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Reflexiones en el día de la mujer trabajadora

viernes, 8 de marzo de 2013

Hoy es el día de la mujer trabajadora. La verdad es que tengo que admitir que yo siempre he dudado sobre si es recomendable celebrar este día (y otros días de este tipo) o no. Le veía sus pros y sus contras, pero bueno, al final me he decantado por el lado de que ¡¡claro que hay que celebrarlo!! Hay que reivindicar que, aunque han sido muchos los avances que gracias a Dios se han hecho, las mujeres siguen siendo menospreciadas y maltratadas en muchos países, en los trabajos no se les valora igual que a los hombres (pese a haber más licenciadas que licenciados, son muchas menos las mujeres en puestos directivos), en España cobran un 16% de media menos (según un estudio del Parlamento Europeo), y a eso se le suma la carga laboral que llevan en casa.

Sí, hoy en día son muchos los hombres colaboradores, y ¡menos mal que les tenemos a ellos! ¡¡GRACIAS, CHICOS!! Somos muchas las afortunadas que estamos acompañadas por un chico que a veces hasta hace más que tú en la casa y consigue sacarte los colores (es que yo soy especialmente desastrosa, también es verdad...). Aunque tengo que decir que, por muy dispuestos y colaboradores que sean nuestros chicos, cuando son cosas de los niños, a muchos se les olvidan las cosas básicas: “¿a dónde vas de paseo sin pañales de repuesto?” “¿Pero le has cogido el agua para beber?” “Hombreeee, ponle gorro, que hace frío.” Pero bueno, yo creo que eso va en los genes, en serio. No lo hacen a mal ni son despistados. Y, en realidad es lo de menos.

Muchas mujeres intentan conciliar su vida laboral fuera de casa con el jupi que les espera luego en casa y con los niños. Y otras muchas se meten unas palizas tremendas trabajando "únicamente" en casa. El caso es que, sea como fuere, son todas unas luchadoras capaces de sacar adelante situaciones que en otras circunstancias darías por perdidas. Alguna compañera de la blogosfera comentaba aquello de “¿recuerdas cuando aprendiste a ir al baño sujetando a un niño bajo el brazo?”. Me hizo mucha gracia, pero refleja perfectamente las situaciones cotidianas a las que tienes que poner solución en ciertos momentos.



Por lo menos las que trabajan en casa pueden organizarse el tiempo como a ellas les convenga, lo que, ciertamente, es un gran avance. Para las que trabajamos fuera el encaje de bolillos se complica, y mucho, porque hay cosas que no dependen de una. Hoy en día se les llena la boca a todos (administración pública, empresas privadas, medios de comunicación...) con la importancia de la conciliación de la vida laboral y la personal. Y oye, con la lata que le dan al asunto cabría pensar que eso está más que superado. Pero desde mi prisma particular de los casos que conozco, que obviamente son un porcentaje ínfimo de los que hay presentes en nuestro país, esa conciliación brilla por su ausencia. Cuando me preparé la oposición para mi plaza en el Ministerio tuve que estudiar un tema de derechos de la mujer, conciliación, etc. ¡Y estaba encantada! Si todo aquello que decían se cumplía, iba a poder compaginar todas mis actividades cumpliendo satisfactoriamente con el trabajo, y dedicando tiempo a mi familia (sabéis que ahora la corriente psicológica que se lleva, tal y como comentó ayer la psicóloga de la guardería en la reunión que tuvimos, no es que el tiempo con los hijos sea de calidad aunque sea poco, ¿no? Ahora se piensa que lo importante es estar con ellos: hay que dedicarles más tiempo). ¡Feliz como unas castañuelas estaba! Me considero una afortunada, porque mi centro de trabajo dispone de una guardería, que se oferta bajo el eslogan “para facilitar la conciliación”. Pues riánse ustedes: el horario de la guardería es media hora menos que el horario que tenemos los padres. La primera en la frente. Pero además, aunque fuera exactamente el mismo, se tarda por lo menos 10 minutos en ir de la guardería a tu puesto de trabajo, y otros tantos al hacer el camino inverso. ¿Alguien me explica cómo se concilia eso? ¿Obligamos a los profesores, que ya tienen su horario establecido, a que hagan una hora más al día? ¿O son los padres los que tienen que renunciar a sueldo para poder entrar más tarde y salir antes para recoger a sus hijos? Si desde el propio Estado, que se congratula de promulgar la conciliación, no se ponen las herramientas para ello, ¿qué vamos a esperar de las empresas privadas, donde, generalmente, las personas no existen?

Queda tanto por hacer todavía... por eso creo que ¡¡por supuesto que es importante celebrar este día!!

Esta no será sino una entrada más de todas las que habrá hoy por ahí dedicadas a este tema. No estaré aportando tampoco ningún dato significativo, pero estoy contando mi experiencia, que me ha hecho reflexionar sobre el tema y reafirmarme en que hay que seguir luchando. Hoy es viernes, viernes reivindicativo. La Marea Fucsia se prepara para atacar de nuevo. ¡Hagamos de este mundo un mundo mejor! ¡Entre todos es posible!

Convocatoria de viernes reivindicativo de Marea Fucsia, para el 8 de marzo de 2013: de 11h a 12h y de 19h a 21h, con el HT #mareafucsia. ¡Animaos!


Imágenes tomadas de "Marea fucsia".