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La maternidad de la A a la Z: W de wasabi

jueves, 5 de septiembre de 2013



Es la semana del retorno, poco a poco. Me doy cuenta de que estoy aún poco profunda, vamos, hecha una frívola superficial, pero es que mientras escribo estas frases estoy aún de vacaciones ¡y no se le pueden pedir peras al olmo!

Entramos en la segunda fase del Diccionario de maternidad ideado por Vero Trimadre a los 30, y que estamos completando y enriqueciendo entre muchos miembros de la blogosfera paternal. Yo vengo con deberes. Madre mía... yo, que en el cole nunca me quedó nada para septiembre, me veo aquí recuperando entradas de La maternidad de la A a la Z, y todo por no caer en la cuenta de que no se podían repetir letras. Ains...

Y sí, ya sé lo que algunos estáis pensando: en la carrera sí llevé alguna que otra para septiembre, morbosos todos.

Me siento frente al ordenador y todo lo que alcanzo a decir de primeras es: Ay, madre. ¡Qué listo fue Moi quitándose de encima las letras más complejas primero! Un crack, pero eso ya lo sabéis todos...

Y como digo, estoy aún sin aterrizar del todo, así que no seáis demasiado exigentes con servidora... iré cogiendo fondo con la palabra wasabi, ya que la decisión de ser padre implica poner un poco de wasabi en tu vida, o lo que es lo mismo, un poco de picante.

Cada día ¡es una aventura! Me vais a decir que no... no importan los planes que tengas, porque pueden venirse abajo por múltiples causas. Nos ha pasado a todos. O simplemente te suceden cosas "diferentes" y divertidas. Y eso que Mollete solo tiene 18 meses. Imagino que los demás tendréis mil anécdotas que contar.

Para picante, esta niña. Que ahora nadie sabe porqué, le ha dado por ir tocando las partes íntimas ajenas. Supongo que porque empieza a descubrir su cuerpo y querrá comprobar que los demás estamos hechos igual, pero hija mía... ¡¡no se le puede ir tocando el culo a la gente por ahí!!

Sin contar, claro, con cuando te mete la mano en el escote porque quiere mimitos y teta... y como ella no entiende de lugares o momentos apropiados o no, lógicamente, te mete mano cuando a ella le parece. En realidad, matizaré, no tengo ningún reparo en darle el pecho a mi hija esté donde esté, o esté con quien esté. Solo que la carcajada suele ser general en el entorno cuando se pone a estrujarme el pecho...

Y pica pica... ¡¡pica pica pollito!! Su canción fetiche. Nosotros no cantamos la versión dulce y vamos a decir popera del Pica pica pollito... es que la aprendimos de oídas y la adaptamos un poco a nuestra manera de ser. Con el tiempo hemos oído la canción original y digamos que la nuestra a su lado queda un poco heavy, como dicen unos amigos nuestros.

Así que, por unas cosas o por otras, tenemos mucho pica-pica en nuestro día a día. Pero en realidad los 3 somos un poco como el grupo de música: sweet wasabi.