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150 palabras: El bergantín justiciero (cordel, rumbo y brújula)

domingo, 22 de septiembre de 2013


¡Adelante, mis piratas justicieros! -gritaba con total convencimiento la Capitana Sofía, sosteniendo la brújula de latón que colgaba del cordel.

Un papagayo descarado canturreaba canciones piratas, martilleando la cabeza de todo el que iba a bordo. Con el rubio pelo al viento, la Capitana dirigía el bergantín a golpe de timón. Lo sujetaba con fuerza mientras inspiraba el húmedo aire que acto seguido empapaba sus pulmones. Disfrutaba con cada bocanada y saboreaba el olor mezcla de agua y de sal.

¡Rumbo a la Aurora Boreal! – indicaba a su tripulación. Es allí donde descansa el Caballero Don Lorenzo.

Os preguntaréis porqué Sofía quería llegar hasta allí. Pues bien: en los aposentos boreales se peina el Sol cada noche y sus rizos dorados y juguetones son recogidos por pizpiretas luciérnagas que los guardan en pequeñas cajitas de cristal con el fin de repartir su calor entre los corazones más tristes y fríos.