Redes

                                                                                                       

Claves para protegernos del sol

miércoles, 13 de julio de 2016

playa verano sol protección
Ya está aquí el verano, con el calor, el sol... yo lo llevo fatal. No me gusta nada el verano, siempre digo que debería haber nacido en los países nórdicos. Creo que tiene que ver con que mis padres trabajaran en verano en Santander, de modo que yo estoy acostumbrada a no pasar calor, y claro, los veranos madrileños me resultan asesinos. Así que en casa,  en cuanto podemos, nos ponemos a remojo para que los males sean más llevaderos. Trato de evitar las horas en las que el sol está más alto y zumba más, ya que son períodos muy agresivos para nuestra piel, pero inevitablemente, aunque escojas cuidadosamente el horario, el sol va a estar a tu vera brillando y haciendo su trabajo.

El efecto del sol sobre nuestra piel es acumulativo, es decir, aunque pase el invierno descansando, nuestra piel no se ha olvidado de los efectos que el sol ha tenido sobre ella, sino que esos daños permanecen, de modo que al siguiente verano el sol continúa haciendo su trabajo en el punto en que lo dejó cuando acabamos nuestras vacaciones veraniegas: es un suma y sigue. De hecho existe lo que se llama capital solar, que es el número total de horas que una persona puede estar expuesta al sol. Cuando pasa esa cantidad de horas, entonces empiezan los problemas en la piel. Cada uno tenemos un valor determinado y desconocido que viene determinado por la genética individual de cada persona. Con esto no estoy diciendo que haya que evitar que nos dé el sol, porque entre otras cosas el sol es vida y salud. Gracias a él sintetizamos la vitamina D, que nos ayuda en la absorción del calcio y el fortalecimiento de los huesos, pero que también es necesaria para los músculos y los nervios. De modo que el sol es indispensable en nuestras vidas. Pero ya decía Aristóteles que la virtud está en el justo término medio, o como se dice hoy en día: ni tanto ni tan calvo. Tenemos que cuidarnos de los efectos del sol para poder presumir de todo el bien que nos hace y no tener que lamentarnos en un futuro de un cáncer de piel.

El utilizar el sol de manera responsable está en nuestras manos. Ya conocéis las medidas de prevención que hay que adoptar, pero vamos a hacer un pequeño repaso, que nunca viene mal:

    piscina verano protección solar
  • las pieles más claras (fototipos I y II) necesitan más protección (sobre protección 50 en verano con radiaciones altas) que las más morenas (fototipos III y IV), a las que les será suficiente con un factor 30, aproximadamente.
  • limitar el tiempo de exposición al sol. De nuevo las pieles más claras deberán estar menos tiempo expuestas.
  • ojo también si subimos a más altura, que a mayor altura, más agresivo el sol y más protección necesitamos.
  • elegir las horas en las que el sol está menos vertical, es decir, cuando está subiendo por la mañana o bajando por la tarde. Si hablamos de horas conviene evitar exponerse al sol entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde. Así que hay que olvidarse de eso de levantarse tranquilamente y bajar a la playa poco antes de comer: mejor levantarnos un poco antes y disfrutar de la playa entre las 10 y las 12. Esta será una buena medida que nuestra piel agradecerá.
  • usar además de cremas protectoras barreras físicas como las camisetas y gorros con ala/gorras para proteger la cara.
  • ponerse a la sombra, usando sombrillas o colocándose bajo árboles.
  • aplicar el protector solar media hora antes de la exposición sobre la piel seca y renovarlo cada 2 horas o tras el baño.
  • no ser un rata al aplicar el protector, hay que aplicarlo en la cantidad adecuada.
  • los labios son los grandes olvidados, y también conviene protegerlos con un cacao con factor de protección solar.
  • beber agua para mantenernos hidratados, nosotros y por ende, nuestra piel.
  • moverse. No es muy aconsejable tumbarse a torrarse al sol.
No obstante os aconsejo que echéis un vistazo a esta guía de protección solar del Ministerio de Sanidad y consumo.

Desde primavera, de hecho, yo me aplico crema hidratante en la cara con factor de protección 30, porque aunque voy a estar menos tiempo expuesta y bajo un sol menos agresivo, quiero prevenir el envejecimiento de la piel y cuidar de su salud. Recuerdo que a mi madre a partir de los 40 le salían manchitas en la piel con bastante facilidad, así que tengo trabajo por delante para prevenirlo.

¿Y qué significa este numerito que indica el factor de protección que nos da una crema? Nos dice cuánto tiempo va a estar la piel protegida frente a que no estuviera cubierta por ningún tipo de protección. Por ejemplo, si empiezas a quemarte a los 10 minutos, con un factor de protección solar (FPS) 15 tardarías 15 veces ese tiempo, es decir, 150 minutos.

En nuestra familia somos todos muy blanquitos, fototipos I y II, así que vamos todos con protectores de 50+. Me gusta que las cremas solares que usamos sean de pantalla total, con filtros físicos mejores que químicos. Los químicos los intento evitar sobre todo en las niñas. Y después de varios años sigo en busca de mi crema solar ideal, y lo cierto es que no termino de encontrarla.

Este año di un paso más y probé unas cremas ecológicas con el objetivo de cargar a las niñas con los menos ingredientes perjudiciales. Primero compré Alga Maris, también para las niñas pero la suya especial niños más resistente al agua, y para llevar en el bolso Acorelle. Y en la segunda ronda repetí la misma para las niñas y yo opté por BioSolis.

cremas, solares, protección, solar

En todos los casos hablamos de botes bastante pequeños, lo que  es una desventaja en el sentido de que contiene menos cantidad y resulta más cara que las marcas habituales. Pero la ventaja es que se sujetan bastante mejor que los botes de spray que son más grandes, y esto me permite echármelas mejor. Porque de verdad, no sé si seré yo la única pánfila a la que le pasa, pero con los típicos botes más grandes que se ven habitualmente, al tener que abrir más la mano para agarrar el bote, no puedo hacer bien el juego del índice para presionar el botón del spray. Por dios, decidme que no soy la única a la que le pasa eso, jajajaja. Así que en ese aspecto, genial, porque ¡por fin puedo echarme crema sin pegarme con el bote! Otra ventaja es que llevas menos carga en la bolsa, y eso es una bendición, que bastantes porquerías y trastos llevamos ya para pasar el día en la piscina o la playa... Creo que voy a guardar estos botes pequeños por si en la próxima compro alguno más grande. ¡No quiero tener que volver a padecer por el tema de apretar el spray! Y he agradecido la ligereza de la bolsa... 

El spray de BioSolis me funcionó fatal, la crema salía disparada hacia todos lados y lo ponía todo perdido. Supongo que es un defecto de la pieza que me tocó a mí en particular y no es que les pase eso a todos los botes, pero dado que es la que menos me convenció de todas, creo que probaré con alguna otra antes que repetir.

Me ha gustado mucho que en todos los casos se extienden muy bien, mejor que las tradicionales que yo había probado, aunque es notablemente más densa la de los niños. La verdad que cuando se trata de ellas no me importa que me cueste más extenderla, porque luego se queda muy bien dando una protección excelente, y eso es lo que verdaderamente me importa porque mis enanas son casi translúcidas... blancas blancas como el papel cebolla. Ninguna de las marcas tiene casi aroma, aunque es verdad que la BioSolis sí deja un olor que personalmente no me agrada (no es que huela mal, pero a mí no me gusta), y verdaderamente lo prefiero a ir atufando a fragancias indescriptibles. Pero es que además los aromas y alcoholes irritan la piel, así que mejor dejarlos lejos. Se absorben todas muy bien, aunque mejor la de Alga Maris.

De protección, fantásticasAl salir del agua no se habían ido, y eso se aprecia en las gotas que se te forman en la piel, que no tienen nada que ver con las que se forman cuando sales del agua sin ningún tipo de protección. Así que he estado totalmente protegida mientras hacia el gamberro en el agua con las enanas. Y para los niños, que es tan habitual que pasen el día entrando y saliendo del agua mientras juegan, es muy importante conseguir una crema que realmente sea resistente al agua. Eso sí, a la salida del agua ¡hay que echarla de nuevo!, que no se os olvide. Estuvimos tres días en la playa y volvimos con colorcillo y nada quemadas. A ver, a mí no me gusta nada volverme marrón o naranja. Que como decía aquella campaña de la Asociación Española contra el Cáncer: no te pases de morena, que dorada estás más buena. Pero sí me gusta perder ese blanco marmóleo que suelo tener, que parezco la novia de Drácula. Y sí, estoy cogiendo colorcillo, pero siempre cuidando mi piel. ¡Reto conseguido!

Se me han acabado los botes y sé que voy a repetir con la de las niñas una tercera vez, porque estoy muy contenta. Pero para mí voy a seguir en la búsqueda de la crema perfecta porque aunque Alga Maris me gustó bastante, creo que tiene que haber por el mundo una crema que me deje más contenta... aunque no sé si  la encontraré algún día. ¿Podéis recomendarme alguna?