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La situación de las escuelas oficiales de idiomas y centros de enseñanzas artísticas

jueves, 14 de marzo de 2013

Hoy mi entrada se encuadra dentro del movimiento de #mareafucsia, que este viernes está dedicado a la educación. Pero la entrada tocará el caso particular de una mamá amiga mía y su derecho a acumular la lactancia, ya que se ha visto afectada por todos estos cambios que se están produciendo. Dentro de poco podremos decir aquello de: La educación... esa gran desconocida. Porque a este paso no van a dejarnos opción a disfrutarla.

Desde hace ya unos años venimos sufriendo cambios, desde reformas (supuestamente) educativas, recortes de y a profesores, recortes de medios... Son muchas las cacicadas que se están cometiendo en diferentes ámbitos de la educación. No sé vosotros, pero cuando me hablan de la educación me vienen a la mente los colegios. Quizá porque al fin y al cabo es una educación básica y fundamental a la que todos tenemos derecho. Pero no solo a los colegios afectan todas estas barrabasadas: universidades, escuelas de idiomas, centros de enseñanzas artísticas... no se libra nadie.

Yo he vivido muy de cerca el caso de las escuelas oficiales de idiomas porque he sido estudiante de danés durante 6 años. Puede sonar un poco frívolo el pedir una buena calidad de la enseñanza en el estudio de idiomas, pero creo que todo el mundo tiene derecho a seguir formándose más allá de la enseñanza obligatoria. Al aprender un idioma conoces otra cultura, algo fundamental en el mundo actual debido a la gran movilidad de las personas, la mezcla, la variedad... es necesario tener una mente abierta para comprender, convivir y respetar a las personas diferentes a nosotros. Pero es más, en estos años de crisis en que hay que buscarse las lentejas como sea, son muchos los que tienen necesidad de emigrar, allá donde les ofrezcan algo. Y para ello, mejor conocer el idioma.

Las escuelas oficiales de idiomas eran un lugar donde podías estudiar casi cualquier lengua (dependía de la localidad, y en el caso de Madrid, del distrito, pero siempre tenías la opción de ir a la central, donde podías elegir entre 22 idiomas). Y hablo en pasado, sí. Porque todo esto está a punto de venirse abajo. Empezaron subiendo la matrícula. Es cierto que yo al principio pagaba unos 80€ por una matrícula anual. Quizá fuera "un lujo", no lo sé. Podía aceptar una subida de tasas si se trataba de mejorar la escuela, pero no que me atracaran a mano armada pasando de esos 80€ a 250€ el curso si no repites, más 19€ de servicio administrativo por curso. Si has repetido, 280€. ¡¡Una subida de más del 200%!! Esto ha llevado al descenso del número de alumnos matriculados. Seamos positivos,  te dices, venga, que esta subida es para mejorar la calidad de la enseñanza. Pero no. Se quitaron los niveles superiores de todos los idiomas, lo que implica pagarse un centro privado si se quieren cursar dichos niveles (lo que llaman nivel avanzado no enseña las destrezas reales de los niveles superiores, lo que en el marco europeo de referencia se llama nivel C).

Hablamos con los profesores, que también se han visto afectados. Primero se les bajó el sueldo, como a todos los empleados públicos. Luego se amplió el horario media hora a la semana por clase. Parece una bobada, pero esto es difícil de encajar una vez comenzado el curso : como ejemplo, a clases de 20h a 22h se les añadió esa media hora a la semana a las 5 de la tarde. ¿Esto cómo se come? A continuación se redujo el horario de muchos profesores porque se dejó una sola clase por nivel, sufriendo de nuevo una reducción salarial. Por supuesto, si antes cabía la posibilidad de dar un curso especial, por ejemplo de conversación o de pronunciación, esa opción ahora se ha esfumado. Esto va en detrimento de los alumnos, que pueden optar entre menos horarios y encontrarse con aulas masificadas en los niveles más bajos. ¿Por qué en los más bajos? Porque muchos de estos alumnos, al curso siguiente, emigran en busca de trabajo fuera de España (volvemos a lo que comentábamos antes). En el caso de la escuela de idiomas de Jesús Maestro, además, han empeorado los servicios: horario más reducido de biblioteca, menos personal en secretaría, se ha eliminado el aula de ordenadores...

A esto se suma que muchos profesores están en la más absoluta precariedad: se han convertido en trabajadores discontinuos, así que se van al paro del 30 de junio a octubre, si tienen la suerte de que los vuelvan a contratar. Y eso no se lo comunican hasta el mismo octubre, lo que implica peor preparación de las clases y empeoramiento, una vez más, de la calidad. Tampoco saben cómo será su jornada: completa, media jornada, un cuarto...  Y en septiembre les contratan días sueltos para hacer los exámenes. Esto afecta más duramente a los idiomas minoritarios. ¡Qué pena cargarse algo que llevaba más de 100 años en funcionamiento!


En la misma incertidumbre laboral se encuentran, por ejemplo, los profesores de las enseñanzas artísticas: música, danza, arte dramático. Y, ya que este es un blog de maternidad, voy a relatar además el caso particular de una amiga, profesora en uno de estos centros, y que ha tenido hace poco un bebé. El ser discontinua hace que para la lactancia acumulada le correspondan 2 días por mes que le quede “por delante” en su contrato. Mi amiga se reincorpora del permiso de maternidad a mediados de mayo, y su contrato finaliza el 30 de junio, por lo que solo le corresponden 2 días. Es decir, podría reincorporarse 2 días más tarde si lo prefiriera. La otra opción es no acumular la lactancia, y recortar su horario hasta que la niña cumpla 1 año : una hora por día, que puede coger al principio de la jornada, al final o media hora antes y media al final. Esta solución, en un centro educativo, es absurda. ¿Qué ocurre con los alumnos? Los alumnos pagan por créditos que corresponden a horas de clase, que, dada la situación, no van a recibir, porque no se va a llevar un sustituto para media hora. Es decir, que para que la Comunidad de Madrid se ahorre dinero son los alumnos los que pagan las consecuencias.

Este es el estado de nuestro sistema educativo. Afectados por todos lados: alumnos y profesores. No sé qué más les hace falta para darse cuenta de que nuestro futuro depende de la educación que demos a nuestros niños y adultos. Entonces, invertir en educación ¿no es invertir en todos nosotros?

Quiero dar las gracias a mi amiga "Nicolasa", profesora de la Escuela Oficial de Idiomas, y a mamá y papá Cacahuete, profesores en centros de enseñanzas artísticas, que son los que me han ido contando, de primera mano y a lo largo de meses, sus penurias por todo este destrozo educativo.

Y recordad, mañana viernes 15 #mareafucsia en Twitter con el HT #MFeducación, de 11h a 12h por la mañana y de 19h a 21h por la tarde. Programad vuestros tuits con páginas como la versión gratuita de HootSuite.