo vintage, ¿no? ¿Por qué no? :P Me refiero a una característica de los bebés. Pues es que yo ya llevo dos. Y empiezo a pensar que va a ser una etapa bastante frecuente en los bebés.

Un bebé urraca es aquel que ronda el año, y que, tal y como corresponde a su edad, se siente profundamente atraído por toda clase de objetos, más grandes o más pequeños, de colores llamativos o apagados, que hagan ruido o que por el contrario sean silenciosos... nadie sabe qué es lo que capta su atención, pero el bebé siente la llamada de este objeto y lo agarra fuertemente para que nadie se lo quite. Es más, lo mete debajo del sobaquillo y si es de los que ya anda, sale disparado dado tumbos para mantener su tesoro a salvo.

Bueno, hasta aquí es lo que le sucede casi a cualquier bebé, ¿no? Pero la diferencia y lo más divertido es cuando siente ese irrefrenable deseo en el momento de mamar. Porque sí, amigos, están colocándose ya para tomar el pecho y de pronto se dan cuenta de que ¡no puede vivir sin agarrar algo fuertemente! Da igual lo que sea, pero tienen que cogerlo. ¿Unas llaves? Pues unas llaves... ¿Una botella de agua? Pues una botella de agua... ¿Un piano? ¡¡Por qué no!!, ¡vamos ese piano! Sí, así es... Mollete ha llegado a tomar el pecho agarrada a un piano de juguete. Allí estábamos los tres: Mollete, el piano y yo, en un sillón un tanto apretados, mientras la enana merendaba. Y podían suceder dos cosas: que acabara y a otra cosa mariposa, o que se durmiera, momento en el que yo aprovechaba para quitarle el objeto en cuestión. El día del piano el que se durmiera fue un momento especialmente feliz y de alivio.

Y, como os decía, yo pensaba de entrada que este era un rasgo particular de Mollete. Así que me quedé a cuadros cuando vi que Punkita hacía exactamente lo mismo... Bueno, ella le pone un estilo propio, claro. No hemos llegado al extremo del piano, por ejemplo. Son siempre, por ahora, cosas más manejables. Pero a esta loca lo que le gusta es cambiar de objeto a mitad de la toma. Empezamos con unas llaves... al ratillo se suelta, se incorpora y coge el reloj de su padre. Ya está lista para seguir. Y para acabar ¿qué tal el vaso de su hermana? ¡En la variedad está el gusto!, di que sí, mujer.

La verdad es que no recuerdo cuándo se le pasó a Mollete... Punkita ya tiene casi 15 meses y sigue con esta tradición.

¿Vuestros bebés son también un poco urraca?