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Segundo paso: visita al médico de digestivo

jueves, 22 de octubre de 2015

Como ya os conté, ante la pasividad de nuestro pediatra, decidí llevar a la enana al alergólogo por mi cuenta. Allí le hicieron las pruebas. que salieron negativas, pero concluyeron que podía ser una APLV no mediada, y para ello yo debía de comenzar una dieta sin lácteos con el fin de ver si eso producía una mejoría en la niña o no.

Como los síntomas que presentaba la peque eran básicamente digestivos (cacas líquidas y un aumento de peso ralentizado), decidí llevarla también al médico de digestivo, más que nada pensando en que quizá un médico especializado en digestivo tendría en mente muchas más posibilidades además de las APLV. Y como una es muy inquieta y le gustan las cosas bien claras y bien atadas, decidí que era una manera de descartar algún otro problema.

Así que allá que fuimos y básicamente el diagnóstico fue el mismo. Yo no había contado nada del alergólogo, con el fin de no contaminar su criterio. Esta vez no hizo las pruebas de la alergia, ni nos derivó a que nos las hicieran, pero llegó al mismo diagnóstico. Igualmente nos indicó que yo debía hacer dieta sin lácteos unas 3 semanas y luego reintroducirlo para ver cómo reaccionaba la niña y estar seguros de que el diagnóstico era acertado.



Así que salimos más seguros de la consulta.

Eliminé los lácteos y sus derivados de mi dieta. El organismo tarda unas 2 semanas en eliminar todo rastro de la proteína de la leche de vaca. Y el niño puede tardar hasta un mes en notar mejoría. Y efectivamente en esas dos semanas poco noté, pero de pronto en la tercera las cacas mejoraron en aspecto y disminuyeron en frecuencia. A la vez la niña comenzaba a coger peso y me alivió mucho, porque vi que el diagnóstico era cierto.


Entonces surgieron mis dudas: ¿y qué hago ahora? La alergóloga dijo que si notábamos mejoría siguiera yo con la dieta. Nada de reintroducir los lácteos. La de digestivo dijo que sí, que había que meterlos. Y la verdad es que entiendo que el ensayo-error funciona así, pero... mi hija estaba mejor, y yo tenía muy claro que igual que había empeorado tras tomar yo lácteos, estaba mejorando cuando no los tomaba. Así que decidí ceñirme a las pautas de la alergóloga y no los reintroduje. Además me parecía absurdo hacerle pasar malos ratos a mi niña de nuevo y cortar su ritmo de mejoría. Por otro lado, tomando pecho como toma la enana, no hay ninguna necesidad de que la niña tome lácteos de otro animal, por lo que no vi necesidad alguna. Y ya, pensando en mí, yo me encontraba mejor que nunca y había conseguido quitarme esos 4 kg que se me había quedado del embarazo, y 2 kg más de regalo. 

Y en esas estamos. Esperando a que pasen los 6 meses desde la visita al alergólogo para ver si le hacen una provocación y ver los resultados.