Como ya os conté, ante la pasividad de nuestro pediatra, decidí llevar a la enana al alergólogo por mi cuenta. Allí le hicieron las pruebas. que salieron negativas, pero concluyeron que podía ser una APLV no mediada, y para ello yo debía de comenzar una dieta sin lácteos con el fin de ver si eso producía una mejoría en la niña o no.
Como los síntomas que presentaba la peque eran básicamente digestivos (cacas líquidas y un aumento de peso ralentizado), decidí llevarla también al médico de digestivo, más que nada pensando en que quizá un médico especializado en digestivo tendría en mente muchas más posibilidades además de las APLV. Y como una es muy inquieta y le gustan las cosas bien claras y bien atadas, decidí que era una manera de descartar algún otro problema.
Así que allá que fuimos y básicamente el diagnóstico fue el mismo. Yo no había contado nada del alergólogo, con el fin de no contaminar su criterio. Esta vez no hizo las pruebas de la alergia, ni nos derivó a que nos las hicieran, pero llegó al mismo diagnóstico. Igualmente nos indicó que yo debía hacer dieta sin lácteos unas 3 semanas y luego reintroducirlo para ver cómo reaccionaba la niña y estar seguros de que el diagnóstico era acertado.