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Piensa en verde: pequeños gestos ecológicos

jueves, 5 de noviembre de 2015

En casa nos gusta pensar en verde. Y no me refiero ni a la marca de cervezas que se nos ha venido a todos a la mente, ni a temas sexuales. Sino a aportar nuestro granito de arena durante nuestro día a día para cuidar de nuestro planeta y no expoliarlo.

Está claro que una de las acciones que se nos vienen a la cabeza a bote pronto es la compra ecológica, sobre la que la mayoría opina que es demasiado cara para sus bolsillos. Lamentablemente esto es cierto a día de hoy. Es una pescadilla que se muerde la cola, ya que no descenderán los precios hasta que su consumo se generalice, pero la gente no introduce alimentos ecológicos en su dieta porque son muy caros. Yo propongo hacer una selección de productos que merece más la pena que sean ecológicos. Por un lado nos lo agradecerá el planeta, pero por otro la salud. Y no será tan caro como hacer una compra 100% ecológica. Por ejemplo, las verduras de piel gruesa o cáscara están más protegidas de pesticidas y todos los productos más o menos tóxicos que se emplean en agricultura, y por tanto dará un poco más igual si la fruta es ecológica o no (en cuanto al tema pesticidas se refiere). Así que lo que podemos hacer es comprar de vez en cuando alguna fruta de piel más fina o que comamos entera, como pueden ser las fresas. Desde luego, en cuanto a sabor, las fresas que yo he probado están muchísimo más ricas que cualquier fresón que encuentro en los supermercados. Es como estar comiendo una gominola pero con todos los beneficios de la fruta. Así que una primera medida puede ser esta: añadir algún producto ecológico a nuestra cesta.

Imagen de Jeffrey Deng 


Además hemos oído muchas veces que en más de una ocasión el dinero compra los sellos que reconocen un producto como ecológico. Supongo, quiero creer, que esto no es así en todos los casos, pero como siempre los actos de unos pocos pueden dañar a los inocentes que no tienen nada que ver. El daño queda hecho. Y lamentablemente parece que en este país somos de generalizar mucho, ya que cuando estoy hablando de este tema con conocidos siempre hay alguno que salta diciendo que él no adquiere alimentos ecológicos porque los certificados se compran y los productores no cumplen con los requisitos. Estas actitudes a mí me dan mucha rabia. Vamos a ver, si no quieres comprar productos ecológicos no lo hagas, yo no voy a obligar a nadie, faltaría más. Lo que no tiene sentido es que me vengas con ese argumento absurdo. Claro que más de uno comprará el certificado, pero eso no es generalizable. Pero bueno, si no te fías de los productores ¿por qué no haces pequeños gestos que dependan de ti?

¿Como por ejemplo?

Pues como por ejemplo no gastar bolsas de plástico cuando vas a la compra. Afortunadamente cada vez son más las personas que llevan sus propias bolsas de múltiples usos. Y las bolsas que venden en los supermercados cada vez son más biodegradables, pero ¿qué necesidad hay de ese consumo constante? Compra unas cuantas bolsas, te valdrán durante muchos años.

Algo que hemos visto en casa de nuestros padres: si no tienes una cisterna de dos botones que permita evacuar con poca agua, y solo tiene un tirador, pon una botella dentro de la cisterna que disminuya la capacidad de almacenamiento. Así evitarás derrochar agua y tu bolsillo también saldrá beneficiado.

¿Y qué me decís de las plantas? Siempre he adorado vivir en la ciudad. Me aporta muchísimas cosas sin las cuáles me costaría vivir. A ver, me haría a vivir en el campo, claro. Pero me gusta lo que me aporta la ciudad. Lo que está claro es que hay que hacerla más habitable. Ciudad no debería ser sinónimo necesariamente de colores grises, ambientes cargados, aires sucios, ruidos constantes. El cambio llevará tiempo pero si todos ponemos de nuestra parte seguro que mejoramos mucho.

Por ejemplo, todas esas terrazas que se ven por las calles de Madrid. Si las llenáramos de plantas ¡qué bonita se vería la ciudad! Estéticamente ya ganaríamos mucho. Pero además nuestros pulmones nos lo agradecerían. La fotosíntesis se produce en las partes verdes de las plantas, gracias a los cloroplastos que viven en las células y que les dan a las plantas su característico color verde por medio de la clorofila. Gracias a los organismos capaces de producir fotosíntesis oxigénica, es decir, que producen oxígeno (hay otro tipo de fotosíntesis que produce azufre), parte del CO2 atmosférico es transformado el oxígeno. Recordemos que el CO2 es el responsable en parte del efecto invernadero, que consiste en que ciertos gases absorben la radiación térmica emitida por el suelo y que es radiada de nuevo a la atmósfera produciendo un aumento de la temperatura superficial. Otros gases implicados en este proceso son el vapor de agua, metano, óxidos de nitrógeno, ozono y los famosos CFC -clorofuorocarbonos-.

Imagen de Ales Krivec

Entonces, si aumentásemos el número de plantas en nuestras terrazas sería mayor la cantidad de CO2 fijado en la fotosíntesis y ayudaríamos a que el efecto invernadero fuera más leve. Claramente con los geranios de mi balcón no voy a arreglar el mundo, ¿pero y sumamos los tuyos y los de tu vecina, y los de tus padres, y los de ...? El desierto está formado de muchos pequeños granos de arena.

Otro acción sencilla que contribuye a cuidar de nuestra madre tierra: evitar el uso de CFC en, por ejemplo, desodorantes en aerosol. Quien dice desodorantes en aerosol dice aerosoles en general (también pinturas, por ejemplo). Pueden pasar mucho tiempo en la atmósfera, entre 50 y 100 años, y cuando se degradan liberan moléculas de cloro que dan comienzo a la destrucción de la capa de ozono. ¿Te suena? 

Por supuesto a esto hay que añadir lo que todos ya sabemos pero ¿que cuántos lo hacen? Cerrar grifos, apagar luces, evitar darse baños... En general en el tema del agua creo que la gente se ha concienciado más en los últimos años, quizá por las sequías que hemos padecido, pero en el tema lumínico veo aún un gasto desmesurado de energía. Supongo que el primer paso, para dar ejemplo, lo tienen que dar los gobiernos apoyando de verdad el uso de energías renovables.

Y sigue pensando porque seguro que se te ocurren otras cuantas acciones sencillas para el día a día pero que si las hacemos todos podemos provocar el cambio.